Tiene tres años, fue mordida en la playa por una iguana y ahora tiene una rara infección que los médicos no logran curar

Una pequeña de tres años es la protagonista de una historia de terror. Mientras estaba de vacaciones con sus padres en una playa de Costa Rica, una iguana la mordió en la mano izquierda para quitarle una porción de torta. Si bien rápidamente recibió asistencia médica y la herida sanó, luego ocurrió algo peor.

Cuando llegó al centro de salud, se descubrió que tenía una sola herida superficial en la parte posterior del hueso metacarpiano de su dedo medio. Fue tratada durante cinco días con antibióticos por la posible exposición a la salmonella, algo común tras las mordeduras de reptiles. La herida sanó y todo volvió a la normalidad para la familia, o al menos eso creían.

Cinco meses después, los padres notaron un pequeño bulto en el dorso de la mano izquierda que gradualmente se hizo más grande y la piel se puso roja y levemente sensible durante los siguientes 90 días.

Frente a este escenario, la niña fue llevada al hospital Stanford Children’s Health, en California, en los Estados Unidos, donde una ecografía reveló que tenía una masa consistente con un quiste ganglionar (un bulto lleno de líquido), pero la ubicación y los síntomas no concordaban con esto.

Allí fue sometida a una intervención quirúrgica para extirparle la masa de paredes gruesas de dos centímetros, pero cuando el cirujano abrió la herida notó una secreción de pus, una señal que indicaba una infección, según consignó el sitio EurekAlert.

El examen histológico mostró una muerte extensa del tejido e inflamación granulomatosa necrotizante (un área de inflamación donde el tejido ha muerto), y los cultivos produjeron un crecimiento puro de Mycobacterium marinum.

Como dicha bacteria es resistente a los antibióticos comunes, incluida la amoxicilina, la niña comenzó a ser tratada con rifampicina y claritromicina y respondió bien a la terapia.

Los médicos que la atendieron creen que se trata del primer caso informado de infección por M. marinum luego de una mordedura de iguana.

Qué es M. marinum

Se trata de una micobacteria no tuberculosa ubicua que provoca una enfermedad similar a la tuberculosis en los peces y se sabe que infecta a los humanos cuando las heridas de la piel se exponen a agua dulce o salada contaminada.

Si bien los organismos que causan infecciones después de las mordeduras de perros o gatos son bien conocidos, la causa microbiológica de las heridas infectadas secundarias a las mordeduras de iguanas se limita a unos pocos informes de casos, con Serratia marcescens y Staphylococcus aureus implicados con mayor frecuencia.

“M. marinum prefiere temperaturas más bajas (30 °C) para un crecimiento óptimo, y es muy probable que la iguana de sangre fría, con temperaturas corporales que oscilan entre 22 °C y 37 °C, pueda albergar estos microbios como reservorios”, explicó el doctor Jordan Mah de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.

“La mordedura resultó en la colonización por una bacteria que rara vez se encuentra en humanos, y demuestra que las iguanas pueden ser portadoras de bacterias dañinas capaces de producir infecciones graves. Esto puede ayudar a informar a los profesionales de la salud sobre infecciones bacterianas menos conocidas después de exposiciones zoonóticas inusuales”, agregó el especialista.

El caso se tornó tan atípico que los médicos que trataron a la niña lo expondrán en el próximo Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas que se realizará en Copenhague, Dinamarca a partir del 15 de abril.

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