Sentidos y emociones a la hora de comer
La alimentación sin dudas es una de las principales formas de cuidar y de cuidarse. Se busca a través de los alimentos sentirse sano, conservar la energía e incluso prevenir enfermedades a través de determinados nutrientes (antioxidantes, minerales, oligoelementos, etcétera).
También, por otro lado, se desea controlar el peso evitando algunos otros ingredientes (grasas, por ejemplo). Los consumidores están cada vez más informados y exigen conocer los detalles que permitan ejercer este control y cuidado a partir de los alimentos que se eligen.
Estas tendencias en alimentación se cruzan con otras relacionadas con la necesidad de indulgencia, gratificación y sensorialidad. De este cruce surge el gran interés por conocer y experimentar las innovaciones en la oferta de productos y servicios gastronómicos que invitan a disfrutar a través de los sentidos.
Las fusiones, la cocina de autor, la conexión con la naturaleza a través de lo orgánico son ejemplos de propuestas que comienzan a ser muy exitosas porque expresan esta posibilidad de ser sensible, de disfrutar de las pequeñas cosas, de saber y poder apreciar lo bueno y lo bello. Esta sensibilidad permite al consumidor diferenciarse, sentirse especial y único.
El diseño acompaña y es fundamental en este sentido, ya que no se consume solamente el alimento, sino también todo el componente experiencial, visual y emocional de cada lugar. En algunos casos, este diseño de experiencia se logra replicando el calor del hogar, lo casero (por ejemplo con sillones y mesas desparejas en el exterior, platos que no son todos iguales porque justamente se trata de la calidez de la "imperfección").
Otras veces se busca vivir muy alejado de lo cotidiano y se apunta a una experiencia de sofisticación tanto en su "escenografía" como en el acercamiento de productos importados o poco conocidos y premium; en otras propuestas se busca un "viaje temporal" (lo retro o lo futurista) o lo espacial/ cultural (la comida de distintos países que funciona como un pequeño viaje a ese lugar, sus costumbres, valores, olores, etcétera), o en otros, estar lo más conectado posible a la naturaleza, a la tierra y al volver a una vida más simple.
En síntesis, los consumidores están cada vez más informados, son más exigentes, buscan conocer y valoran las propuestas gastronómicas que logran apelar a sus sentidos y emociones por diferentes vías.