En un año con agenda repleta, Sofía Pachano (30) pareciera no perder la calma. "Empecé en enero con Chorus Line, fue un proceso lindísimo desde que me llamó Ricky Pashkus. Después llegó Bailando por un sueño. Me siento agradecida", dice la única hija de Aníbal Pachano y Ana Sans, creadores, entre otras cosas, de la compañía de baile Botton Tap. En la intimidad de su PH de Belgrano, se revela como una anfitriona dedicada: nos recibe con té en hebras, medialunas y frutos secos. Ya tiene preparada la ropa que quiere usar y pensó muchas ideas para las fotos. Es muy detallista. Y también profunda a la hora de la entrevista.
–¿Pesa el apellido?
–Sí, lo sufrí en especial cuando papá se puso muy mediático. Pero también es quien soy, vengo de una familia de artistas y no reniego de ello. Hice mi camino y los productores y directores a esta altura ya lo saben. De hecho, en 2012 dejé de trabajar con papá porque creo que cada uno tiene que hacer su carrera, más allá de que un hijo pueda empezar con la ayuda de su familia. A él obviamente no le gustó. Lo vivió como una traición, con dolor. Y esto no es una crítica hacia él porque nos amamos, pero a veces necesito que no me sofoque. Es difícil ser hija única y que todas las miradas se posen en mí. Mamá, en cambio, entiende que uno cría hijos para que tengan alas y vuelen. Es cierto que este año coincidimos en el Bailando, pero cada uno desde su lugar, y es lindo porque lo quería compartir con él por su cáncer y por darme el gusto de que me volviera a ver bailar. A él le encanta el certamen y lo mediático que tiene. Yo soy diferente, y a veces lo callo.
–Qué difícil…
–Opino muy diferente a papá en cuanto a mi carrera y cuando se mete con algo personal mío, me pongo firme. Con otros temas, le digo que no se enganche.
–¿Cuál es el recuerdo más preciado de tu infancia entre bambalinas?
–Es muy difícil no verme con toda la cosa del teatro. Yo dormía la siesta en camarines mientras mis padres bailaban, el teatro es mi segunda casa. Mis padres tenían un estudio donde ensayaban y allí estaban las oficinas de los Botton y también se hacían los vestuarios. Había muchos percheros, entonces jugaba a esconderme. O estaban cosiendo y yo estaba ahí. Era un juego, pero de alguna manera eso me fue metiendo en la profesión. Mis padres me enseñaron a ser profesional, a cumplir horario y ocuparme de todas las áreas. Me gusta aprender del resto. No veo a mis colegas como competencia, aunque haya envidia en este medio.
–¿Cómo viviste entonces el conflicto con tu ex compañero de Bailando, Dan Breitman, que renunció?
–Fue muy feo. Todo lo que sucedía, ocurrió desde el día uno. Fue un conflicto de decisiones en cuanto a que yo conocía el certamen y sabía dónde me estaba metiendo y él creo que no tanto, o pensaba que era otra cosa, menos exigente. Yo no lo expuse, de hecho la producción no se enteró hasta el momento que él se los dijo. Creo que él no quería estar, más allá de lo que diga. El programa, si lo usás positivamente, es genial, pero también hay que tener mucha espalda para sostenerlo. Y no olvidar que hay un sueño detrás, que en mi caso, está muy ligado al momento que está atravesando papá. Se trata de "Quimio con estilo", de Fernanda, una mujer que tiene cáncer y realiza pelucas para mujeres de bajos recursos, con donaciones, corta el pelo, pela y acompaña en ese proceso de transformación física. Yo sé lo duro que es acompañar.
–¿Cómo lo estás llevando?
–Este año mejor, porque el año pasado hubo que acomodar muchas cosas. Recuerdo que me acababa de enterar de que papá tenía seis tumores en la cabeza y un programa llevó las cámaras a Fleni y me pidió que bajara a hablar. Sé que hacían su trabajo, pero yo realmente no podía, no es que no quería. Necesitaba procesarlo antes de decir algo.
–¿Cómo fue cuando te dio la noticia de su cáncer?
–Me la dio el médico. Papá entró por una baja de azúcar y resultó que tenía seis tumores. Intenté ser fuerte porque mas allá de que se me caía el mundo y tenía que arreglar muchas cosas porque papá es un desbole, el que está enfermo es él. De todas maneras, intento protegerme.
–¿Cómo?
–Tengo un grupo de amigos impresionante. Ser hija única me dio la capaciad de encontrar amor en otras personas que no son los hermanos. [Se ríe].
–Fue la segunda vez que tu papá te dio un notición [la primera fue cuando le dijo que vivía con VIH].
–Ay, mi padre. [Se ríe]. Soy un poquito sobreadaptada, tengo mucha terapia encima. La vida es muy difícil. Desde mi lado, y sobre todo cuando conté los procesos que viví durante el año que fue muy duro, subí mucho de peso, después bajé…
–Te criticaron por eso.
–Sí. Hay un único modelo de belleza y pareciera que a quienes estamos expuestos nada nos puede pasar. Y no es así. Por eso lo hice público. La belleza puedepasar por muchos lados. Yo misma siento esas presiones, de hecho me operé la nariz. Pero uno tiene que hacerse lo que quiera porque es su deseo y no por la mirada del otro. No hay que juzgar.
–¿Qué rol cumplió tu mamá en este proceso?
–De absoluta contención para mí y para papá. Hace veinticuatro años que están separados, pero siempre se eligen más allá de no elegirse más como pareja. Son un ejemplo. Ella lo acompaña mucho, en especial en estos casi dos años desde que empezó la enfermedad. A los 30 años, siento que estoy en edad de buscar mi camino amoroso, y estas cosas, como la enfermedad de papá, te ponen un poco en pausa en lo personal.
–¿Estás sola?
–Sí. Hace tres años que estoy sola y disfruto mucho de la libertad. No es que tenga postergado el amor, pero obviamente estuve muy ocupada y muy triste con lo de papá. Pero no tengo apuro. Todo llega.
COCINERA Y DEFENSORA DEL MEDIOAMBIENTE
–¿De dónde viene tu pasión por la cocina?
–Siempre cociné, en un momento hasta armé un blog y empecé a escribir y a cocinar. Con un amigo armamos un piloto para Tastemade, que recién desembarcaba acá. Me compraron el formato, hicimos tres temporadas, Sofi en Buenos Aires, Sofi en España y Sofi en Puerto Rico. En el medio estudié la carrera de cocinero de dos años en el IAG porque no quería tocar de oído. Desde entonces deambulo por ese ambiente y trabajo para muchas marcas de comida y coctelería. El año pasado, de hecho, viajé a Italia para participar del calendario Campari.
–¿Qué cocinás cuando recibís amigos tu casa?
–Hago muchos asados, en esta época guisos, según los invitados. Cocinar es una forma de dar amor.
–Vi una compostera en la terraza…
–Estoy muy metida con la conciencia ambiental. Compro poco en el supermercado, estoy armando mi huerta, intento llevar una vida cero waste, uso paños reutilizables para sacarme el maquillaje, la copita para el ciclo femenino. Creo que son pequeños aportes paraque vivamos en un mundo mejor.
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