Simuló su secuestro para ausentarse del trabajo pero le salió mal y terminó preso

Muchas personas inventan excusas para poder evitar ir al trabajo y tener un día libre. Pero la historia extraordinaria que fantaseó un hombre para no asistir a su empleo resultó contraproducente ya que un juez lo sentenció a cumplir una condena efectiva en la prisión por fraude.

Mariusz Kaminski, de 36 años, fue sentenciado por un tribunal inglés a cumplir 16 meses de prisión. El hombre, residente de la ciudad de Trowbridge, ubicada en el condado de Wiltshire, Inglaterra, fue condenado por un juez por cometer el delito de fraude mediante una representación falsa.

Según Lad Bible, Kaminski fingió que lo habían secuestrado para no ir a trabajar. El hombre, oriundo de Polonia, le envió un mensaje a su jefe para decirle que estaba detenido en contra de su voluntad. La comunicación provocó una gran investigación policial y la búsqueda del secuestrado.

En octubre de 2017, Kaminski afirmó que tres hombres lo habían raptado y lo llevaron contra su voluntad en la parte trasera de un automóvil BMW blanco del que más tarde, y según su relato ficticio, pudo escapar.

Pero el secuestro no era real y el hombre, chef de profesión, había estado enviando los mensajes a su jefe desde su propia casa.

El rapto fue reportado por el jefe de Kaminski a la policía de Wiltshire, y la fuerza inició una investigación que involucró a 22 oficiales. Dos hombres fueron entrevistados y ambos negaron estar involucrados en el presunto secuestro hasta que el chef se quebró y finalmente aclaró la situación.

Durante el juicio, el abogado defensor, John Dyer, le pidió al juez Roger Harris que considerara imponer una sentencia que le permitiera a su cliente conservar la libertad ya que la habían ofrecido un nuevo trabajo como chef principal en un restaurante.

“Este caso es muy inusual, casi extraño. El señor Kaminski no cometió este delito para causar problemas a otras personas, ni para incriminar a una parte inocente, ni para interferir o fabricar pruebas para evitar su propio enjuiciamiento. Todo lo que hizo fue imponer una tonta mentira. Y como estaba demasiado metido, no se atrevió a reconocerlo”, alegó Dyer.

Sin embargo, el juez no fue indulgente con el acusado y lo sentenció a cumplir 16 meses en prisión. “Aquellos que cometen este tipo de ofensas y hacen acusaciones falsas, como resultado de las cuales, se gastan recursos, deben esperar sentencias de prisión inmediatas cualquiera que sea el atenuante”, concluyó de manera firme Harris.

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