El video viral de compras en el Paseo Alcorta, su exabrupto sobre la vida sexual en el peronismo, las predicciones de su padre, su historia de amor con Pepe Albistur y su primer trabajo como vendedora ambulante de lencería. La candidata del Frente de Todos por la provincia de Buenos Aires habla de todo.
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La entrevista sucede en las oficinas porteñas de su marido, el publicista Pepe Albistur (74), avenida Córdoba al 900. “Desde acá hizo todas las campañas, desde Luder-Bittel hasta Alberto-Cristina”, cuenta un asesor de prensa del Frente de Todos. Victoria Tolosa Paz (48) llega algunos minutos tarde a la cita. Se disculpa, dice que estaba “recorriendo el territorio” e invita a pasar a una sala de reuniones. Sin mediar preguntas, comienza una extensa reflexión sobre el rol de los medios y la responsabilidad (”irresponsabilidad”, dice) de algunos periodistas “al titular” o “al sacar frases de contexto”. Encendemos el grabador: “Hacer política y ser mujer en este país… se genera mucha violencia. Cuando veo las cosas que hacen los periodistas... no colaboran con la sociedad que queremos construir. No sé cómo ustedes se autoanalizan, pero muchas veces desfiguran la realidad, ¿viste? Ayer me decían ‘qué desubicado Feinmann (por Eduardo) que te tuiteó en Paseo Alcorta’. ¿Cuál es el problema de comprarte algo? Lo que van a lograr es que vaya a comprarme un rímel y alguien me tire un huevazo... No me parece que nos haga bien como sociedad. Insisto, ¿cuál es el objetivo?”, dispara.
-Seguramente, quiso contrastar tu compra en el shopping con el discurso nacional y popular.
-No, creo que hay una cosa de querer enojar a la sociedad con la política. Poner sal y pimienta. Además, por ser mujer hay una cuota mayor... porque a Santilli no lo sacan yéndose a comprar ropa y seguramente lo hace. ¡Y está muy bien! Pero no lo escrachan por eso. Además, a Vidal nunca le preguntan cómo compró el departamento... y cuando se lo preguntan, lo cortan.
-Después de la viralización del video que te mostraba haciendo compras en un shopping, dijiste que tuviste la suerte de haberte casado con un hombre rico...
Entonces se abre la puerta de la sala de reuniones. Como en un vodevil, una de esas comedias “de puertas” tan populares en los 80 que exigían un mecanismo de relojería y actores expertos, aparece Albistur con el remate perfecto: “¿Me llamaban? Escuché que hablaban de un hombre rico”, dice con una enorme sonrisa. Saluda con un apretón de manos y hace ‘mutis por el foro’. Victoria Tolosa Paz retoma la palabra: “Yo no dije que ‘tuve la suerte’, expliqué que no era ningún pecado, dije que iba a seguir haciendo mi vida y aclaré que puedo dar cuenta de cómo adquirí todos mis bienes. La casa en la que vivo no me la pude haber comprado nunca con mi sueldo de empleada pública, la tengo porque me casé con un hombre que tiene plata, eso dije. Vivo en una casa muy grande, no lo estoy negando, pero no es producto de mis ingresos porque toda mi vida trabajé en el Estado y mi patrimonio es una casa y un auto, que es lo que puede hacer cualquier ciudadano si toda su vida laburó en el Estado. Donde vivo no es producto de mi patrimonio, pero después lo sacaron de contexto”, remata.
“Mamá fue una todoterreno, mientras que papá era un trotamundos”
Victoria Tolosa Paz creció en una familia de clase media de La Plata con figuras paterna y materna antagónicas. Define a su madre, Laura Figliozzi, como “una mujer todo terreno” que debió afrontar en soledad la crianza de sus cuatro hijos, mientras que para describir a su padre, Juan Honorio Tolosa Paz, ensaya una explicación bastante más extensa: “Mi papá era un tipo especial. Él era de La Plata, un jugador de rugby de Los Tilos, muy extrovertido y buen mozo, que se enganchó con Laurita, un verdadero encanto. Se casaron muy jóvenes, cuando ella tenía 18 años y él acababa de cumplir 20. Tuvieron tres hijas mujeres seguidas: Consuelo nació en el 72, yo llegué en el 73 y Justina en el 75. Cuatro años después nació Juan, el único varón, el más chiquito. Mi viejo siempre fue un trotamundos, tuvo una agencia de lotería y Prode, un almacén y fiambrería, también puso una casa de ropa en Pinamar en el año ´78, en plena avenida Bunge... Vendía ropa moderna para mujeres. Se vendía todo porque era un encantador, andaba con camisas cuello mao de lino, pantalones y sandalias, rulos y bronceado: te vendía un buzón. Esa faceta graciosa y simpática de mi padre duró hasta el año 79, cuando se fue”.
-¿A dónde fue tu padre?
-A Brasil. A los seis meses de haber nacido mi hermano Juan, mi viejo se fue a Buzios a armar una posada con mis tíos. Le dijo a mi vieja “Ahora vengo, voy por el verano” y se quedó dos años. No sabíamos de él, solo nos enterábamos por mi tía que le escribía a mi abuela y le contaba que él estaba bien.
-¿Cuál fue la reacción de tu madre?
-Mi vieja tuvo que ponerse a buscar trabajo. A través de unos amigos de mi abuela, entró en el Poder Judicial. Ella apechugaba y no decía nada. Después de estar dos años de trotamundos en Brasil, papá volvió a casa. Pero decía que no se hallaba... Claro, imaginate, volver a un departamento, con una estructura de orden, con cuatro chicos, los horarios de colegio... Entró en un estado de ‘quiero escapar de acá’. Le decía a mi vieja que se sentía encerrado en el departamento y compraron una casa en City Bell. Pero enseguida se separaron. Yo tenía ocho años.
-¿Fue entonces cuando tu padre se hizo astrólogo?
-Vino de Brasil con una adicción al alcohol muy fuerte. Se separó de mamá y entró en Alcohólicos Anónimos. Entre el 82 y el 83 tuvo un período de tranquilidad: dejó de tomar y se casó con una mujer de Buenos Aires. Fueron sus mejores años, estuvo como sanado... pero después se volvió a rajar. ¡Siempre se escapaba! Cuando vino a Buenos Aires, estudió con Eugenio Carutti, un astrólogo muy reconocido que fundó la escuela Casa XI. Hasta que en el 87 se fue a España, donde terminó de formarse.
-A propósito, ¿creés en la astrología?
-Sí, me encanta leer sobre astrología. Creo que es muy buena la astrología que se basa en el autoconocimiento, en “qué semilla soy para reafirmarme yo mismo”. Esa es la astrología que creo que ayuda a las personas. No tiene nada que ver con la astrología que consumimos habitualmente. Mi viejo se dedica a eso, a hacer cartas de astrología para empresarios, políticos, países y empresas.
-¿Tu padre te hizo tu Carta Natal?
-Sí, cuando tenía 14 años. No me olvido más: la trazó en la casa de mi abuela... Todavía guardo cartas escritas por mi padre anticipándome cosas que me iban a pasar y finalmente pasaron. ¿Qué cosas? Me dijo que iba a tener un accidente y yo me accidenté brutalmente en el año 90: tenía 18 años choqué con dos autos cuando salía del cumpleaños de una amiga. También dice que tengo el sol en la Casa X y por eso tengo una personalidad muy fuerte. Mi papá me dice que no soy canceriana.
-Dicen que las cancerianas son inseguras.
-Claro, por eso. Me dice que solo tengo el sol y la sensibilidad de cáncer. Según él, que es astrólogo, no para mí –no me saquen de contexto- las personas pueden ver en mí mucho de Aries, soy muy guerrera y eso es porque tengo la luna en Aries. Pero bueno esa es la explicación que él encuentra a las distintas personalidades.
-¿Cómo le fue a tu padre con los vaticinios? ¿Tuvo muchos aciertos?
-Bueno, no tanto. Te diría que casi ninguno (ríe)
-Bueno, acertó con tu accidente…
-Ese, pero bueno… ¡hace 21 años que no le pega a nada!
-Leí que también anticipó la pandemia.
-Sí, la pandemia sí que la anticipó.
-También dijo que Cristina iba a ir presa.
-Sí, pero él ahí estaba en un proceso de alcoholismo fuerte. Estaba en un mal momento y cuando pasa eso pierde el eje, ya no hay tanto científico atrás. Estaba en un momento muy malo, ahora está mejor.
-¿Algún asesor te sugirió que, en campaña, hables menos de tu padre o de astrología?
-No, jamás. Todo el mundo en La Plata sabe quién es mi padre. Saben que la viene luchando hace 50 años contra una adicción que es el alcoholismo. Es innegable. No podría mentir sobre mi padre porque es público, porque va a Los Tilos, todo el mundo lo conoce. Negarlo sería como mentirle a la sociedad de dónde vengo y quién es mi padre. Yo trato de ser quien soy y contar de dónde vengo, que no quiere decir que yo me rija por esos valores o por esas cosas. Hago política porque creo que es una herramienta de transformación y creo en la política. Mi padre no cree en la política.
-¿Hiciste terapia para sobrellevar esta situación?
-Sí, muchos años, y me ayudó un montón. Me ayudó a entender a mi padre y poder acompañarlo. Hoy que tiene 72 años y la sigue peleando. Creo que en mi casa hemos podido, mis hermanas y yo, ser quienes somos por una madre poderosa de verdad. Además, valoro que nunca metió cizaña en casa ni quiso alejarnos de él.
-¿Alguien de tu familia, vos o tus hermanas, se parece a tu papá?
-No, al revés, somos la antítesis de ese espejo. Yo no pude tomar una copa de vino hasta pasado los treinta años. Todo lo que era juego, vicio o alcohol, me generaba rechazo. Me casé a los veinte años, busqué un hogar para alejarme de todo eso.
“A mamá no le gustan Alberto, Cristina, ni nadie de nuestro partido. Solo yo”
A Victoria Tolosa Paz, como a muchos otros candidatos, también se le metió la grieta en su casa. Su madre siente un rechazo visceral por el peronismo en todas sus formas. También por el kirchnerismo. “Ella es anti-Cristina, anti-Alberto”, declaró más de una vez. Sin embargo, aún con todas sus diferencias, Victoria destaca cada vez que puede la enorme admiración que siente por su madre. “Me inculcó la responsabilidad y el deber ser. Siempre le costó llegar a fin de mes. En los años electorales tenía más trabajo, hacía horas extras, y eso nos permitía tener alguna mejora, hacer algún cambio en la casa. Pero nunca fue corriendo a comprarse un auto: el primero recién se lo compró con Cristina Kirchner. Fue un Volkswagen Suran”.
-¿Qué piensa tu madre sobre tu candidatura a diputada?
-Me dice que a la única que le cree de mi partido es a mí. Y lo más gracioso es que las amigas de mi mamá, que muchas son antiperonista, le dicen: “No, Victoria es distinta”. Es decir que el cariño puede más que cualquier cosa.
-¿Y cómo reacciona ella frente a las críticas que recibís?
-Ella cree en mí. No le gusta Cristina ni le gusta nada del peronismo, porque viene de un esquema muy antiperonista, de una familia radical. Sin embargo, nunca fomentó el antiperonismo en mi casa. Después, cuando vio que con mi hermana Justina empezamos a abrazar al peronismo, discutimos muchísimo. A ella no le gustaba nada ni Duhalde, ni Chiche Duhalde, ni Cristina, ni Néstor... siempre era todo negativo.
“Pepe es un peronista conquistador”
Muy joven, a los 20, repitiendo de alguna manera la historia de su madre, Victoria Tolosa Paz se casó con Santiago Magliano, un diseñador industrial de City Bell, de familia radical, 12 años mayor. “La conclusión de terapia es que la ausencia de padre redituó positivamente en hombres que me llevan muchos años”, dice la candidata del Frente de Todos con una sonrisa. Aquél primer matrimonio, del que nacieron tres hijos, duró poco más de diez años. Después de una década de soltería, a través de una amiga, conoció a su nuevo amor.
-¿Cómo conociste a Enrique Pepe Albistur?
-Lo conocí el 19 de julio de 2007, el día que Cristina Kirchner lanzó la candidatura a presidenta en La Plata. Su prima, María Albistur, que era vecina de carpa en un balneario de Pinamar, me dijo que tenía a alguien para presentarme. Me contó que vivía en San Isidro, que tenía 48 años y siete hijos. Cuando me dijo así, “siete hijos”, yo me imaginé a un tipo del Opus Dei, aburrido. Yo tenía 34 años y pensé: “¡Qué embole lo que me propone!”. Le dije que no, que me parecía un plan aburridísimo. Pero ella insistió: “No, olvidate. Mi primo es lo más… y vos que estás en política lo tenés que conocer”. Yo no quería saber nada, además no tenía ni idea de quién era.
-Pero él ya era Secretario de Medios, un cargo con mucha repercusión en la prensa.
-Cuando María me dice otra vez “Pepe Albistur” lo primero que se me viene a la cabeza es la imagen de la tapa de la revista Noticias del 2005, que decía “El repartidor”, en la que Pepe aparece en traje de baño tomando sol en Cariló. Me acuerdo porque yo había comprado esa revista... Ahí dije “ni en pedo conozco a este tipo”. Le dije a mi hermana: “No me vengan con estas pelotudeces, el tipo vive en San Isidro y tiene como cien años, no me importa”. Las saqué carpiendo.
-Sin embargo, en algún momento cambiaste de idea.
-Sí, porque María se puso “piñón fijo” con la idea de que nos tenía que presentar. Entonces, el 19 de julio de 2007, después del acto de lanzamiento -Pepe era secretario de medios y también jefe de campaña de Cristina- la prima organizó una comida con un grupo grande. Lo hizo perfecto, porque me lo vendió como un cuadro político. Y desde ese día no me separé nunca más, porque todo eso que me había imaginado no tenía nada que ver con Pepe. Resultó divertido, no parecía tener la edad que tenía, era simpático… era un peronista conquistador.
-Entiendo que Albistur mintió con su edad.
-En realidad, me mintió la presentadora: Pepe me lleva 26 años. Igual, nunca sentí esa diferencia de edad. Cuando lo conocí pensaba “¿cuántos años tendrá?”, porque me daba grande por el pelo, pero no por su forma de ser.
De vendedora ambulante de ropa interior a Manzanera de Chiche
Victoria Tolosa Paz recuerda el momento preciso en el que se enamoró del peronismo. En el año 96, mientras cursaba el tercer año de Económicas. Estaba construyendo una casa en Villa Elisa (”con mucho esfuerzo”, detalla) y conoció a su vecina: quien por entonces ocupaba el cargo de ministra de Desarrollo Social en la provincia de Buenos Aires. “Un día tomando mate le cuento que estoy buscando trabajo y me dijo que fuese al ministerio, que en esa época se llamaba Consejo Provincial de la Familia y Desarrollo Humano. Me contrataron en la parte administrativa. En la campaña del ‘97, empezamos a hacer el censo de las Manzaneras. Recorrí toda la provincia, fui a los lugares de mayor pobreza: Villa Palito, Villa Carcova... en esos lugares hablaba con la gente y ahí siempre aparecía un cuento en el que estaba Evita. Ahí empecé a darme cuenta de que lo único que había sucedido en esos hogares y que había dejado una huella era el peronismo. Todo tenía que ver con Perón y Evita”, cuenta.
-¿Cuál fue tu primer trabajo?
-Fue como vendedora ambulante: iba por los ministerios vendiendo ropa interior, pijamas y medias. Yo tenía 16 años, eran los tiempos de la hiperinflación, juntábamos plata para irnos de vacaciones. Lo hacía con mi prima.
Sobre el final de la entrevista, a la que se entregó sin condiciones y con absoluta generosidad, Tolosa Paz lleva la conversación al principio: al rol de los periodistas y de los medios de comunicación. El tema, parece, se ha convertido en una obsesión. Hablamos de una de sus expresiones más criticadas de la campaña, cuando dijo, en televisión, en un programa de debate joven, que “en el peronismo siempre se garchó”.
-Los señores que te acompañan, jefe de prensa y de campaña, ¿te hicieron alguna referencia sobre tu forma de hablar o qué decir? Imagino que después del exabrupto sobre la vida sexual de los peronistas, por decirlo de alguna forma, algo te comentaron.
-No, no me dicen nada porque saben que todos estamos expuestos a un periodismo que titula. En el periodismo se ha roto “el abecé” de la comunicación, poder titular en qué contexto. Eso ya no existe más. “Tolosa Paz dijo tal cosa” y no te ponen en qué contexto lo decís... Yo creo que eso le hace mal al periodismo y a nosotros como sociedad. No es lo mismo: “Tolosa Paz, hablando de los jóvenes, dijo que en el peronismo siempre se garcha”. Yo no hablé de mí. Me ponen como si hubiese hablado de mí. No te puedo explicar la cantidad de cosas que han pasado después de eso. ¿Cuál fue la intención? Soy mujer, estoy en una etapa de mi vida que no tengo 75 años entonces no es lo mismo el impacto de la palabra en una persona joven, o relativamente joven, y...
-...y linda, también.
-Ponele, si vos querés. Pero no hay inocencia de parte del periodismo cuando publica esos títulos. Lo correcto hubiese sido: “Tolosa Paz, en el marco de una entrevista joven, osó decir tal cosa”. Porque si soy una mujer de 70 años y veo el titular de Clarín que dice “Tolosa Paz dijo esto” seguro que pienso: “¿qué dice esta chica? ¡Esta chica está loca!”. Leerme así... ¡esa palabra hasta a mí me impresiona! Porque yo eso lo digo en una charla jovial hablando de los pibes, no de mí. Jamás hice una exposición de cómo es mi vida privada. Entonces me pregunto: ¿quién es el órgano que a ustedes los audita para decir cómo nos comportamos en campaña? Capaz que ganan likeo y eso vende más. Me queda la sensación de que hay cosas para corregir, no porque yo quiera una cobertura, no porque quiero que me cuiden, sino porque todos tenemos que ser responsables.
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