Menos paredes y mucho más blanco hicieron de un viejo ático este flamante dos ambientes
.
“Nos encontramos con un piso muy pequeño dividido en tres ambientes minúsculos. Pensando en sus nuevos dueños, una pareja joven, tiramos paredes para crear espacios modernos y abiertos”. Marta Prats, interiorista, responsable de la reforma.
Se eliminó el tabique del pasillo para abrir la cocina al living-comedor contiguo y de ese modo ganar luz natural y sensación de amplitud.
Se mantuvo su distribución, pero ahora está conectada al resto, también por el agregado del nuevo piso laminado. Tiene alzada con azulejos blancos trabados, mesada de madera y un elegante planteo bicolor.
El piso y las paredes claras, así como la transformación del cuarto contiguo en vestidor, permitieron ganar metros y claridad. Dos puertas corredizas conectan con el baño y con el estar.
Más amplio y desplazado de su ubicación original, se transformó en una ‘L’: esa decisión permitió hacer un cómodo box de ducha. En riguroso blanco, el piso calcáreo y los apliques negros hacen eco del estilo planteado en la cocina.
Antes
Qué se hizo
- Se vincularon el pasillo de acceso, la cocina y el ambiente principal de living-comedor.
- El baño se desplazó de su ubicación original para generar un acceso a la terraza rodeando por fuera el sector de la ducha.
- Sendas puertas corredizas comunican el cuarto con el baño y con el estar.
- Una habitación chiquita –a la que se accede a través de la principal–, se convirtió en vestidor para liberarla de placares.
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