La puesta en escena y ambientación de espacios protagonizan las nuevas formas de vender decoración
Muebles, vajilla, textiles, objetos, artículos de papelería, artefactos de iluminación: las tiendas de diseño y decoración se imponen por su variada propuesta y su gusto selecto. Enumeran entre sus valores la curaduría de diseño a la hora de elegir productos, el trabajo con diseñadores locales o comunidades de artesanos y el vínculo directo entre dueños y clientes. En algunos casos, son pequeños reductos; en otros, grandes almacenes; en todos, espacios en los que el producto se ve dentro de contexto.
Los vecinos sean unidos
Julieta hace cuentas detrás del mostrador, recibe a los clientes, los ayuda a decidirse y empaqueta sus compras. Pero mucho antes de todo eso creó la marca, seleccionó los productos y ambientó el local: con una ampliación reciente. Penny Lane abrió sus puertas hace cuatro años y ofrece piezas de 80 diseñadores independientes. Solía organizar ferias de diseño y así fue conociendo creativos y creadores que la tentaron a armar algo más grande: "No vendo cosas chinas. Todo lo que se ve está hecho con mucho amor por diseñadores o por vecinos que tienen un hobby y quieren compartirlo". Tal es el caso de Andrea, una vecina apasionada por la botánica que reutiliza corchos de botella para hacer mini macetas imantadas, o de Fabián, contador amigo cuyo pasatiempo favorito es pintar: en Penny Lane se pueden encontrar sus acuarelas.
Uno de los sectores del local fue donado a las artesanas wichis de Formosa, que a través de la Asociación Siwan’i producen piezas con hilos de chaguar y comercializan en Penny Lane bajo las premisas del comercio justo: muñecas con las que se representan a ellas mismas, carteras, estuches, lápices y almohadones. En cerámica gres hay vasos, cuencos, macetas, soperas y tazas con bigotes. Recién salida del horno, la parejita salera de zorro y mapache, también de cerámica con tapones de corcho. Para la cocina, las tablitas Nube de madera pintada a mano con gotitas de distintos colores. Para la puerta de la heladera, los marcos de la puerta o las ventanas de chapa, las Succumagnets son suculentas dentro de macetas imantadas. El cuadro Aeropuerto es otro de los objetos estrella de la tienda: está hecho en tela vinílica y montado sobre bastidor de madera. Al igual que muchas de las piezas que se ofrecen, puede pedirse a medida. Próximamente Penny Lane va a estrenar su rincón textil: remeras y buzos estampados a mano.
Horario: lunes a sábados de 10 a 14 y de 16 a 20. Sábados hasta las 19.
Como en casa
Lula (diseñadora gráfica) y Ger (licenciado en comercio exterior) son novios y socios, una dupla cómplice y con mucha iniciativa. En noviembre del año pasado inauguraron su casa-tienda Mil Gracias: empezaron con citas previas y una pizarra tímida que invitaba desde la calle, pero hoy tienen abierto todos los días. Escaleras arriba, el PH en el que conviven amor y trabajo vuelve más tangible el valor de los productos sobre la ambientación de un espacio: pueden apreciarse en un living real. La propuesta cuida y pone en escena el trabajo de diseñadores y productores locales: "No hay nada importado en nuestra tienda", aclaran. Predominan la cerámica, los géneros textiles, la papelería, las piezas de madera y para decoración infantil.
Entre los hits de Mil Gracias están los Playmobils gigantes (al menos en comparación con los de juguete: miden 35 cm), que pueden usarse como enanos de jardín o muñecos para interiores: su estructura es de hierro y están hechos de cemento macizo pintado a mano (se hacen a pedido con color a elección). En iluminación, las lámparas de guatambú Lola y Lolo vienen con bombita incluida y cable de color marrón. Entre las piezas más pequeñas se puede encontrar un set de tres Mamushkas torneadas y pintadas a mano (hay tres combinaciones distintas) y cucharas de madera con caritas en negro, celeste o rosa. Los objetos de cerámica abundan en los estantes: la serie "Animals Collection" incluye tazón, azucarera y maceta en forma de chancho, conejo, oso y gato. Las macetas Bubble son otro clásico de la tienda: viene en dos medidas (16x12 cm y 22x15 cm) y distintos colores. Ideales para colorear patios y jardines, los sillones Acapulco están hechos en hierro macizo forjado y tejidos a mano con cordones de PVC con tratamiento UV. Para un descanso bien mullido, los almohadones Malva reproducen la trama de hojas de palmera; vienen en rojo, verde, azul, turquesa, amarillo, celeste y naranja, en medidas desde 20x25 hasta 40x40 cm.
Horario: lunes a sábados de 11 a 20. Domingos de 14 a 20.
Del otro lado del puente
Gabriela es fanática de las antigüedades y coleccionista de miniaturas de escala 1/12. Es politóloga, pero desde que fue mamá por primera vez, colgó (o mejor dicho, cambió) los guantes: sus reiterados viajes de Capital Federal a Zona Norte le demostraron que el diseño no se animaba a cruzar la General Paz. Entonces, fue por él: cambió oficina por tienda y armó el primer local de Petite Margot frente a la estación de Vicente López. Hace dos años y medio inauguró un nuevo local en San Isidro, ambientado como una casona con living, cocina, cuarto de niños, estudio y sala de estar: llegaron los muebles (muchos reciclados y restaurados, casi todos antiguos) y se sumaron nuevas marcas.
El gusto sensible de Gabriela salta a la vista apenas cruzar la puerta. Por ejemplo, tiene a la venta tres modelos de las mágicas cajitas musicales de madera de Wooderful Life (Jean Cultural & Creative Co.): "Home Sweet Home", "The Wedding" y "The Train". El catalejo con trípode de madera maciza al natural y detalles en metal invita a imaginar aventuras de ultramar, mientras que las macetas de cerámica y los terrarios con cactus y suculentas son capaces de improvisar un pequeño jardín en cualquier lugar de la casa. En vajilla se destacan las piezas de la colección "Woodland Friends", con tetera, azucarera, tazas y bandeja. También tiene varias de las piezas de Nana González, como el juego de tazas pintadas a mano con motivos de Caperucita Roja. Los almohadones hechos con diferentes géneros y los fanales de vidrio tejidos a mano en hilo de algodón son elegidos como accesorios sutiles para dar calidez a los ambientes.
Horario en Vicente López: lunes a viernes de 10 a 14 y de 15 a 19.30. Sábados de 10.30 a 19.30.
Horario en San Isidro: lunes a viernes de 11 a 19. Sábados de 11 a 19:30.
En busca del tesoro perdido
Alegría Hunter Deco se especializa en hallazgos. "Al ‘Hunter Deco’ lo inventaron nuestros amigos. Buscamos y encontramos objetos únicos, algo así como tener el ojo como un radar. Lo agregamos como parte del nombre en honor a ellos, que nos decían que teníamos que tener una tienda de deco", cuenta Vanesa, paisajista y fotógrafa de moda. Inspirados en el diseño nórdico, ella y su marido abrieron Alegría, desde el año pasado mudada a un showroom en el centro comercial de Nordelta.
Trabajan con diseñadores nacionales premiados en el mundo y marcas de iluminación, mobiliario, bazar, cerámica y blanquería. Cada tanto lanzan líneas con diseños propios de muebles de madera (tienen mesas de comedor, mesas de arrime y modulares para tele, entre otros): uno fue la "Camita Bosque", hecha con madera brasileña de reforestación, de tonalidad blanca con veta gris. Buscaban un diseño totalmente desarmable para poder enviar a los clientes del interior del país; ahora están desarrollando una mesa de luz y un mueble de guardado para completa el juego.
En los espacios de Alegría se pueden encontrar agarraderas tejidas en hilo de algodón para colgar en puertas, camas y cortinas; vajilla de cerámica con cruces estampadas; puffs y contenedores tejidos a mano; sillones a medida con una gran variedad de géneros; lámparas de pie con base de cemento y cable de plancha, y lámparas colgantes de aluminio y cerámica. A pesar del heterogéneo repertorio de diseño, buscan mantener una línea estética coherente: las maderas naturales, los colores neutros y los géneros de punto definen la identidad de Alegría.
Horario: lunes a viernes de 11 a 17. Sábados de 11 a 16.