Por Gala Décima Kozameh
En un video de 15 segundos, una chica baila animada por un tema de J Balvin, mientras un texto que flota sobre la imagen propone: "Cuando te llaman a comer...". De inmediato, el texto cambia y dice: "... pero es para poner la mesa". Entonces ella, con el mismo ritmo con el que venía, recula sobre sus pasos hasta desaparecer por la puerta por la que entró. Siguiente video: un adolescente hace un tutorial para copiarse en una prueba. Corta de modo transversal una goma de borrar con una trincheta; en una de las mitades pega un papel con plasticola y anota fórmulas matemáticas. La secuencia pasa rápido, gracias a ágiles cortes en la edición. Sus compañeros de aula aplauden la proeza y él hace reverencias teatralizadas.
Eso y mucho, pero muchísimo más es TikTok, la red social favorita en la actualidad del segmento de 13 a 20 años. Para los centennials, atrás quedaron Instagram y, bien al fondo, Twitter y Facebook. Aunque la dinámica de esta aplicación es similar a la de cualquiera de su familia, la clave de TikTok es la creatividad audiovisual, a través de videos de entre 15 y 60 segundos. En ellos desplegan una faceta humorística o su autosuperación en retos virales, con una base de audio extraída de la infinita biblioteca de la app. Pueden hacer karaoke de sus temas favoritos, actuar un audio viral de WhatsApp con sus amigos, inventar coreografías para canciones y hasta compartir sus primeras incursiones culinarias donde muestran cómo debutan preparando una chocotorta.
Facebook ya fue
Con 500 millones de usuarios activos al mes, esta red social de origen chino –llamada "Douyin" en su tierra– es la reencarnación de la extinta Musical.ly, una app que proponía lo mismo y que fue vendida a la desarrolladora de la actual por US$1000 millones en 2017. De este negocio nace TikTok, que hoy capta a los nativos digitales: dos tercios de su audiencia son menores de 30 años.
Luna tiene 14 y no usa Facebook: no hay nada ahí que la convoque. En Instagram, están sus amigas más grandes del club, así que cada tanto lo mira. Pero es en TikTok donde se siente cómoda para expresar su humor y sus elocuencias adolescentes, además de recibir gratificaciones inmediatas por su creatividad. "Cuando hacés un video gracioso en TikTok, te mandan «likes», y eso ayuda a que se viralice. ¡Puede que lo vean hasta en Australia! En cambio, para que una foto en Instagram tenga interacción, hay que tener muchos seguidores o subir fotos supereditadas", explica.
Cuando hacés un video gracioso en TikTok te mandan likes y eso ayuda a que se viralice. En cambio, para que una foto en Instagram tenga interacción, hay que tener muchos seguidores.
Lejos de los narcisismos de Instagram, en esta red social parecen crear un universo digital alegre, donde la búsqueda reside en producir diversión para otros y lograr la viralización de las ideas, gracias a los hashtags y a las colaboraciones entre cuentas. La red social estimula la contribución entre usuarios y ofrece la posibilidad de hacer duetos con alguien que responde al video: la pantalla se divide y, mientras de un lado se reproduce el contenido original, en el otro, un usuario aporta nuevas acciones.
Sin embargo, este espíritu colaborativo y de generación de vínculos entre los creadores, sumado a la corta edad de los usuarios, se convierte en una alerta para los padres. Hace tan solo unos meses, internet se llenó de jóvenes "ticktokers" que denunciaban cuentas de adultos que se contactaban con menores de edad por privado, incitándolos a enviarles videos sin ropa. La app respondió con fuertes herramientas de control parental, como la posibilidad de crear cuentas privadas o la de ocultar el perfil del usuario, para que los padres aprueben las solicitudes de seguimiento o los chicos puedan navegar sin ser encontrados por desconocidos. Otra de las funciones que desarrolló TikTok fue la de "desintoxicación digital", que permite limitar su uso diario. Una vez alcanzado ese plazo, la aplicación se bloquea y solo puede reactivarse al ingresar un código: chicos creativos, padres atentos.
Tres Tiktokers para chusmear
- @jasoncoffee. Este padre y sus dos hijos de California innovan con sus retos virales sofisticados. Además, comparten los backstages de sus creaciones para que sus fans aprendan a hacer sus propios videos. Cada uno de los chicos tiene su cuenta y, entre todos, acumulan 17 millones de fans.
- @cande.copello. Es la reina de TikTok Argentina con 2,6 millones de fans. En sus videos propone tutoriales de maquillaje artístico, entre otros, y ya es toda una celebrity local. Crea contenidos con ídolas pop como Lali.
- @stokestwins. Diversión por partida doble. Estos hermanos de Estados Unidos se hacen bromas entre ellos y juegan con su parecido para despistar a sus fanáticos en los videos. En su cuenta acumulan más de 11 millones de seguidores y 243 millones de likes.
Gala Décima Kozameh
LA NACION