Su corazón también sufre
No es verdad que las dolencias coronarias son terreno exclusivo de los hombres: factores de riesgo como los hereditario o el sedentarismo también afectan al universo femenino. Por eso, una vez más, prevenir es curar
Nadie puede negar que la prevención es fundamental cuando se trata de cuidar la salud. Pero, ¿qué pasa si no se sabe sobre qué prevenir o se desconocen los factores de riesgo que cada uno porta (algunos desde el nacimiento; otros, adquiridos a lo largo de la vida)? Para que haya prevención debe haber información. Esa información que desmorona mitos como aquél, históricamente instalado, que relaciona sólo a los hombres con las enfermedades del aparato circulatorio. En este sentido, las estadísticas advierten que los trastornos cardiovasculares son la principal causa de fallecimiento también entre las mujeres, ya que una de cada tres muere por estas razones en casi todos los países del mundo.
La campaña de concienciación llamada Cuida tu corazón, cuyo logo es un vestido rojo, arrancó en los Estados Unidos hace casi diez años, a partir de una encuesta que se realizó a mujeres de distintos estados. Allí se puso en evidencia que la población femenina tenía una percepción errónea acerca de la principal causa de muerte. Ante la pregunta: ¿de qué cree usted que se va a morir?, la mayoría respondía que de cáncer.
En nuestro país, la situación es similar. Un estudio realizado en 2010 por Gallup, a pedido de la Fundación Favaloro, mostró que el 57% de las argentinas cree que el cáncer es la principal causa de decesos. Sólo un 6% de las consultadas se inclinó por las enfermedades cardiovasculares. La doctora Liliana Favaloro, miembro del departamento de Insuficiencia y Trasplante Cardíaco de la Fundación y sobrina del prestigioso cardiocirujano, explica las razones de esta equivocada apreciación: "Siempre se ha educado más a la mujer acerca del cáncer de mama o de cuello de útero. Se trata del marketing educacional", afirma. Laura Brandani, encargada del área de Prevención Cardiovascular de la Fundación Favaloro, sostiene que, hasta hace poco, las investigaciones publicadas sobre las enfermedades cardiovasculares sólo contenían información del universo masculino. "Es un problema cultural porque tanto desde el punto de vista del médico como de la población, esta enfermedad era patrimonio del hombre. Entonces, si una mujer iba a la guardia por un dolor atípico, se minimizaba el síntoma y la posible enfermedad", agrega.
En los últimos años, mientras la mortalidad a causa de estas patologías disminuyó entre los varones, aumentó entre las mujeres. Favaloro da cuenta de los motivos. "Se observa un aumento en la obesidad, que trae como consecuencia un aumento de la diabetes y la hipertensión. Se suman los cambios culturales que promovieron la inserción de la mujer en lo laboral. Esto fue muy bueno por un lado, pero, por el otro, incidió en el estrés y el sedentarismo, factores que impactan de manera muy negativa en la salud."
A esta situación se agrega que, a veces, la mujer no consulta. O, si consulta, minimiza los síntomas porque se presentan de una manera más vaga o menos precisa que como lo hacen en el sexo opuesto. Entonces, si se llega tarde y la mujer tiene un evento coronario, un infarto, las secuelas son mayores. "En la mujer puede o no presentarse ese dolor en el pecho, tan característico, que sí refieren los hombres. Ellas pueden percibir un malestar poco claro, falta de aire, sudoración y palpitaciones. Por lo tanto, ante una señal nueva, es mejor hacer una consulta precoz que no hacerla", aconseja Brandani.
Entre los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares están los no modificables, como los antecedentes heredo-familiares; los erradicables como el tabaquismo, el sedentarismo y la ingesta pobre de frutas y verduras; y los controlables, como la hipertensión arterial, la obesidad, la diabetes, el colesterol elevado, además de factores psicosociales, como el estrés, la ansiedad y la depresión.
Las especialistas aseguran que la mujer tiene agentes de riesgo agregado. La hipertensión y la diabetes tienen un impacto más negativo en las arterias de las mujeres que en las de los hombres. Por otra parte, la protección que aportan las hormonas se pierde con la llegada de la menopausia. Según Brandani, un dato que agrava el escenario es que sólo el 30% de los hipertensos conoce su condición. La gran mayoría no sabe si es hipertensa porque nunca se controló la presión arterial. Vale decir que la hipertensión no controlada trae como consecuencia un accidente cerebrovascular (ACV) o un infarto.
La toma de conciencia sobre la importancia de la prevención de los factores de riesgo se sustenta en tres factores fundamentales: población, médicos y entidades gubernamentales. Favaloro enfatiza la figura de los profesionales de la salud. "Es muy importante el rol de cada médico, interrogar a la mujer para que ella sepa cuáles son sus propios factores de riesgo, conocer los valores de la presión arterial, del colesterol, los triglicéridos, si fuma, si toma anticonceptivos. Son medidas muy sencillas, hay que sistematizarlas. Teniendo esos datos, con un estudio de rutina anual se pueden tomar los recaudos necesarios."
Es importante llevar una vida saludable, no fumar, hacer ejercicio periódicamente y mantener una dieta variada. No deben faltar las verduras de todos los colores y, al menos, cuatro porciones de frutas, cereales, arroz, legumbres, lácteos descremados y pescado. Brandani afirma que no existen los alimentos prohibidos pero sí existe la manera de comerlos. Por eso las carnes deben ser magras y los huevos deben estar bien cocidos. "René Favaloro era cirujano, pero nunca hablaba de la cirugía, siempre hablaba de la prevención", recuerda Brandani. La buena noticia es que el conocimiento de los factores de riesgo le da a cada mujer las herramientas necesarias para prevenir. Se trata de trabajar en lo que sí se puede modificar y llevar una mejor calidad de vida.
Factores clave
El Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (www.icba.com.ar) desarrolló un decálogo para la prevención de dolencias cardiovasculares. A continuación, algunos de sus ítems.
- PRESIÓN ARTERIAL ALTA Es particularmente frecuente en personas de mediana edad, ancianos, obesos, diabéticos, alcohólicos y mujeres que toman anticonceptivos por vía oral. Es importante consultar con el médico, quien establecerá las rutinas de control, la disminución del consumo de sal y, si fuera necesario, alguna medicación.
- LA DIETA Comer alimentos demasiado ricos en grasas (especialmente saturadas y trans) o sodio puede aumentar el riesgo de contraer enfermedades cardíacas. Junto con el consumo excesivo de alcohol e hidratos de carbono, fomentan la obesidad, que es otro factor de riesgo importante. Lo más recomendable es restringir la ingesta calórica total y aumentar el consumo de nutrientes con alto porcentaje de vitaminas, calcio y potasio.
- TABAQUISMO El hábito de fumar está asociado con el 51% de las muertes cardiovasculares. La nicotina produce un aumento de la presión arterial, de la frecuencia cardíaca, del trabajo del corazón y favorece la presencia de arritmias. Los fumadores tienen más del doble de riesgo de sufrir un ataque cardíaco que aquellos que no son fumadores.
- SEDENTARISMO La inactividad física, además de favorecer la obesidad, tiene efectos nocivos sobre todo el equilibrio corporal. Por esta razón, se recomienda la práctica de ejercicio físico en forma regular, sistemática y con una intensidad moderada. Esto lleva a cambios en el organismo que se traducen en un mejor control de la glucemia (azúcar en la sangre), de los lípidos (incrementa el colesterol bueno y reduce los triglicéridos) y de la presión arterial. Además, mejora el estado de ánimo y evita la consolidación de cuadros de depresión o estrés (otros dos factores de riesgo cardiovascular).