“Sos vos, no soy yo…”: Por qué proyectamos lo que no toleramos de nosotros mismos en los demás
Es imprescindible conocernos mejor para desarmar nuestras propias sombras, prejuicios y hasta las proyecciones positivas que realizamos en otros
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Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre un mecanismo de defensa que todos los seres humanos desarrollamos y se denomina “proyección”. ¿En qué consiste el mismo? En depositar algo de mí en el otro. Desde que nacemos, los demás proyectan cosas sobre nosotros y todos hemos experimentado esto. La proyección es un mecanismo natural que nos hace trasladar cuestiones propias a los demás.
Verlo en el otro y no verlo en mí. Es decir, yo tengo tal o cual característica, pero la proyecto en alguien. ¿Por qué? Porque no me agrada, porque me angustia, porque no la reconozco, porque es un punto ciego. De modo que algo de mi historia es colocada en otra persona. Se proyecta, especialmente, lo negativo que uno no reconoce ni acepta de sí mismo y, por esta razón, lo traslada y asume que el otro lo posee.
Consideremos algunos puntos al respecto:
1. La lógica del prejuicio
Se trata de depositar algo que no tolero de mí mismo en un grupo determinado, ya sea por su nacionalidad, su religión, su cultura, o lo que fuese. Dicho juicio previo que proyecto en otros ahora lo persigo, lo condeno, porque no lo veo en mí. Esa es la lógica del prejuicio y de la discriminación que conduce a una conducta persecutoria. Es verdaderamente muy difícil quebrar esta clase de prejuicios. Cuando una persona ya proyectó en el otro algo negativo, aunque le expliquen que no es así, es muy difícil que desarme su idea; puesto que hacerlo significaría admitir que eso que ve en el otro se encuentra dentro de ella.
2. Las sombras son el aspecto neurótico que todos poseemos
Podemos proyectar las motivaciones: “Lo hiciste para llevarme la contra”; “Lo hiciste para lucirte”; “Ese comentario que dijiste…”; y, en realidad, estamos proyectando nuestras propias motivaciones reprimidas inconscientes en los demás. Quizás te han dicho alguna vez: “Cuando hablás, lo hacés enojado”. No estabas enojado, pero la otra persona sí lo estaba y lo proyectó en vos.
3. Las emociones también pueden ser proyectadas
Expresamos: “Te ves cansada”, “¡Qué triste parecés!”, “¡Qué mal estás!”.
4. Las cualidades también pueden ser proyectadas
“Vos no servís en absoluto”; “Sos muy lento/a”.
5. Las fantasías propias también podemos verlas en otros
“Vos te imaginaste tal o cual cosa…”.
Algunos proyectan aspectos positivos y dicen frases como: “Sos un genio”, “Sos maravillosa”. Mirar hacia adentro para conocernos mejor nos permite desarmar nuestras propias sombras, los prejuicios que todos tenemos e, incluso, las proyecciones positivas que realizamos en otros.
Todos, ya sea que seamos conscientes o no, tenemos aspectos que necesitan ser pulidos, rasgos buenos y malos, fortalezas y debilidades. Después de todo, cada uno de nosotros se halla en proceso de construcción.
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