Está comprobado: alrededor del 50 por ciento del consumo energético en las viviendas proviene de la climatización -tanto calefacción como refrigeración- y aproximadamente un 20 por ciento de las pérdidas de energía se originan cuando los materiales de las ventanas no son eficientes.
"Por eso la elección adecuada de las aberturas a la hora de construir o refaccionar una casa puede contribuir muchísimo al ahorro energético", explica la arquitecta Adriana López, secretaria de la comisión directiva de la Asociación Argentina del PVC y jefa de grandes proyectos de Tecnoperfiles.
En el caso particular de las ventanas, la clasificación energética depende tanto del tipo de vidrio (si es simple, laminado, doble o triple vidrio hermético) como del material del perfil, que puede ser de aluminio, madera o PVC, entre otros.
¿Por qué apostar por el PVC para las ventanas?
"El PVC se ha posicionado a nivel global como el material más utilizado en construcciones sustentables", subraya el director de la Asociación Argentina de PVC, Miguel García, y precisa que las ventanas fabricadas con este material "ofrecen un mayor grado de estanquidad, aislación térmica y mínimo mantenimiento, optimizando así la energía consumida en la vivienda".
No por nada cuando a fines de 2018 especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) convocaron a empresas líderes para la modernización y optimización energética de la Base Marambio en la Antártida Argentina llegaron a la conclusión de que las ventanas más eficientes en un clima por demás hostil -30 grados bajo cero- eran, precisamente, las de PVC. "Tras las primeras mediciones las aberturas de Tecnoperfiles obtuvieron un valor k de 1,67, la clasificación A, la categoría más alta en cuanto a su eficiencia energética", precisa López.
Por lo pronto la compañía donó un total de 118 carpinterías para la renovación de las aberturas preexistentes la base: un caso paradigmático de lo que implica la correcta utilización de materiales para el ahorro energético, en un territorio inhóspito.
Entre las ventajas del PVC para las aberturas se cuentan:
Máximo aislamiento acústico. Se trata de un material que permite una perfecta insonorización.
Máximo aislamiento térmico. El diseño de los perfiles incorpora cámaras que dividen el espacio interior, garantizando el aislamiento del exterior. Además, como la conductividad del PVC es nula, consigue coeficientes de transmisión térmica muy inferiores respecto a otros materiales, lo que permite significativos ahorros de energía.
Estanquidad. El PVC forma una barrera infranqueable al agua, al viento y a la lluvia.
Mantenimiento mínimo. Hablamos de un material totalmente inerte, que no se ve afectado por la corrosión ni por el impacto de los agentes externos. También la lluvia ácida, la salinidad y el moho resultan inofensivos para el PVC, que no necesita pinturas ni protección (basta lavarlo con agua y jabón).
Durabilidad. Más del 65 por ciento de las aplicaciones de PVC tienen una larga vida útil y hasta pueden alcanzar los 100 años de uso.
Respeto ambiental. El PVC puede ser reciclado en su totalidad con escaso consumo de energía y reutilizado para diversos usos y funciones.
Ignífugo. Es un material auto-extinguible, con lo cual no contribuye a un incendio ni a propagar llama.
Estética. Es tan versátil que permite dar diversas formas, como también curvar los perfiles para brindar innumerables posibilidades de diseño y funcionalidad.
Las etiquetas de eficiencia energética, ahora también para aberturas
Así como es obligatoria la aplicación de etiquetas de eficiencia energética en electrodomésticos, hoy existe también una etiqueta que permite evaluar el comportamiento energético de las ventanas de acuerdo con parámetros y valores definidos. Esta nueva etiqueta -por el momento de uso voluntario- toma en cuenta la transmitancia térmica, el factor solar y la infiltración al aire de la ventana.
"Se trata de un cambio cultural que los argentinos iremos adoptando", señala Fernando Martínez, presidente de Tecnoperfiles y uno de los impulsores principales de la iniciativa. "Hablamos de una herramienta que ayuda a conocer de una manera rápida y fácil el consumo de energía de los artefactos y materiales de construcción, para que los consumidores sepan más y puedan elegir qué utilizar de acuerdo a su nivel de eficiencia energética".
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