El edificio industrial reciclado tiene unidades con jardines propios y pisos superiores con terrazas.
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El atractivo lenguaje arquitectónico del Paso Yrigoyen –una fábrica textil convertida en complejo de viviendas por el estudio Dujovne-Hirsch– se cruza, en el interior de tres departamentos, con los modos de habitar de sus dueños. En cada intersección, un desenlace con encanto propio.
Mariana Somaini
Es diseñadora de indumentaria y vive con su marido, Máximo, y su hija, Ámbar, en un gran loft que funciona también como centro de operaciones de la marca que creó y lleva su apellido. Fueron de los primeros en mudarse al complejo. Su depto es un ambiente sin compartimentar con una deco alta en fibras naturales y guiños vintage.
Buscamos bastante por zona norte antes de dar con este lugar. Creo que íbamos a la pesca de ese ‘no sé qué’ fuera de lo convencional que terminamos encontrando acá
El loft que eligieron –un único ambiente con metros de sobra y carácter propio– se distingue por sus techos altísimos, una construcción de gruesos muros de hormigón que hacen que ni se escuche el tren que pasa, paredones de ladrillo a la vista y mucha luz natural.
"Acá, vida privada y trabajo se mezclaron siempre. El espacio junto a la escalera fue el showroom de mi marca varios años. Hoy es centro de operaciones, oficina, locación de fotos y playroom".
"Invertimos en dos ítems fundamentales para acompañar la escala del lugar: el gran sillón y la mesa del comedor. El resto, son muebles antiguos que heredamos, o que compré baratos online y reciclé".
"Cuando nació Ámbar nos planteamos armar cuartos, pero ninguna idea nos convenció: en todos los casos teníamos que resignar amplitud, luz y atentar contra el estilo del lugar, prescindiendo del ladrillo a la vista, por ejemplo".
Un gran sillón Chesterfield (Fradusco) delimita el living, que se completó con muebles usados comprados online: una mesa baja con patas de hierro, un aparador de madera natural sobre el que se apoya un tocadiscos ‘Stanley’ (Urban Outfitters) y plantas tropicales en cestos de fibras naturales.
Ana y Máximo
Él es economista y, también, uno de los pioneros del complejo. "Puso cemento alisado sobre la carpeta, una pintura así nomás, dos bombitas y se mudó. La luz era de obra, no había ni gas ni cortinas: me acuerdo que cuando venía, dormíamos con campera", nos cuenta Ana, que es doctora en Biología e investigadora del Conicet. Poco tiempo después, la pareja decidió casarse y mudarse juntos aquí.
"Cuando Máximo compró, ya le habían dado la idea de que se podía sumar un entrepiso si se hacía una obra en la que se socavara el área de la cocina". La encargada de la reforma fue la arquitecta Sofía Peña, del Grupo DWG: una amiga de la pareja que ya había hecho dos remodelaciones en departamentos de conocidos.
"La idea de la obra fue coordinar todos los ambientes en una planta combinada pero sectorizada por función", dice la arquitecta Sofía Peña. En la práctica funciona: en las frecuentes reuniones, los amigos se desparraman por toda la casa. La obra duró todo un verano: la cocina se bajó casi un metro del nivel 0, se extendió sumando una porción del baño y orientó al jardín. Se construyó un entrepiso para el cuarto principal y un flamante baño, ubicado detrás de la cabecera de la cama. Además, se reacondicionó el jardín con un planteo que lo incorpora fluidamente a los espacios interiores.
La cocina original, más angosta, estaba ubicada sobre la pared donde ahora hay un pizarrón. La nueva orientación aprovecha mejor el espacio y lo vincula aún más con el jardín. En el lateral, muebles con frente de MDF laqueado blanco, mesada de mármol granítico negro y alzada de azulejos Subway. Mesada alta que funciona como barra y espacio de trabajo, con banquetas armadas con sobrantes de obra; en continuado, se alineó la mesa de comedor (todo de Grupo DWG). En lugar de cemento alisado, acá se optó por un piso granítico (Moltrasio).
Por un tema de facilidad de colocación y mantenimiento, estos vecinos optaron, al igual que Mariana, por un piso de cemento alisado para el living, un sector del patio -donde se trepa a una grada contra la medianera- y la escalera a la cocina.
Para la ambientación incorporamos diseños del Grupo DWG y algunos regalos de casamiento pero, sobre todo, muebles con historia, heredados
En el living, sofá a medida, mesa ratona de madera reciclada (Woodhead), sillones antiguos heredados de la abuela de Ana y retapizados, y banqueta con patas de madera y tapizado capitoné (Estación Ortiz).
Cama hecha a medida por un carpintero, cubrecama y almohadones blancos y mesas de luz a tono (Rústica y Vintage). En la cabecera, acuarela pintada por el arquitecto Alex Sahores, padre de Ana. "El placard del cuarto se montó sobre un nicho existente: el mismo que en el living se convirtió en estantería para exponer los objetos de viaje".
El Estudio lo dividió en sectores. Junto a la salida desde la cocina, huerta con aromáticas (Plantero), maceteros contra la medianera y pisada de grama bahiana. En el centro, el comedor al aire libre, con piso de tejuelas de cemento (Bará Cemento), mesada con parrilla a gas (Gastrofactory), taburetes (Estación Ortiz) y juego de mesa y sillas plegables (Mercado Libre) restaurados por los dueños.
Mariana y Mila
Al igual que su tocaya del loft, Mariana –publicista de profesión y madre de Mila– también dio bastantes vueltas antes de dar con Paso Yrigoyen. Venía de vivir en un complejo de torres de la zona (más precisamente el Horizons), y si bien buscaba una onda más hogareña, le costaba resignar las bondades de la torre.
Esta casa dio en la tecla: está en planta baja y, además de tener un jardín propio en forma de ‘L’ con parrilla que las conquistó desde la entrada, el complejo tiene pileta y gimnasio. Antes de dar el sí, consultó con una arquitecta, para ver si era factible la idea que ella tenía en mente: extender el primer piso sobre la doble altura del living, para poder armar ahí su habitación. Confirmada la hipótesis, encomendó la obra al Estudio VC, de las arquitectas Victoria Falcón y Coni Siniavsky, que resolvieron la planta alta con una zona de juegos central y un flamante cuarto principal comunicado.
Los sectores de ladrillo a la vista se pintaron de blanco para dar más amplitud al ambiente, conservando la calidez de la textura.
Cerrando la planta alta que balconeaba sobre el living y extendiéndola a su máxima expresión, se logró una distribución de casa ‘tradicional’, con los ambientes sociales abajo y los cuartos arriba. Un sillón de tres cuerpos con funda lavable traído de su casa anterior se complementó con almohadones en tonos de gris y una mesa ratona con tapa de vidrio circular.
La ambientación sigue una paleta neutra con presencia de madera. El color, lo suman los cuadros. Una vez más, la elección para el piso fue cemento alisado. En este caso, una decisión de los dueños anteriores que Mariana celebró como un práctico acierto.
Mariana también conservó la cocina sin modificaciones: incluir frentes enchapados también fue una feliz decisión de los dueños anteriores. En la galería techada con fibra de vidrio para permitir el paso de la luz al interior, parrilla de acero inoxidable con frente cerrado, mesa de exterior con tapa de madera a medida y sillas de acero inoxidable.
"El ambiente que planteamos en el centro de la planta alta es clave: es a la vez distribuidor, espacio de juego de Mila y extensión de mi vestidor".
La escalera desemboca en un ambiente funcional, que las arquitectas del estudio VC equiparon con una cajonera baja de melanina laqueada debajo de la ventana y un mueble de guardado que es a la vez divisor parcial con el cuarto de Mariana.
En el cuarto de Mila, cama de madera maciza (El Corral), mesa de luz con cajón rosa (El Gusanito Kids), y mueble de guardado con bolsas de tela de distintos colores para organizar los juguetes realizado a medida.
En este momento, tener mi cuarto abierto me resulta súper práctico. Más cerca de la adolescencia de Mila, se puede convertir en un escritorio
Un escritorio de melamina (Estudio VC) estratégicamente ubicado le permite a Mariana trabajar cómoda sin perder de vista a su hija. A cada lado de la cama, con almohadones y fundas en la gama de gris (Atelier de Hilos), mesa de luz ‘Tulip’ y lámpara de acero inoxidable con brazo móvil.
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