Slick Woods, "la antimodelo" que todos quieren
Fue descubierta en una parada de autobús y se convirtió en protagonista de las campañas de prestigiosas marcas
MADRID.- Dientes torcidos, abundantes tatuajes y cabeza rapada. Slick Woods se sitúa en las antípodas, en físico y en actitud, de "instamodelos" tan veneradas como Bella Hadid. Pero eso no le impidió compartir campaña con la hermana pequeña de Gigi e incluso con Margot Robbie, Zoe Kravitz y la mismísima Kate Moss. La joven, que se define irónicamente en Instagram como "asesina profesional", fue reclutada como rostro de Calvin Klein en el otoño del año pasado junto a grandes personalidades del mundo de la moda, el cine o la música. Desde entonces no ha parado: recorrió las pistas desfilando para Fendi, Miu Miu o Jeremy Scott en sus shows y es una de las caras más ubicuas de las campañas de moda. Marc Jacobs, Moschino, o la línea de belleza de Fenty x Puma le han dado su bendición situándola en las vallas publicitarias de medio mundo y coronándola una de las modelos del momento. "Solía ser la niña fea y ahora me pagan por mis dientes", dice ella.
Simone Thompson, que así se llama en realidad, acaba de cumplir 21 años y tiene muchas ganas de empujar límites y romper barreras. Como manda la retórica de la industria de la moda más tradicional, fue descubierta en una parada de autobús en Los Ángeles. Pero tal como dictan las nuevas reglas su verdadero éxito llegó a través de Instagram. En febrero de 2016 abrió el desfile de Gipsy Sport en Nueva York después de pasar un casting orquestado en la red social. Desde entonces su popularidad no ha dejado de aumentar, sobre todo después de que decidió raparse. En su perfil (@slickwoods) congrega a más de 210.000 seguidores y juega a incomodar con atrevidos atuendos y grandes dosis de incorrección política. Lo mismo posa en topless con un arnés de Richardson (la firma que acaba de anunciar una colaboración con el canal de porno Pornhub) o se hace una selfie junto a Madonna. Pero es lo que está detrás de su imagen lo que realmente está agitando la moda. "Instagram hace pequeño un mundo inmenso y convierte en musas a las personas que solían ser ridiculizadas por sus características. Es algo muy bonito", ha declarado. Ella, junto a otras modelos como su amiga Adwoa Aboah o Elliot Brown, está cambiando las reglas. Es activista (se autodefine "Nigga Activist"), juega con su estética a desdibujar las diferencias entre mujeres y hombres, se compromete públicamente con causas solidarias y desafía a una industria eternamente acusada de falta de diversidad. "Tengo la cabeza afeitada, soy negra y chica, pero no tengo límites en lo que hago. Creo que los límites están hechos para un tipo con camisa abotonada sentado detrás de un escritorio y yo no soy ese tipo", dice.
En sus entrevistas repite constantemente la palabra shit ("mierda"), asegura que cuando no está trabajando fuma marihuana, pasea con su perro y pasa de irse de fiesta aunque ahora viva en Nueva York. También que odia llevar mucho maquillaje y le tiene alergia al ejercicio. Slick Woods no obedece, desde luego, a la definición más ortodoxa de modelo: "A veces tengo mi propio estilo sólo para incomodar a la gente. Creo que estoy donde estoy porque he pasado mucho tiempo por mi cuenta", declaró en una entrevista publicada en el blog de Urban Outfitters. Woods nació en Minneapolis y no vivió una infancia fácil. Su madre está en prisión -saldrá en 2020 y le ha prometido que la acompañará a un concierto de Drake- y se crió con su abuela. Cuando era niña encontró en la poesía una vía de escape para expresar cómo se sentía.
Según afirma, acabó convirtiéndose en modelo porque no había terminado la secundaria ("¿qué otra cosa podía hacer? Caí en esto y estoy teniendo suerte. He tenido suerte toda mi vida", confiesa). Ahora, encariñándose cada vez más con su profesión y asimilando que es una de las 50 modelos a las que no hay que perder de vista -según Models.com-, se enfrenta a su nuevo estatus tan combativa como inconformista.
En tiempo récord incluso ha llegado a colarse en el famoso calendario Pirelli junto a Whoopi Goldberg, Lupita Nyong'o y Naomi Campbell. La edición de 2018, que versiona Alicia en el País de las Maravillas interpretado por afroamericanos del cine, la música y la moda, no ha querido olvidarse de la modelo albina Thandora Thopa, la activista Adwoa Aboah y la propia Woods. Si el almanaque que erotizó a las mujeres durante décadas mira ahora a la nueva generación de chicas negras que rompen las reglas y pisotean prejuicios con dientes imperfectos, pistolas tatuadas y camisetas underboob no hay duda de que algo está cambiando. Y las marcas se rifan a chicas como Slick Woods para liderar el cambio.