Temperatura ambiente
La temperatura ambiente hace referencia a la temperatura de una habitación calefaccionada en invierno que ronda los 20°C. Antiguamente en Europa los vinos se guardaban en cavas naturales cuya temperatura oscilaba en los 10°C. Cuando la gente decidía beber un vino lo llevaba hacia los ambientes calefaccionados para lograr temperaturas entre 16 y 18°.
Hoy ésta es la temperatura recomendable para los vinos tintos, dado que los aromas se expresan con mayor ventaja y la sensación calórica en boca aportada por el alcohol se hace mucho más amena y agradable.
En algunos vinos es incluso mejor no superar los 16°C, y puesto que dista de la temperatura ambiente se aconseja enfriar los tintos.
Para ello, puede utilizarse una frapera preparada con unos 8 cubos de hielo en agua y mantener la botella dentro, si el clima exterior es muy cálido. Si no fuera el caso, puede enfriarse previamente.
También se puede hacer uso de unas fundas de gel para botellas que se conservan en el freezer y en pocos minutos logran bajar unos cuantos grados su contenido.
Lo ideal es contar con una conservadora para vinos de multi o monotemperatura, y tratándose de estas últimas se programan en 13°C, y sirven para todos los vinos, aunque los blancos y espumantes deban enfiarse aún más y los tintos ser retirados un minutos antes.
En el caso de bebidas de graduaciones más altas, como los destilados que promedian los 40°C, es fundamental acondicionar la bebida para que ganen elegancia y complejidad.
La mayoría de ellas se beben con hielo, razón por la cual no se enfrían previamente, pero si se hiciera, y en general se respetara en mayor proporción las temperaturas, más gente podría disfrutar de bebidas nobles sin necesidad de alterar su esencia.
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