Es el recurso más básico de la construcción y ofrece variados usos; conocé sus versiones y posibilidades
El ladrillo es la célula principal de la construcción. Hoy te contamos cuáles son los modelos más importantes y las características de cada uno de ellos.
Los clásicos
Adobe de tierra: hecho de barro crudo, existe desde hace cientos de años. Hoy ha sido casi descartado pero se lo sigue utilizado en bioconstrucción (aquellas que se realizan con materiales de bajo impacto ambiental) por sus propiedades de aislación termina.
Manual tipo "M": es el ladrillo más clásico, puede ser cocido de tierra o arcilla. Es fabricado manualmente, de ahí su aspecto rústico.
Macizo: con las mismas características que el anterior pero su fabricación incluye un proceso de prensado que mejora la terminación de las piezas, haciendo que sus dimensiones no varíen entre sí.
Con rebaje: está ligeramente hundido en la parte central, lo que ayuda a albergar el mortero que liga las piezas. Ideales para muros con juntas de poco espesor o sin ellas.
Perforado: tiene perforaciones sobre el rectángulo de mayor dimensión de la pieza (tabla) que ocupan un 10 por ciento de su superficie. Estas perforaciones ayudan a incrementar la resistencia del muro al penetrar el mortero en su interior.
Hueco: incluye perforaciones en el canto o la testa (la parte rectangular más corta) que mejoran sus propiedades térmicas y lo hace más liviano. Este tipo de ladrillo permite reducir la cantidad de piezas acelerando el proceso de construcción. Su diseño y medidas varían según la función. Se pueden usar en tabiquería, muros portantes o para complementar con el uso de vigas de hormigón y la construcción de techos.
Como terminación
Visto o tipo V: de terminación especial, este tipo de ladrillos son los elegidos para fachadas y muros cuyas piezas quedarán a la vista. Cuando son usados como revestimiento de paredes pueden ser tipo tejuela, que tienen un espesor mucho menor con medidas de 23x5cm (de canto) ó 11x23cm (tabla).
Gres: compuesto de arcillas especiales cocidas a altas temperaturas, se obtiene este tipo de pieza de mayor densidad y baja absorción de agua. Su terminación generalmente es esmaltada, lo que permite dejarlos a la vista: en color azabache, gris, blanco, blanco roto, perla, roble, terracota o colores como el verde, azul, etc. Se mantienen inalterables a través del tiempo.
De alta resistencia
Refractario: confeccionado con los mismos materiales que un ladrillo común pero con el agregado de alúmina o sílice, para hacerlo más resiste a las altas temperaturas. Resulta útil para construcciones que estén en contacto con calor, como hogares, chimeneas u hornos. También cuando se desea un material que mantenga la temperatura.
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