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La prensa del corazón mostraba semanas atrás imágenes de la actriz Nicole Kidman caminando con su carry on por el aeropuerto de Los Ángeles, a punto de embarcarse a Australia, su país natal. No tardaron las especulaciones en agitar las redes sociales...¿divorcio?, ¿terceros en discordia?, ¿crisis de pareja? Lo cierto es que la actriz aprovechó el periodo de las fiestas de fin de año para ir a visitar a su familia en Sídney, mientras su marido Keith Urban hacía lo propio con la suya, siguiendo una costumbre muy saludable. Es común en los Estados Unidos que las parejas se tomen un sabático marital o marital summer sabatical, (sabático, por la tradición judía del Sabbat, o sábado como día libre para reflexionar y hacer vida espiritual) que no es otra cosa que un paréntesis más o menos largo que, de paso, sirve para resetearse y poner en perspectiva el vínculo amoroso. Un tiempo de reencuentro con la individualidad, habida cuenta que funcionar simbióticamente 24/7, por muy independientes que seamos, no es natural.
Vacaciones de la pareja: una esperanza para seguir juntos
Tomarse vacaciones del otro es una práctica de larga data y no necesariamente sucede cuando los cosas están mal, sino que funciona incluso cuando estamos mejor que nunca, como explica en The marriage sabbatical: the journey that brings you home (El año sabático matrimonial: el viaje que te lleva a casa) la escritora Cheryl Javis. En la Edad Media, cuando las mujeres casadas querían estar solas se refugiaban en los conventos, recuerda la autora, en cuya opinión pasar largos períodos separados le otorga una mayor esperanza de vida a los matrimonios, hoy más que nunca dada la fragilidad de los vínculos contemporáneos. En ese contexto, extrañarse un poco puede tener efectos sanadores, sobre todo para reencender la mecha de la pasión. “En un momento en el que muchos se preguntan cómo hacer que sus matrimonios prosperen durante largos años, es vital ver los períodos sabáticos dentro del matrimonio no como una patología, sino como una promesa” escribía Javis, citada en un artículo publicado en El País de Madrid por la periodista Marita Alonso.
Ahora que está de moda, y en buena hora, el concepto de bienestar sexual, una encuesta sobre los hábitos y tendencias de las citas románticas para este 2024 refleja la manera de encarar las relaciones en el futuro, luego de dos años en los que el celibato voluntario (y el obligado) fueron tendencia. Según el sondeo de Lovehoney Group, muchos “se tomarán breves descansos de las relaciones comprometidas para explorar el crecimiento personal, las metas y el autodescubrimiento antes de regresar a la pareja” señala en su reporte la empresa especializada en bienestar sexual.
Entendido como un viaje por adentro de uno mismo (con toda la volatilidad que eso implica), es esencial destacar que el sabático marital no se concibe como una solución para los problemas conyugales sino más bien como una oportunidad para cultivar la conexión emocional y renovar el compromiso a través del crecimiento personal. La comunicación abierta y la transparencia son elementos fundamentales para implementar esta práctica de manera exitosa, ya que ambas partes deben estar de acuerdo y comprometidas con la idea. Por eso, el alcance y el significado del parate sentimental deberá ser consensuado, y en especial deberá tratarse el aspecto de los vínculos con posibles terceros, léase las infidelidades, si es que pueden llamarse infidelidades en el marco de un pacto. Mientras algunos lo entienden como una etapa para disfrutar la soledad y concretar proyectos postergados, otros lo viven como una prueba que necesariamente incluye desconectarse y ‘conocer’ gente nueva.
“La pausa sabática se centra principalmente en el crecimiento personal, la autoexploración y el autodescubrimiento. Ambas partes buscan tiempo para nutrir sus necesidades individuales. Se lleva a cabo mediante un acuerdo mutuo y consciente entre la pareja, donde ambas partes están de acuerdo en tomar este tiempo para su desarrollo individual y, de paso, fortalecer la relación”, explica Ainoa Espejo, coach y grafóloga personal y de relaciones citada en el diario El País. “La comunicación durante ese tiempo es clave. Las parejas suelen establecer límites claros, compartir expectativas y mantener una conexión emocional a lo largo de este período. A veces puede estar propiciado por eventos externos, ajenos a la relación, como las vacaciones, separación por trabajo u otros motivos”.
El salto al abismo de volver a ser solteros y la conexión genuina
Claro que requiere mucho coraje tomar una decisión semejante, cuando no está empujada por eventos puntuales como las vacaciones en el caso de Kidman y su marido. Volver a ser solteros por un rato supone un salto al abismo, para algunos: la confianza se pone en riesgo. ‘¿Se olvidará de mi en ese tiempo?’, ‘¿y si conoce a alguien y me deja?’ o ‘¿y si descubre que es mejor vivir separados?’ son las preguntas más comunes que enfrentan quienes deciden hacer una pausa. “Decidir libremente cada día si queremos seguir compartiendo nuestro camino con esa persona puede otorgar un nivel de compromiso más auténtico.
Este acuerdo diario, basado en decisiones maduras y conscientes, puede superar la aparente solidez de relaciones sostenidas por pactos formales o situaciones compartidas a largo plazo. Es un recordatorio de que la verdadera esencia del compromiso reside en la elección continua de estar juntos, haciendo que cada día sea un acto renovado de amor y conexión genuina”, asegura Espejo.
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