Ocurrió a las 4.35 de la madrugada, en el extremo norte de Chile, mientras la mayoría dormía. Dany (38) se despertó sobresaltado, con una sensación extraña. Un temblor que alcanzó una intensidad de 6,3 en la escala Richter estaba sucediendo, justo en ese mismo momento. El miedo y la desesperación se apoderaron de él. Tuvo que esconderse donde una voz por altoparlante indicaba, todo temblaba.
Había llegado a la Argentina hacía poco más de un año, tras una oferta laboral que significaba un aumento considerable en sus ingresos pero también por otras razones, que quizás prefería no blanquear. "Creo que aceptó venir a trabajar acá no solo por la diferencia de sueldo sino porque quiso tomar distancia de su pareja. Sé que es casado y que tiene hijos pero algo sucedió en el vínculo que lo llevó a tomar distancia. A mí nunca me hablaba de ella, no la tenía presente", recuerda Mariana (48).
La vida de Dany
Con ella, se habían conocido en enero a través de la plataforma Badoo. Allí entablaron conversación rápidamente. "Lo encontré en la red una de esas noches en las que tenía ganas de charlar. Me conecté y me llamó la atención que fuera portugués. Conversamos mucho. En la semana, él volvía a eso de las 19 de su trabajo, se nos había hecho rutina contarnos las cosas del día. En ese momento Dany estaba en Azul, en la provincia de Buenos Aires, con su empresa de molinos de viento, dato que a mí me resultaba muy novelesco y charlábamos por chat. Audio iba, audio venía. Y también fotos del día. Yo me saco muchas selfies. A veces conversábamos por videollamada. Me mataba ese acento europeo mezclado con provinciano argentino. Tenía una mirada muy dulce y sensual. Me contaba que, como trabaja con muchos hombres de las provincias, yo era su contacto femenino. Le gustaba que yo conocía de muchos temas".
La vida de Mariana
Mariana es bibliotecaria en una escuela secundaria de su pueblo Barker, también en la provincia de Buenos Aires. "Es un pueblito chico donde vivimos muy tranquilos y donde también pasa que, como somos pocos y nos conocemos mucho, a mí se me hace difícil conocer gente nueva. Estoy separada hace cinco años y soy una mujer muy libre, muy luchadora, trabajadora, soy muy madre, muy cariñosa. En ese momento, aunque él estuviera trabajando a 100 km de mi casa, nuestra relación quedó en amistad y nunca nos vimos personalmente porque yo sabía que él estaba casado".
Cuando pase el temblor
Pandemia mediante, los meses pasaron y Dany fue trasladado a Calama, al norte de Chile. La comunicación con Mariana se había cortado en abril. Pero un hecho fortuito e inesperado los puso en contacto nuevamente. Fue en Calama que él experimentó una de las situaciones más aterradoras de su vida. Era de madrugada cuando la habitación del hotel donde se hospedaba comenzó a sacudirse. Confundido, se levantó y corrió hacia la puerta del cuarto. Allí escuchó una voz por altoparlante que lo guiaba hacia un sitio seguro. Sin saber si saldría de ese momento con vida, agarró su celular, lo único que lo conectaba con sus afectos. Se dirigió al refugio donde le habían indicado, pasaron las horas y aunque ya todo había vuelto a la calma, Dany todavía no se animaba a salir.
Nunca había vivido algo tan terrible. Entonces, para poder calmarse, desbloqueó su celular y abrió el chat con Mariana. Casi como un acto reflejo y en busca de algo de tranquilidad, comenzó a escuchar uno por uno los audios que ella le había enviado. "Luego me contó que lo hizo para poder evadirse de la realidad. Él siempre decía que mi voz era muy calma cuando hablábamos, como un bálsamo para sus oídos".
La dulce voz de Mariana logró que Dany se relajara y, por fin, consiguiera dormir por un rato. Hasta que la alarma de su celular lo devolvió a la realidad. Así como estaba, asustado y confundido, quiso apagarla pero tenía el chat con Mariana abierto y tocó la grabadora que captó la alarma y luego el mensaje se envió.
Mariana se despertó ese día también confundida con un mensaje de audio de un hombre con el que no hablaba hacía casi cinco meses. ¿Qué habría pasado? Reprodujo el audio y lo que escuchó la sorprendió. Era una alarma sin ningún ruido de fondo.
¿Estás bien?, le escribió ella. Y recibió un llamado. Con la voz entrecortada, la respiración agitada pero seguro de sus actos, Dany le contaba todo lo que había vivido horas atrás. "Charlamos ese día y yo la verdad que quedé súper asombrada. Nunca pensé que podía llegar a calmar a alguien con mis audios. Seguimos siendo amigos y esperamos el momento de conocernos personalmente en algún lugar del mundo. Cuando todo pase".
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