Tenía un dolor en el pie al que no le dio importancia, fue al médico y recibió un diagnóstico desolador
Un hombre de Nueva Jersey comenzó con una dolencia hacía 5 años, pero no sabía lo que tenía; cuando dio con el especialista indicado logró salvar su vida
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En marzo, Richard Bernstein, un hombre de 62 años, comenzó a notar que su pie comenzó a hincharse y a sentir que el dolor que tenía desde hacía un tiempo comenzó a agudizarse. Alarmado por la situación, decidió asistir al médico de cabecera, quien lo derivó con un experto y este le dio un diagnostico desolador: “Le quedaban cuatro días de vida”.
El hombre, oriundo de Montvale, Nueva Jersey, sostuvo que había comenzado a manifestar pequeños dolores en un dedo del pie derecho desde hacía cinco años, pero que no le había dado importancia. Con el tiempo, el malestar se extendió a lo largo de la extremidad y comenzó a buscar ayuda con médicos deportistas y podólogos, pero estos no encontraron nada anormal, por lo que decidió continuar con su vida.
“Fui a mi podólogo porque pensé que me había fracturado el dedo del pie, pero no pudo encontrar nada malo”, comenzó a relatar durante entrevista al New York Post. Dos años después, explicó, el dolor comenzó a extenderse y profundizarse hasta llegar al tobillo y fue entonces cuando decidió visitar a un médico deportivo. Según su relato, al no encontrar nada grave, visiblemente, el especialista le dijo que podía tener “estenosis, del conducto vertebral”, un estrechamiento de los espacios dentro de la columna vertebral que puede ejercer presión sobre los nervios que se extienden por la columna, y que esto podía tratarse con fisioterapia.
Sin embargo, con el tiempo el dolor comenzó a afectar severamente su calidad de vida y recién en marzo, cuando vio que tenía hinchada la pierna derecha, decidió acudir a un médico clínico. En esta instancia le recomendaron realizarse una tomografía computarizada [TAC] del abdomen, la cual determinó que algo no andaba bien. Fue así que decidieron enviarlo con un experto en urología, quien le dio un diagnóstico desolador. “Me dijo que me quedaban cuatro días de vida”, contó.
Tras analizar los distintos exámenes que le recomendaron los médicos, estos indicaron que “tenía un gran tumor canceroso en el riñón y un trombo tumoral que había crecido a través de la vena renal y llenaba la vena cava, que es la vena principal que drena al corazón”. Después de este diagnóstico, Bernstein finalmente fue ingresado a un hospital de Nueva York, en donde fue sometido a una larga cirugía para extirpar el tumor que tenía alojado en el riñón. Las malas noticias no terminaron ahí, ya que en los estudios preoperatorias se detectó que había otros problemas médicos que requerían de mucha atención.
El hombre contó que dos de las principales arterias coronarias “estaban bloqueadas en un 99% y su hígado estaba fallando porque el cáncer obstruía su función”. Además, de acuerdo con el informe del médico que lo operó, “la vena cava estaba obstruida y hacía presión entre sus extremidades inferiores”. “Estaba caminando por la cuerda floja”, aseveró Bernstein. Por otra parte, indicó que el tumor y el trombo tumoral medía alrededor de 12 pulgadas y pesaba casi 2,5 libras.
Bernstein fue operado por tres médicos expertos de Nueva York y ahora se encuentra en su casa donde se recupera favorablemente y en compañía de su familia. “Si no se me hubiera hinchado toda la pierna me habría muerto. No hubo ningún dolor grave en lo absoluto, pero mi consejo es que si algo anda mal y no encuentran la respuesta, no dejen de buscar ayuda. Confíen en sus presentimientos sobre su propio cuerpo”, cerró en la entrevista.
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