Tallin, el destino ecológico y medieval de moda en Europa
El turismo en la capital de Estonia viene en ascenso por su oferta cultural y sus precios accesibles
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Tallin es la capital de Estonia, país del norte de Europa, situado en el golfo de Finlandia, en la región del mar Báltico, y que cuenta con grandes extensiones de bosques y pantanos, más de 2.200 islas y 3.800 kilómetros de costa. Además, cuenta con un panorama culinario interesante, una historia milenaria y una conexión cultural con Escandinavia, Europa Central y oriental.
Declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1997, Tallin es una de las ciudades medievales mejor conservadas del norte de Europa y se convirtió en la Capital Verde del continente en este 2023. Esta ciudad se caracteriza por la diversidad de sus paisajes y comunidades, que sirven de hábitat a especies raras de plantas y animales, según la Comisión Europea (CE), que le concedió este premio anual.
Este reconocimiento pone aún más de tendencia a la capital de Estonia. Tallin tiene cerca de medio millón de habitantes y posee un límite costero ligeramente más corto (46 kilómetros) que su frontera terrestre (59 km). Su posición central en el golfo de Finlandia le concedió importancia a la ciudad y a su puerto desde el siglo X, convirtiéndola en una de las principales urbes comerciales de la zona durante siglos
Tecnología y ambiente
Actualmente, la economía de Tallin florece gracias a las tecnologías de la información. Igualmente, Estonia es considerada el Silicon Valley del Báltico. Skype y Bolt son dos de las empresas más famosas que surgieron en la ciudad, y es además uno de los principales centros informáticos de Europa, albergando la Agencia de la Unión Europea para sistemas informáticos a gran escala y el Centro de Excelencia de Ciberdefensa Cooperativa de la Otán.
La Comisión Europea recalca también que el accidente geográfico más destacado del entorno natural de Tallin es su klint báltico, un escarpe de piedra caliza, con su punto más alto de 48 metros, ubicado dentro de los límites de la ciudad, mientras que las atracciones turísticas más visitadas de Estonia se encuentran en el casco antiguo de la capital, que se puede recorrer fácilmente a pie.
La ciudad adoptó la estrategia de desarrollo “Tallin 2035″, un ambicioso plan que aborda la reducción de las emisiones de carbono a la atmósfera, la adaptación al clima, la innovación, la salud, la movilidad, la biodiversidad, la economía circular, la energía sostenible y la producción de alimentos. “Durante nuestro ‘año verde’ queremos implicar a ciudadanos y organizaciones para crear un mejor entorno vital”, afirmó el alcalde Mihhail Kolvart.
La ciudad, que introdujo el transporte público gratuito para todos los residentes en 2013, aspira a que este transporte sea neutro en carbono (que emita la misma cantidad de CO₂ de la que se retira por distintas vías) para 2035, y a que sus emisiones totales a la atmósfera tengan un impacto neutro en el clima para 2050.
Otro de sus propósitos claves es fomentar una economía circular, un modelo de producción y consumo que busca aprovechar al máximo los recursos materiales, alargar el ciclo de vida de los productos y reducir el uso de materias primas, reutilizar y reciclar los residuos.
Igualmente, Tallin cuenta con más de 2.100 hectáreas de zonas protegidas y para 2023 la ciudad planifica una variedad de proyectos ecológicos para proteger el planeta y crear un entorno estable para las generaciones venideras, como:
Ciudad de los 15 minutos: además de invertir en nuevas líneas de tranvía y autobuses eléctricos y añadir 40 kilómetros de carriles para bicicletas, fijó el objetivo de que sus ciudadanos puedan acceder a las infraestructuras claves (lugar de trabajo, tiendas, entretenimiento y educación) en 15 minutos, a pie o en bicicleta.
Corredores verdes: La Carretera de Polinizadores será un parque lineal de 13 kilómetros que comenzará en un área forestal urbana y terminará en una ciudad jardín, donde abarcará zonas ricas en especies de fauna y flora, incluso zonas industriales, y conectando las partes más distantes de la urbe.
Otro corredor será el parque Klint, de nueve kilómetros, que conectará tres distritos de la ciudad. Se extenderá a lo largo de un acantilado de piedra caliza que es el hábitat de varias especies de plantas y aves protegidas y se transformará en un entorno recreativo, con una escasa interferencia con la naturaleza del lugar.
La ciudad encanto
Fundada a principios de la Edad Media, Tallin obtuvo los derechos de ciudad en el siglo XIII de manos del rey de Dinamarca, y en la actualidad es una emocionante mezcla de lo antiguo y lo moderno, según la página web oficial de información turística Visit Estonia, VE.
Es una capital compacta y verde en la que se pueden disfrutar paseos panorámicos y cuyo casco antiguo es uno de los centros hanseáticos mejor conservados del mundo, es decir, originarios de la Liga Hanseática, que era una antigua federación comercial y defensiva de comunidades de comerciantes alemanes y de ciudades en la región báltica.
Cerca de la zona céntrica se encuentra el centro de negocios de la ciudad, con modernas torres y lujosos hoteles, barrios de moda y grandes centros comerciales, así como una atractiva costa, salpicada de paseos marítimos y playas de arena fina, especialmente gratificante durante el verano, pero que ofrece vistas panorámicas del emblemático paisaje urbano a lo largo del año.
Turismo en Tallin
Además de ser la capital verde de Europa en 2023, Tallin es por varios medios de comunicación del continente como un destino que marcará tendencia durante este año. Las zonas verdes y los parques públicos abarcan casi el 30 por ciento de la ciudad, convirtiendo la capital de Estonia en un atractivo tanto para quien disfruta permanecer al aire libre como para quien aprecie respirar pureza.
Pero también hay opciones para recorrer puertas adentro alrededor del casco histórico. Para los interesados en la cultura zarista y rusa, y la historia de la Unión Soviética, está el Kadriorg Park, construido por mandato de Pedro el Grande; la catedral de Alejandro Nevski, que expone la arquitectura del país vecino, y el Museo Ruso o el Museo de la KGB.
Igualmente, Tallin cuenta con diversas iglesias de diferentes cultos que vale la pena conocer por dentro, además de aprovechar sus torres para tener una panorámica de la ciudad. Se pueden visitar los templos de San Olaf, San Nicolás (de estilo medieval) y el de San Juan, que tiene una columna conmemorativa a la independencia de Estonia.
Otros imprescindibles de Tallin están en la Plaza Mayor, donde están el Ayuntamiento, una farmacia que funciona desde 1422 y el café más antiguo del país, Maiasmokk, que data de 1864. Igualmente, la ciudad cuenta con un distrito creativo (Telliskivi), donde se puede encontrar mucho arte callejero y locales para hacer vida social.
Por último, para quienes buscan una experiencia más cercana al atractivo medieval de Tallin, a ocho kilómetros de la ciudad está el Museo al Aire Libre, en Rocca Mare, una réplica de un pueblo estonio medieval, con casas típicas, taberna, iglesia, entre otros lugares, en el que se ven personas con trajes de época. Esa mezcla transporta a sus visitantes a más de seis siglos de historia atrás.
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