Axel Kuschevatzky dice que el aislamiento le cambió la existencia por completo: "Fue como si hubiesen soltado una bomba atómica en la mitad de nuestras vidas". El productor y cinéfilo más famoso de la Argentina, ganador del Oscar por El secreto de sus ojos, acababa de radicarse en Los Angeles con su mujer y sus hijos para desarrollar su productora internacional Infinity Hill, que inauguró a fines de 2019 junto a Cindy Teperman y se estaba adaptando con su familia a esa nueva vida, cuando la realidad de la pandemia obligó a modificar otra vez los hábitos y dar de nuevo.
Atravesar la cuarentena
–¿Te cambió en algo el aislamiento?
–El aislamiento me cambió la existencia completa. Nosotros nos habíamos mudado a Los Angeles hace tres meses, tengo hijos en edad escolar adaptándose a una sociedad nueva, una forma de educación diferente, nuevos amigos, en el caso de mi hijo mayor toda la educación en inglés... Yo estaba teniendo reuniones por proyectos todo el tiempo, y de golpe fue como si se hubiese soltado una bomba atómica en la mitad de nuestras vidas. Entiendo que esto le pasó a todo el mundo, pero nos cambiaron todas las reglas del juego, ¡nos sacaron los pedales en la mitad de la bicicleteada!
–¿Y la convivencia en aislamiento? ¿De qué tareas de la casa quedaste a cargo?
–La convivencia siempre es una prueba de resistencia en el estado natural, y en un aislamiento, mucho más. Entonces tratamos de estar por momentos juntos, por momentos separados. No estar todo el tiempo agrupados porque te salta la térmica muy rápido. Sobretodo porque los chicos siguen teniendo escolaridad a distancia y porque yo no dejé nunca de laburar. Las tareas del hogar nosotros siempre las tenemos compartidas. A mí me toca mucho todo lo que es servicios, pagar cosas, eso me cae sobre la cabeza a mí.
–¿Qué pasó con tus proyectos? Se habló mucho de la postergación del estreno teatral de Casados con hijos, que finalmente será sin Erica Rivas…
–Los proyectos que tenían que filmarse o empezar a ensayarse, como en el caso de la obra de teatro de Casados con hijos hoy están en compás de espera, esperando que lentamente autoricen volver a nuestra vida real. Casados con hijos se pateó para enero (ahí yo soy sólo coautor de la obra con Diego Alarcón) entonces ocurre lo que todos sabemos: que hasta que no pueda estar la gente en lugares públicos, no va a haber ni teatros ni cines. El efecto se siente muy inmediato en todo el sector.
–¿Ves más películas? ¿Y series? ¿Cuáles recomendarías para este momento?
–No sé si recomendaría algo… una de las cosas que pasa es que tengo una hija de 8 años y un hijo de 12 y es un ritual familiar ver películas. Creo que los que tenemos hijos chicos agradecemos la posibilidad de ver películas animadas o de ver películas para ellos en una suerte de cinta infinita, porque hoy eso es inagotable.
–¿Pensás que vamos a aprender algo como sociedad de la pandemia?
–No estoy muy seguro. Porque así como tenemos gran capacidad de adaptarnos a situaciones malas como esta, las sociedades tienen una gran capacidad de olvidar. Yo creo que sí puede habilitar discusiones e ideas de responsabilidad. En Estados Unidos, los sectores más conservadores van a aprovechar la oportunidad para cuestionar a China, y los sectores más progresistas van a cuestionar el manejo de temas como la salud pública y la poca preparación que tuvo el poder ejecutivo (siempre en Estados Unidos) para enfrentar una pandemia que se sabía que existiría. Esos van a ser los dos próximos ejes de discusión fuertes que ya se están empezando a discutir.
Mi secreto
Tengo una anécdota un poco ridícula. La primera vez que vine a Los Ángeles fue en 1981. Yo tenía en esa época un solo hermano –después mis padres tuvieron otro hijo, mi hermano menor– así que vinimos los cuatro acá a Los Ángeles. Y mis viejos compraron algo, que ya no existe más, y que te vendían en esa época: mapas con las casas en donde vivían las estrellas. Entonces, era una buena excusa para subirnos a un auto y recorrer diferentes zonas de la ciudad suponiendo que del otro lado vivía una estrella de Hollywood, alguien que jamás en nuestra vida podríamos chequear que realmente vivía ahí. Los mapas de las estrellas existen desde los años 30, hoy están online, pero en esa época se lo comprabas a un tipo que estaba parado en una esquina en Beverly Hills. Mi viejo está convencido de que andando con el auto nos pasó con el auto Doris Day, manejando, ¡inchequeable! Pero las dos únicas personas que yo pedí que fuésemos a ver cómo eran sus casas fueron Vincent Price y Jerry Lewis, que eran mis dos héroes del cine cuando tenía nueve años. Fuimos a la puerta de la supuesta casa de Vincent Price. Yo sentí que estuvimos como una hora, debemos haber estado diez minutos y mis viejos me dijeron "no está, vámonos", y de ahí fuimos a la puerta de la casa de Jerry Lewis. En la puerta había cámaras de seguridad, una puerta metálica enorme, y alambre, era como imposible… y decepcionados nos volvimos. Yo sentía que era lo más cerca que podía haber estado de mis héroes de las películas. Okey… salto en el tiempo: hace unos años estábamos tratando de armar una película con un amigo mío, un director norteamericano legendario de los años setenta, y se nos ocurrió que un personaje de la película que estaba inspirado en Jerry Lewis, lo podía hacer Jerry Lewis, que a pesar de que estaba muy grande estaba en condiciones de hacerlo. Jerry Lewis vivía en ese momento en Las Vegas. Mi amigo director lo llama por teléfono y le dice: "Bueno Jerry queremos hacer esta película con Axel, queremos proponerte a ver si te interesa". Y Jerry del otro lado le pregunta: "¿Y qué personaje es?". Y mi amigo: "Un fantasma". "¿Un fantasma? Fuck you!" Y le corta el teléfono. Así que no sé si hubiese sido tan lindo cruzarlo a Jerry. Mejor dejarlo ahí, en ese terreno idealizado que viví teniendo nueve años, esperando en la puerta de su casa a ver si algún día salía.
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