Sexo a diario. Besos apasionados en tiempos de Coronavirus
El amor está viviendo tiempos desafiantes. Con una economía mundial en jaque (afectando al mundo de las citas reales), ahora el coronavirus o Covid-19 parece conspirar contra las iniciativas románticas de los seres humanos, y especialmente contra el contacto físico, expresión final de amistad y cortesía pero, sobre todo, termómetro del deseo entre parejas y solteros. El beso, tanto a la francesa (de lengua) como el de mejilla, está en cuarentena por estos días, y no es para menos. Se trata de una manifestación amorosa fuente de trasmisión por excelencia de enfermedades, unas más riesgosas que otras. Con solo poner la palabra en el buscador aparece asociada a la mononucleosis infecciosa, gripe y resfriados, herpes, varicela, paperas, candidiasis, sífilis y otras pestes indeseables.
No habíamos entrado en pánico ni reparado en estos mínimos detalles hasta que algunos lideres del mundo civilizado empezaron a tomar medidas concretas, y en público, por ejemplo, ya no quieren darse el apretón de manos ni el abrazo de rigor. El único valiente fue el presidente Emmanuel Macron, que días atrás (pese a que en su patria rige la recomendación contraria) en un acto protocolar se acercó a su par, el primer ministro italiano Giuseppe Conte (cuyo país está complicado por la enfermedad), para darle el clásico bise, o doble beso galo. Pero, ¿qué haremos el resto de los mortales?, ¿hay que dejar de besarse hasta nuevo aviso?, ¿cómo vamos a comportarnos en la intimidad si la enfermedad avanza y se vuelve pandemia?, ¿deberíamos besarnos a través de un barbijo?, ¿y si nos fuimos de vacaciones a Milán y mantuvimos un arrebatado romance italiano, estamos contagiados? ...
"En el caso de la Argentina, donde el virus no está circulando, se pueden mantener las formas de saludo habituales, léase, mano, abrazo, o beso en la mejilla. Distinto sería si se estuviera en zonas donde circula libremente como China, Irán, Corea del Sur y norte de Italia; y cuando uno debe saludar a individuos sospechosos, eso significa que tengan algún síntoma como fiebre y demás" explica Eduardo López, médico infectólogo y titular de la Cátedra de Vacunas de la Facultad de Medicina de Universidad del Salvador (USAL). "El saludo en esos casos sería a distancia, de hecho, el Centro de Control de Enfermedades Infecciosas de Europa (ECDC, por sus siglas en inglés) aconseja ni siquiera darse la mano. Esto se debe a que, en primer lugar, a través del beso y del estornudo se pueden trasmitir virus y a veces bacterias. El virus respiratorio es un modelo perfecto de contagio a través de secreciones (gotas con virus que se expulsan al toser o estornudar); en caso de las manos, uno toca superficies no porosas duras, por ejemplo, el vidrio, mesadas de mármol, mesas de acero etc. donde los virus respiratorios, especialmente gripe y coronavirus, viven durante varias horas. Algunos autores dicen que más de 24" agrega.
El beso apasionado, con intercambio de saliva, es un mecanismo afectuoso no aconsejable en tiempos de epidemias, que significa circulación libre de virus, algo que hoy no ocurre en la Argentina, aclara. "El beso en la mejilla es una costumbre que se practica desde la antigüedad, incluso hay países donde besan dos y tres veces, de lado a lado. Pero si un individuo viene de áreas donde el virus está circulando, y aunque no tenga síntomas, lo recomendable es evitarlo también. La saliva trasmite diversas enfermedades, tanto virales como bacterianas, y el coronavirus tiene una alta trasmisibilidad, tanto que recomiendan un distanciamiento de 1,80 metros, que es el alcance del estornudo o la tos. Ahora, el individuo sin síntomas en general no contagia, y esto es importante saberlo: no elimina virus hasta que comience el cuadro clínico, aunque alrededor de 1,2 % de los infectados con coronavirus pueden no tener síntomas, pero el porcentaje es bajo. Lavarse las manos, el uso de alcohol en gel y la distancia prudente son medidas básicas si uno viene de viajar. Eso disminuiría muchísimo el riesgo de contagio a terceros. Pero no me parece que haya que tomar medidas universales en la Argentina hoy por hoy, en el sentido de que todo individuo que llega de un viaje es un potencial enfermo."
Curiosamente según relatos de viajeros, en China -donde explotó la enfermedad - entre los siglos XIII y XIX era poco común ver a la gente besarse en público; el gesto era considerado una costumbre privada y exclusiva del acto sexual, un ritual que nadie practicaba fuera del dormitorio. Hoy tampoco son gente efusiva a la hora del saludo amistoso, mucho menos del formal, a diferencia de Occidente donde es un impulso espontáneo, natural. Sin embargo habrá que controlarse, demostrar amor con otros gestos, y rezar. Hablando de eso, los médicos también recomiendan a quienes van a misa evitar también el beso de la paz…
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