Según un estudio, las personas lucen más atractivas con tapabocas: por qué y cuál es el que hace que se vean mejor
Una investigación realizada por la Universidad de Cardiff reveló que la pandemia modificó la connotación negativa que tenían los tapabocas
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Según un estudio realizado por la Facultad de Psicología de Cardiff, la imagen negativa sobre las personas que utilizan barbijo se modificó con la pandemia del Covid-19. Esta conclusión se dio luego de que la institución educativa galesa comparara diversos rostros totalmente descubiertos con otros tapados parcialmente, con diferentes objetos o mascarillas. El resultado arrojó que estos últimos resultaron más atractivos.
Si bien los tapabocas siempre fueron asociados con enfermedades, contaminación o algún otro factor negativo, los investigadores se sorprendieron al advertir, con su trabajo, que esa relación se modificó con el advenimiento del coronavirus.
De hecho, en el estudio publicado en la revista Cognitive Research: Principles and Implications, afirman que las personas que participaron de las pruebas consideraron que, tanto los hombres como las mujeres, se veían mejor con un cubrebocas que oscurecía la mitad inferior de sus rostros que sin él. Incluso, también descubrieron que entre las diferentes mascarillas la más atractiva es la quirúrgica de tipo desechable.
Para concretar el estudio, los investigadores desarrollaron varios experimentos en los que le presentaron a los participantes imágenes de rostros previamente calificados como de atractivo alto, bajo o medio. Algunas de esas caras llevaban máscaras médicas, mientras que otras tenían la mitad inferior ocluida con una tarjeta o un cuaderno y otras estaban descubiertas. Entre todas esas variantes, los usuarios de máscaras quirúrgicas fueron elegidos como los más atractivos.
El doctor Michael B. Lewis, uno de los autores del estudio, intentó comprender las tendencias y explicó que es posible que las mascarillas mejoraran el atractivo porque dirigían la atención a los ojos.
En sintonía con ello, señaló que otras investigaciones habían encontrado que cubrir la mitad izquierda o derecha de la cara también hacía que las personas se vieran más atractivas; en parte, porque el cerebro llena los espacios que faltan y exagera el impacto general, mejorándolo.
De esta manera a partir del estudio se contempló como una posibilidad que, al cubrir la mitad inferior de la cara, se obstruyan rasgos faciales indeseables o deseables: un elemento clave al determinar si una persona resulta o no atractiva.
A pesar de estos aspectos positivos y de los beneficios médicos, tal como detalló el documento, el uso de máscaras también tiene costos en la vida diaria de las personas, como por ejemplo que “provocan una incomodidad percibida, perjudican la comunicación y pueden ser una barrera para la interacción social”. Así, el estudio resaltó que estos elementos limitan “las interacciones cara a cara cruciales entre los recién nacidos y sus figuras de apego principales, lo que podría impedir la vinculación temprana”, y afectan el reconocimiento de las emociones.