Separaciones. ¿A qué parejas se lleva puesta la cuarentena?
En marzo, después de anunciarse la primera etapa del aislamiento obligatorio, un tuit del cantante Iván Noble sembraba una duda: "¿A cuántas parejas se llevará puesta la cuarentena?". Después de más de 100 días de confinamiento, no hay todavía en el país estadísticas exactas, pero sí señales concretas de que el encierro se ha llevado "puestas" muchas de ellas, incluso varias famosas. La última "víctima" del aislamiento obligatorio fue la de Marcelo Tinelli y Gullermina Valdés, que decidieron poner punto final a su comentada relación después de ocho años. La cuarentena apareció mencionada por sus allegados como un factor de combustión en una relación ya de por sí desgastada.
Para muchos la cuarentena terminó con el amor... y la paciencia. Aunque no tiene entidad propia, es señalada como la tercera en discordia en la nueva normalidad amorosa. La convivencia forzada, la falta de oxigenación en el afuera, la nula o escasa ayuda para llevar adelante la casa y las obligaciones parentales además de las preocupaciones económicas y de salud suenan demasiado para cualquier pareja, incluso las que gozaban de buena salud antes de que se declarara la pandemia. ¿Pero alcanza para dar el portazo y desatar una ola de separaciones? ¿Se pueden distinguir los enojos que surgen en este contexto excepcional de aquellos que se arrastran desde antes?
El hastío y la rutina suelen ser dos factores habituales cuando se trata de explicar el desgaste que sufre una relación sentimental. A ellos, durante la pandemia, habrá que sumarles el encierro –y todo lo que eso conlleva– en el cada vez más amplio listado de causales de divorcio. Sin embargo, a pesar de que suelen atribuirse muchos de los problemas a la convivencia forzosa, una investigación reciente realizada a los 80 días de aislamiento por el Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la UBA, muestra que las parejas en las que más empeoraron las discusiones y las demostraciones de afecto son las que no conviven, seguidas por las que viven juntas y tienen hijos y, por último, las que no tienen hijos, lo que echaría por tierra que las parejas que conviven las 24 horas los siete días de la semana la pasan peor a causa del aislamiento y serían más propensas a separarse.
Otro dato arrojado por la encuesta de la Facultad de Psicología de la UBA se refiere a las fuentes de conflicto durante la cuarentena: la intromisión en la vida del otro y no ser del todo sincero o no decirse la verdad mostraron valores muy elevados (52% y 56%, respectivamente) y son señalados como causantes de roces y discusiones.
"Todo es cuarentena hasta que se demuestre lo contrario –sostiene Sebastián Girona, psicólogo especializado en pareja, autor del libro ¡No te aguanto más!–. Estar tanto tiempo encerrados nos desequilibra, nos desorganiza, nos desestructura. No se oxigenan los vínculos, no podemos extrañarnos ni contarnos cosas diferentes porque nos vemos las caras todo el tiempo. La cuarentena por sí sola no tiene la capacidad de destruir una pareja que andaba bien, pero sí de profundizar lo que venía sucediendo", analiza el especialista.
Para Girona, lo que sucede en varias parejas en estos más de 100 días que llevamos de confinamiento es la versión prolongada (y exacerbada) de lo que viven durante el período de vacaciones. "Ninguna persona está preparada para compartir tanto tiempo por día con otra. La sobreexposición siempre es un factor de riesgo: esto se ve claramente en las vacaciones, época que desata peleas y separaciones aun cuando se supone que estás en un contexto idílico o de placer. Ni hablar en estas circunstancias, en las que prima la connotación negativa por el miedo y la incertidumbre".
La pérdida de intimidad personal, otro de los puntos de fricción
Al compartir tanto tiempo con el otro, cuando antes eran solo algunas horas, hace que se expongan cosas que solían estar reservadas para uno mismo. Así lo afirma María Fernanda Rivas, psicoanalista miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA): "Durante la vida normal, cada integrante de la familia tiene sus actividades. La vida en pareja muchas veces trae aparejada la errónea ilusión de que el otro es –o debe ser– ‘transparente’. Y la realidad es que no lo es. Y en tiempos de convivencias prolongadas y obligadas, reducido al mínimo el contacto con el mundo exterior, pueden armarse grandes líos o confusiones con estos temas. Incluso, generar inquietudes o desilusiones al percibir que el otro tiene un ‘mundo propio’ que ignorábamos y al que no es fácil acceder".
Sin embargo –agrega Rivas–, es importante tener en cuenta que en estos tiempos de crisis lo que estamos viendo tampoco es la versión original del otro: "Digamos que es más bien una versión atravesada por el miedo, la angustia o el aburrimiento –plantea–. Por lo tanto, dentro de un contexto de emergencia, no sería aconsejable tomar decisiones acerca de temas trascendentales, como puede ser una separación. Si existen conflictos tal vez pueda hacerse un paréntesis, ‘un alto el fuego’ durante el tiempo que dure el encierro".
En este sentido, Girona también aconseja no precipitarse: "Cualquiera está irritado en una cuarentena tan larga. Las peleas se enrarecen, porque están alteradas por el contexto. Hay parejas que no peleaban habitualmente y hoy lo hacen por cualquier cosa. Por eso digo que todo es cuarentena hasta que se demuestre lo contrario –sostiene–. Lo más inteligente es pensar cómo pasar lo que quede del confinamiento de la mejor manera. Las peleas están muy alteradas por la cuarentena. Lo ideal es no tomar una decisión trascendental en un momento tan especial".
En este contexto, muchas parejas deberán apelar a lo que Girona llamo "fondo de reserva": "Hay parejas que lograron ahorrar emocionalmente en los momentos buenos y otras que no pudieron, que llegan justas. Cuando aparecen los malos tiempos es necesario echarles mano a los ahorros. Las que pudieron ahorrar y hacerse de valiosos recursos están mejor paradas que otras que no lograron ahorrar tanto", grafica el especialista.
Lo que es seguro es que después de la cuarentena las que lograron sobrevivir saldrán fortalecidas: "Todas las parejas se construyen sobre la base de una autoestima o resiliencia, que tienen que aparecer en estos momentos. Las consecuencias las vamos a ver bien unos meses después. Pero haber atravesado esta experiencia sin heridas de gravedad habla de la solidez con la que esa pareja se ha ido construyendo".
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