Cinco historias de animales que acompañaron a sus humanos hasta las últimas consecuencias
Son muchas las historias de rescate en las que los animales son los protagonistas. Perros, gatos, pingüinos, no importa la especie: la devoción y la solidaridad son los valores presentes en cualquiera de ellos cuando se trata de brindar o recibir ayuda.
Alrededor del mundo muchos fueron noticia alguna vez por sus actos heroicos, por salvar una vida o evitar una tragedia. También hay otros que enternecieron a la sociedad por su enorme agradecimiento. Son prodigiosos, y a veces, casi humanos.
"La chica y el perro": una estatua con historia
En julio de 2014 el caso de Karina Chikitova, una niña de 4 años, oriunda de Siberia -región de Rusia- conmocionó a todos. La pequeña vivía en una aldea en Irkutsk con su madre, y como sus padres estaban separados y vivían muy cerca, Karina solía ir caminando por el bosque de una casa a la otra.
Un día la niña vio que su padre se estaba subiendo a una camioneta y salió de la casa acompañada de su perra Naida para seguirlo, pero su papá no se dio cuenta y arrancó el auto. La pequeña siguió el curso del vehículo, que apenas se veía a lo lejos.
Cuando su madre salió de la casa y no vio a Karina supuso que se había ido con Rodio, el papá de la niña. A su vez, el hombre pensaba que su hija estaba en la casa de su exesposa. Fue este malentendido y la falta de comunicación en la zona -donde apenas funcionaban los teléfonos-, lo que hizo que la niña estuviera perdida en el bosque durante 12 días sin saber cómo regresar a su casa.
La gran compañera de la pequeña durante todas aquellas noches llenas de miedo fue su perra, que le dio calor con su cuerpo para que pudiera soportar el frío, y también improvisó un refugio para Karina: arañó con sus patas la tierra para hacer un hueco donde la niña se colocó y la tapó con los altos matorrales para protegerla del viento y posibles predadores.
Su fiel mascota fue su única defensora ante los osos y los lobos que habitaban el bosque. Mientras tanto, sus padres se reencontraron y al confirmar que su hija estaba desaparecida inmediatamente hicieron la denuncia a la policía.
Tras un intenso operativo de búsqueda del que participaron cientos de personas, finalmente en el doceavo día escucharon el ladrido de Naida, la perra que los guió hasta el escondite que había fabricado para la niña.
The Siberian Times dio a conocer la milagrosa historia y compartieron las declaraciones de la Karina: "Fue mi perra Naida quien me rescató. Estaba realmente muy asustada. La abrazaba fuerte y me daba su calor". Cabe agregar que la pequeña tuvo la suerte de que era verano cuando se perdió, pero las temperaturas bajan abruptamente por las noches, alcanzando los 8° a la madrugada.
La niña se alimentó de algunas bayas -frutos regionales- y bebió agua a las orillas de un río durante los días que estuvo desaparecida, pero tenía un cuadro de desnutrición severa, ya que cuando la encontraron apenas pesaba 10 kilos.
"Me vio y me estiró los brazos en completo silencio. Era tan liviana como una pelusa y estaba llena de picaduras de insectos. Luego se largó a llorar y pidió comida y agua", relató al borde de las lágrimas el oficial que la sostuvo en sus brazos.
A Karina le llevó un año recuperarse totalmente de aquella experiencia extrema, y en honor a su historia hicieron una estatua que decidieron llamar "La chica y el perro". La escultura de hierro está ubicada en la entrada del aeropuerto de Yakuts. El director general del lugar, Nikolay Mestnikov, afirmó: "Es una muestra del amor a la vida, la resistencia y la fortaleza de esta pequeña niña y la devoción de su cachorra".
Fue tanta la repercusión que tuvo esta maravillosa historia de rescate y causó tanta emoción en los habitantes de todo el país, que hoy en día se puede observar una estatua que fue erigida en Yakutsk, capital de la república de Siberia, en honor a aquellos días de lealtad y protección de la cachorra Naida hacia la pequeña Karina.
Hoy por tí, mañana por mí
En 2007 James Bowen estaba en el peor momento de su vida cuando conoció a Bob, un gato anaranjado, que sin saberlo, sería su compañero de vida durante los próximos 14 años. El joven músico británico estaba en el proceso de recuperación de la adicción a la heroína y se sentía muy solo con la gigantesca meta de no volver a consumir. Sus padres se separaron cuando era niño, sufrió bullying en la escuela y terminó dejando el secundario.
Llevaba su guitarra a cuestas a todas partes para sentarse en los bancos de las plazas y esbozar algunas melodías. Vivía gracias al aporte de quienes pasaban caminando y lo ayudaban con algunas monedas.
Un día conoció a un animal que estaba malherido y con los pocos centavos que tenía lo llevó a la veterinaria. Se trataba de un amigable gato callejero que nadie había visto antes en la zona, y que se negaba a irse de su lado. Cada vez que tenía que salir del departamento temporal donde se estaba quedando, el animal insistía en perseguirlo, y como no le tenía miedo a las calles, en cualquier descuido iba tras él.
Más adelante el gato encontró un medio de transporte más cómodo: los hombros de James, que además de llevar su guitarra, ahora tenía en su espalda a un felino que observaba a todos desde la altura.
Bob se mostraba amistoso con todo el mundo y cada tanto "chocaba los cinco" con James, tal como suelen hacer los perros, que se inclinan y "dan la pata". La historia de esta dupla que se rescató mutuamente llamó la atención de periodistas, guionistas y directores. Primero se publicó el libro que escribió James, "Un gato callejero llamado Bob" (2013), y tres años más tarde se estrenó en la pantalla grande la película del mismo nombre.
"Me dio mucho más que compañía. Con él a mi lado encontré una dirección y el propósito que me faltaba. El éxito que logramos juntos con nuestro libro y película fue milagroso. Él ha conocido a miles de personas y tocado millones de vidas. Nunca ha habido un gato como él y nunca lo habrá", afirmó el músico en una entrevista.
Bella criatura: el gato mochilero
El caso de Jhon Alexander Galviz tiene ciertas similitudes con el de James Bowen. Es colombiano y tiene 38 años. Una vez que salió de la cárcel pensó en mejorar su vida. Estaba decidido a no delinquir nunca más cuando después de nueve años de vida en pareja, su mujer le dijo que quería poner fin a la relación. Cayó entonces en una gran depresión y estuvo tentado a volver a cometer hurtos.
No fue fácil hacerle frente a la tentación, pero pudo más su fuerza de voluntad y cambió el rumbo de sus decisiones hacia la aventura de ser mochilero. El 18 de agosto de 2018 comenzó su gira desde su Bogotá natal, con tan solo una mochila y dos litros de agua.
Cuatro meses después, mediante la solidaridad de mucha gente que conoció en el camino, llegó a Barranquilla, se sentó en un restaurante y vio a una gata amamantando varios gatitos; la dueña del local los estaba regalando. Había uno que era más pequeño que todos los demás y por lo tanto, sus hermanos casi no lo dejaban amamantarse.
Jhon se acercó y notó que tenía la nariz lastimada. Ya muy débil y desplazado por toda la manada, ese gatito no iba a sobrevivir por mucho tiempo. Fue por eso que pensó en darle una segunda oportunidad y se llevó al pequeño animal de apenas un mes de vida.
El 3 de enero del año pasado comenzaron su viaje por Sudamérica y nunca más se separaron. En su travesía recorrieron Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Paraguay.
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Durante aquellos días anteriores a su partida Jhon le propuso a dos amigos que lo acompañaran en su gran aventura: caminar desde Barranquilla hasta Perú, pero ambos le dijeron que estaba loco. Entonces decidió irse solo con Bella.
"Cuando me lo dieron me dijeron que era hembra, entonces decidí ponerle Bella. Después de unos cuatro meses, cuando estábamos en Cuzco, me di cuenta de que era macho. Intenté cambiarle el nombre pero no pude, para mí seguía siendo una Bella criatura", dice.
Aunque los gatos no tienen la característica de permanecer en una gran diversidad de ambientes, para Bella no representa ninguna dificultad ser nómada. "A medida que creció conmigo, yo me convertí en su casa. Él me escucha y me entiende. Se adapta a cualquier ruido y clima. Yo le doy mucha confianza y cariño. Sabe que conmigo está seguro", explica Galviz.
Argentina y Chile son los países que aún le faltan recorrer y están en su ruta. Jhon estima terminar todo el recorrido hacia el 2022 aproximadamente y volver a Colombia.
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Al verlo, muchos piensan que el amor de los dos aventureros es inexplicable: "Bella es todo, es lo único que tengo. Él es mi sombra y yo la de él. Por Bella doy la vida. No solo está en mi corazón sino en todo mi ser, no porque la gente nos vea, sino porque fue el único que no se negó a venir conmigo. Para mí es mi Bella criatura", sentenció movilizado en una entrevista a los medios paraguayos.
En época de pandemia de coronavirus, Jhon quedó varado en Paraguay. Allí recorrió varias ciudades desde febrero 2020 hasta que lo sorprendieron las medidas de aislamiento y cierre de fronteras.
DinDim: 8000 kilómetros por agradecimiento
João Pereira de Souza tiene 74 años y es un albañil retirado. Vive en la playa de Provetá, en la ciudad Isla Grande, ubicado en el estado de Río de Janeiro. Fue allí donde, en febrero de 2011 se encontró con un pequeño pingüino lleno de petróleo, casi inmóvil y desnutrido.
El brasileño lo limpió, lo alimentó durante días y lo llamó DinDim. Cuando estuvo totalmente recuperado, lo llevó al mar para que volviera a su hábitat natural. Lo asombroso fue que el pingüino volvió con João en junio, y repitió su visita durante los siguientes cinco años.
El biólogo João Paulo Krajewski, del departamento de Ecología y Zoología de la Universidad Federal de Santa Catarina, le contó la historia al canal de televisión brasileño Globo TV y las imágenes de este par de amigos dieron la vuelta al mundo.
"Los pingüinos son animales fieles a su entorno, y a estas alturas, DinDim ya interpretó que su hogar está en la playa junto a João", explicó Krajewski. El experto también aseguró que su especie -pingüinos de Magallanes o patagónicos- es originaria de la zona de la Patagonia, de Argentina y Chile, y suele migrar en invierno hacia el norte y llegar a las costas de Uruguay y el sudeste de Brasil con aguas más templadas, lo que significaría que el palmípedo nadaba alrededor de 8000 kilómetros para reencontrarse con su salvador.
"Como el animal pasa ocho meses en Isla Grande, es más exacto decir que ahora vive con João. Sale al mar durante cuatro meses y regresa a su casa", aseguró el biólogo. "No creo que DinDim piense que el hombre sea un pingüino, pero sin duda está unido a él y esto es claro por su comportamiento. Están muy cómodos y felices juntos. ¿Hay una mejor definición para la familia?", reflexionó.
Por su parte, el albañil no puede evitar emocionarse cuando habla de su particular amigo: "Amo al pingüino como si fuera mi hijo y creo que él me ama a mí. No deja que nadie más lo toque. Se sienta en mi regazo y deja que lo bañe y lo alimente".
Hasta el último momento
"Por su compasiva atención, esta placa está dedicada a Oscar, el gato", dice el reconocimiento que se expone en una de las paredes del geriátrico Steere House en Rhode Island.
Muchos animales dejan en claro que entienden muy bien el significado del compañerismo y de la lealtad, pero también existe la compasión como una virtud que se hace más latente en los animales que acompañan a una persona enferma en su lecho de muerte.
Un gato saltó a la fama en 2007 justamente por ser la compañía de los ancianos que estaban a punto de partir de este mundo. Muchos le adjudicaron un "sexto sentido" premonitorio, porque un día antes de que alguien muriera, saltaba a su cama y no se iba de su lado, hasta el último momento. Casi como un aviso, el gato repetía la misma rutina una y otra vez.
Los "poderes paranormales" de Oscar llamaron la atención de la publicación médica New England Journal of Medicine, donde contemplaron la posibilidad de que el felino pudiera oler algún tipo de feromona que lo ayuda a detectar las horas finales de la vida de un humano.
El autor David Dosa — médico geriatra y director del establecimiento- escribió el libro "De guardia con Oscar: el gato del don extraordinario", que es una recopilación de las historias de cada uno de los casos en los que la intuición gatuna no falló.
En una entrevista con el diario El Mundo, el doctor Dosa aseguró: "Quería escribir un libro que fuese más allá de las particularidades de Oscar, y contar porqué es tan importante para los familiares y especialistas que estuvieron con él".
El gato fue adoptado cuando era muy pequeño y lo entrenaron en un refugio para ser acompañante terapéutico de personas con demencia severa y etapas finales de diversas enfermedades. Desde los seis meses, el personal notó que el animal dormía con los pacientes que estaban a punto de morir.
El escritor recordó que una vez cuando todos los médicos estaban convencidos de que uno de los pacientes estaba en una condición crítica y no pasaría la noche, pero Oscar se negaba a sentarse cerca de él, y eligió en cambio la cama de otro interno del pabellón.
El gato tenía razón, y la persona con la que se quedó toda la noche murió primero, sorprendiendo a todo el personal. El hecho de que el animal supiera con exactitud que estaría con esa persona hasta su último suspiro, le daba tiempo a las enfermeras para comunicar el triste acontecimiento a los familiares. Ellos acudían a despedirse de sus seres queridos agradeciendo que estuvieran acompañados en sus instancias finales.
Es por eso por lo que la presencia de Oscar en el geriátrico estaba lejos de ser asociada con una escena macabra. Por el contrario, siempre será amado y recordado por todos. Pasará a la historia como el gato que acompañó a decenas de enfermos terminales en sus últimas horas de vida y que logró predecir alrededor de más de 100 muertes documentadas.
Este recorrido por tan solo cinco de las miles de historias que fueron famosas en el mundo por el protagonismo de los animales, comprueba que muchas veces sus rasgos casi humanos dejan boquiabiertos hasta a los mismos especialistas. La eterna gratitud, el amor recíproco, la entrega incondicional -hasta el punto de de dar su propia vida por la de las personas- y sus inspiradoras lecciones serán por siempre su sello heroico.
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