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Probablemente la de Megan y Harry haya sido la última de las grandes bodas reales del Reino Unido. Sus hijos, y también los de William y Kate, quizás no pasen nunca por el registro civil. Hacia el 2062 la institución del matrimonio habrá desaparecido en Gran Bretaña, concluyen unos investigadores del Instituto de Estudios sobre la Familia (IFS) británico en base a datos sobre los hábitos de los ingleses revelados en el último censo poblacional. Hay cada vez menos personas dispuestas a casarse por la vía legal, y los que están casados luchan por mantener el vínculo en una era en la que la tecnología multiplicó las oportunidades románticas y sobre todo nos persuadió de que mejor es convivir sin papeles que arriesgarse a atravesar un divorcio conflictivo.
Casados o juntados, como sea su estatus, la saga de rupturas en el ambiente de las celebridades parece anticipar esa tendencia, que sin dudas trasciende el reino del té a las cinco. Este 2023 vimos caducar a muchas parejas de larga y corta data: desde el primer ministro de Canadá y su esposa tras 18 años casados, hasta Sofia Vergara y Joe Manganiello; Ricky Martin y Jwan Yosef; Becky G y Sebastián Lletget; Taylor Swift y Joe Alwyn; Reese Witherspoon y Jim Toth; Alejandro Sanz y Rachel Valdés pasando por los locales Tini Stoessel y Rodrigo de Paul, y ahora el emérito Kun Agüero.
Los cambios en las tasas de matrimonio
Las tasas de matrimonio han experimentado cambios a lo largo de los siglos, en especial en los últimos años, y pueden variar significativamente en diferentes regiones y culturas. Algunos países han visto una disminución de enlaces formales, mientras que sigue siendo una tradición importante dentro de otras comunidades. La Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido reveló hace poco que en 2020 se consagraron 85.770 matrimonios, un descenso del 61,0% respecto de los 219.850 formalizados en 2019, el número más bajo desde 1838. Frank Young, investigador británico, analizó las tendencias en un periodo de 50 años y su pronóstico es desolador. “Nuestra investigación sugiere que en 2062 se casará una pareja por cada 400 adultos en el Reino Unido.
Hoy lo hace una de cada 100 adultos, lo que supone un descenso de más del 70% en dos generaciones. Eso representa que sólo 67.000 parejas se casarán en 2062 frente a 213.000 parejas que se dieron el ‘sí quiero’ en 2019″ argumentaba, contrastando con otro dato surgido de la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido: el número de nacimientos es hoy más alto entre las parejas informales que en las formales.
Otra clase de relaciones por fuera de algunas costumbres ancestrales como el casamiento cultivarán tanto príncipes como plebeyos según el censo británico, pues los adultos nacidos en año 2021 tendrán un 44% más de probabilidades de no casarse nunca respecto a las mismas generaciones de 1991. Esos cálculos indican que en 2021 el 46,9% de las personas en Inglaterra y Gales estaban casadas, frente al 49,4% en 2011. En 1991 alrededor del 37% de las mujeres de entre 20 y 39 años integraba la legión de solteras pero en 2021 este número subió al 65,7%. En España el fenómeno empezó a traducirse en las encuestas del Instituto Nacional de Estadística: en 2021 hubo un total de 148.588 enlaces mientras que en 2012 se produjeron 217.512 - claro que pandemia mediante-, pero aun así la caída es imparable desde 2016.
“El retraso de la edad media a la que se contrae la primera nupcia y, por otro, la pérdida de importancia que se le da al matrimonio” sostienen las conclusiones de la investigación y evidencian la caída de los enlaces formales, pero ninguna geografía escapa a una realidad mayor: es cada vez más difícil sostener la promesa del modelo monogámico.
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