Bocha es de raza Pitbull y había quedado desamparado, una joven pareja le abrió las puertas de su casa y de su corazón también.
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Fue en el invierno de 2021. Esa tarde recibieron el llamado que tanto habían esperado. Desde la Asociación Civil Patitas al Rescate (@patitasalrescate) les confirmaron que habían sido seleccionados como hogar de tránsito para Bocha, un macho de raza Pitbull que había quedado solo en el departamento donde vivía con su humana. Ella, enferma de Covid, había sido trasladada a un centro de atención médica hasta que pudiera recuperarse. Mientras, Bocha, quedaría a cargo de Tomás y su novia Natalia.
“Nos gustaba la idea de cuidar animales que necesitaran un hogar mientras se curaban o encontraban un hogar definitivo. Personalmente teníamos la intención de adoptar nosotros mismos pero nos costaba hacerlo ya que el departamento de Recoleta donde vivimos no es tan grande”.
Con Bocha sintieron una conexión especial desde el primer momento. Según pudieron saber, se trataba de un Pitbull al que le faltaba un ojo. Lo habían encontrado luego de que lo atropellara un auto y en ese accidente había perdido el ojo. Además, había tenido moquillo, lo que le había dejado secuelas motrices (tiene un tic permanentemente en la patita) y la pérdida de la audición.
“Se portó increíble”
Un viernes llegó Bocha, con algo de comida y su mantita. Los primeros momentos en el departamento de Recoleta fueron de expectativa para la joven pareja. Pero Bocha superó con creces todos las dudas y temores que Tomás y Natalia tenían. “Se portó increíble. Le dimos un hueso para que jugara y a la hora de acostarse pidió permiso para subir a la cama. Obvio que lo dejamos. Se subió, se acomodó, durmió y roncó casi toda la noche”.
A medida que pasaban los días, Tomás y Natalia enviaban mensajes al contacto que tenían de la dueña de Bocha para comunicarle cómo marchaba la convivencia. Sin embargo, algo les hacía ruido. Y pudieron confirmar la sospecha cuando comenzaron a notar que las respuestas de la mujer eran cada vez más cortas. Hasta que finalmente ella les bloqueó el teléfono.
Fue el puntapié que necesitaban para tomar la decisión que tanto se había hecho esperar. Contactaron a Patitas al Rescate y anunciaron que estaban dispuestos a adoptar a Bocha ya que era muy educado, se portaba muy bien y los tenía enamorados por completo.
Bocha, el Pitbull zen
“Todos nos dicen que es un perro zen. Es muy tranquilo (creo que la sordera debe tener que ver). Hace todas sus necesidades afuera, no ladra y transmite una paz particular. Es muy cariñoso y, el miedo que puede generar la raza, Bocha no lo transmite a la gente. Además es muy inteligente: aprendió a sentarse, a dar una vueltita y a dar la pata. También se sube a obstáculos como una silla (esto lo hacemos porque lo ayuda con su motricidad). Uno tiende a pensar que entienden solo nuestra voz pero los perros están atentos a nuestros gestos y expresiones. Bocha es un capo”.
Bocha tiene una rutina tranquila. Tomás y Natalia, que son ingenieros -el industrial, ella ambiental- se levantan a las ocho de la mañana y el perro descansa hasta las once. Cuando se despierta, ya tiene su comida y agua listos. Pasea un rato para hacer pis y caca y vuelve a la casa, disfruta del sol en la terraza del departamento y duerme hasta las 18 h cuando sus humanos terminan la jornada laboral. Ese es el momento de buscar la correa y salir para la plaza Mitre, en Agüero y Av. del Libertador. En la plaza busca mantitas tendidas en el verde para visitar familias, a otros perritos y vecinos del barrio. De regreso a casa, cena, juega un rato y practica trucos; ya cerca de las once de la noche todos se van a dormir.
Aunque Bocha no escucha, se maneja sin inconvenientes por todos lados. Le encanta el sol. En los días más fríos suele acurrucarse en el sillón. “Es muy gracioso que, a pesar de ser sordo, cuando uno se mueve de un ambiente a otro, él se despierta y se te pega al lado”.
Una raza con mala fama y mucho amor para dar
Bocha tiene su propia cuenta de Instagram (@lifeofbocha). La crearon Tomás y Natalia con el objetivo de concientizar sobre la adopción pero, sobre todo, para desterrar algunos mitos acerca de la raza. “En general salen noticias sobre ataques de Pitbull entonces la gente considera que son malos o que enloquecen y atacan. Estadísticamente está comprobado que no atacan más que otras razas. Lo que sucede son dos cosas: por un lado, al ser una raza más grande y poseer una mandíbula con fuerza, en caso de atacar generan lesiones más graves (si un caniche ataca nadie se entera ya que no escala a mayores). Por otro lado, la gente que busca protección va detrás de las razas de este estilo y los entrena para atacar o defender. Cuando las personas no son responsables en el cuidado, suceden los accidentes. Pero la raza en sí es súper cariñosa, amorosa y hay que recordar que lo más importante es la crianza y educación”.
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