Sofía de Wessex: la favorita de la reina Isabel que tiene un increíble parecido con Lady Di
Sofía de Wessex conoció al hijo más joven de la reina Isabel cuando todavía era Sophie Rhys-Jones, una joven relacionista pública de gestos simples, voz suave y un ligero sentido del humor.
Sophie era hija de un vendedor de neumáticos y una secretaria. Creció en Kent, en donde comenzó a desarrollar su carrera (fundó su propia empresa de Relaciones Públicas junto a un socio en 1996). Conoció al príncipe Eduardo en una fiesta que ella misma había organizado, después de un partido de tenis benéfico.
Pronto, la atracción del príncipe hacia Rhys-Jones fue tan fuerte que la empezó a invitar a reuniones con la familia real, en donde llamó la atención desde el primer momento su increíble parecido físico con Lady Di.
Después de una reunión en que ambas coincidieron, Diana habría dicho: "Es una copia de mí, se nota que la monarquía está buscando quien me reemplace". Según algunas versiones, en ese encuentro la madre de Harry y William empezó a interrogar a Sophie acerca de sus orígenes humildes y fue tan despectiva que la joven solicitó retirarse del lugar.
Eduardo y Sofía estuvieron 6 años en pareja, y se casaron en 1996, en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor. En ese momento recibieron los títulos de conde y condesa de Wessex.
En 2003, luego de haber sufrido un embarazo ectópico unos años antes, Sofía dio a luz a su primera hija, Luisa. El parto fue con complicaciones y las vidas de ambas estuvieron en riesgo. Por dicha razón, su segundo hijo Jacobo nació por cesárea en 2007.
Es reconocida como una de las personas más genuinas de la realeza británica. Pero esa sinceridad la llevó a protagonizar una polémica en 2001, dos años después de su desembarco en la Casa de Windsor.
"Sophiegate", abril de 2001
La condesa de Wessex fue contactada por un potencial cliente: un supuesto jeque árabe que quería contar con sus servicios como relacionista pública. Mantuvieron una conversación informal en el hotel Dorchester de Londres, junto a su socio y el jefe de cuentas de su empresa.
También estuvo presente un "asistente" del jeque, que resultó ser el periodista del diario News of the World Mahzer Mahmood, disfrazado. Este personaje grabó toda la conversación en secreto.
En esa breve charla que luego fue publicada sin su consentimiento, Sofía despotricó contra el primer ministro Tony Blair y otros miembros del poder ejecutivo británico de ese entonces. Pero eso no fue lo que más fastidió a la reina, sino la exposición de los negocios de los condes de Wessex, claramente favorecidos por su acceso a información privilegiada.
Sophie tomó nota y después del escándalo, abandonó sus actividades privadas y se dedicó de lleno al trabajo en las empresas benéficas de la Corona. Gracias a esto, pronto logró entablar un vínculo de confianza con la monarca.
Desde este episodio en adelante, Sofía de Wessex puso nuevamente en práctica su discreción. Especialmente cuando el público inglés vio en ella a la posible sucesora de Diana y su popularidad empezó a aumentar. Su perfil bajo y su marcada simpleza a la hora de hacer actos de presencia disiparon rápidamente estas proyecciones.
La condesa de Wessex terminó forjando su propia imagen, como una mujer trabajadora, gentil y sencilla. Esa personalidad le ganó el afecto de la reina Isabel II, quien hasta el día de hoy la tiene como una de sus máximas confidentes.
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