Sintió un olor nauseabundo en la habitación del hotel y debajo de la cama encontró la macabra razón
Un hombre en un hospedaje en el Tibet debió cambiar de cuarto a causa del hedor que había en el lugar; el caso finalizó con un horrible hallazgo y en una investigación policial
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LA NACION
Un hombre chino de apellido Zhang que visitaba la ciudad Lhasa, capital de Tibet, se hospedó en un hotel muy recomendado del lugar el pasado 21 de abril. De inmediato, notó que en el cuarto había un olor nauseabundo, pero de todas formas permaneció allí. Horas más tarde, ante el hedor insoportable, lo cambiaron de cuarto y allí descubrieron la espantosa causa del mal olor: un cadáver yacía debajo de la cama.
El lúgubre hallazgo derivó en una investigación policial por asesinato, y concluyó con una persona detenida a muchos kilómetros de allí. En tanto, Zhang contó en los medios de su país que, días después del incidente, aún continuaba con miedo y le resultaba muy difícil dormir.
El hotel Guzang Shuhua Inn se promociona en las redes sociales, donde es muy popular como un lugar visitado por celebridades locales, ideal para tomar increíbles fotografías del Tibet. Posee luces cálidas y balcones de madera y sus habitaciones ofrecen el mayor confort, según las reseñas. Para el señor Zhang, ese hospedaje también le resultó inolvidable, pero por otras razones.
El hombre escribió su desagradable experiencia en las reseñas del mismo hotel, pero el Guzang Shushua negó su versión de los hechos. De modo que, enojado por esta negación, Zhang arremetió con su historia, esta vez, en Weibo, que es una especie de red social como Facebook, pero que funciona en China. Allí adjuntó, para despejar dudas, un ticket de su estadía en el lugar.
Entonces, su caso llegó a los medios de comunicación chinos y él mismo contó su experiencia al portal local Sohu News, un testimonio que recogió el medio británico BBC.
Allí, el hombre que fue turista en el Tibet contó la cronología de los hechos. Todo comenzó cuando se registró por la tarde en el hotel. Entonces, pese al olor que ya lo había sacudido ni bien ingresó al lugar, el hombre tomó una siestas de alrededor de tres horas.
Luego, Zhang salió a hacer un recorrido turístico por la ciudad y regresó al hotel para cambiarse para la cena, pero volvió a sentir el pútrido hedor. Esta vez, pensó que se trataba de un aroma que provenía de una panadería ubicada debajo del hotel, o del sistema de calefacción del lugar. Incluso, según su propio relato, se llegó a preguntar si no serían sus pies, después de una larga caminata, los causantes de semejante miasma.
Finalmente, al regresar de la cena, como no podía más soportar el olor, pidió un cambio de habitación.
El hallazgo bajo la cama
“Tengo mucho miedo y todavía me cuesta dormir”, dijo a Shangyou News en una entrevista el 30 de abril.
Según contó, una vez que se registró en la nueva habitación, descansó durante unas horas en la cama, antes de salir, alrededor de las 15.30 hora local. Sin embargo, cuando estaba durmiendo de manera plácida, el personal del hotel lo despertó para que bajara a su antigua habitación. Allí se enteró que, debajo de la cama donde había dormido una siesta, habían hallado un cadáver.
“Les pregunté qué había pasado y me dijeron que había muerto alguien. Así que les pregunté dónde y me dijeron que debajo de mi cama”, declaró al mencionado sitio Shangyou News, según recoge CNN.
La policía le tomó declaración, recogió una muestra de su ADN y le dijo que no se preocupara porque ya habían detenido a alguien como parte de esa investigación. Además, el cadáver llevaba allí un tiempo largo; es decir, al menos unos cuántos días antes de la llegada de Zhang a esa habitación.
En efecto, se supo que la policía detuvo a un sospechoso por este crimen en un tren, en la ciudad de Lanzhou, a unos 2000 kilómetros de Lhasa. Incluso hay un video en las redes sociales que registra el momento de este arresto.
Mientras la investigación por este aberrante crimen continúa, Zhang aseguró al medio chino que se fue de ese hotel, de Lhasa y del Tibet ni bien terminó de dar su testimonio a la policía. Y señaló, también, que esa experiencia lo marcó. “Tengo mucho miedo y todavía me cuesta dormir. La situación me dejó en un mal estado mental”, señaló.
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