Secreto en el palacio: las primas de Isabel II que la corona ocultó por 40 años
Nerissa y Katherine Bowes-Lyon fueron dos miembros de la familia real. Sin embargo, no tuvieron ningún tipo de relevancia pública hasta la fecha del fallecimiento de una de ellas, que recibió el mismo funeral que se le da a una persona anónima que vive en la calle.
Casi toda su vida transcurrió en el encierro y sus condiciones de vida fueron paupérrimas: en el instituto mental en el que fueron internadas, considerado "aterrador" por sus visitantes y con denuncias de abuso de exempleados, tuvieron lo básico o menos. Pero cuanto más intentaron ser negadas por la familia, más fueron expuestas por la prensa británica.
Las primas hermanas de la reina Isabel II nacieron a principios del siglo XX: Nerissa en 1919 y Katherine en 1926, hijas de John Herbert Bowes-Lyon y su esposa Fenella. Tenían 15 y 22 años, respectivamente, cuando su familia decidió internarlas y darlas por fallecidas. Las hermanas estuvieron encerradas en 1941 en el Asilo Real de Earlswood para los Defectuosos Mentales, en Redhil, Surrey.
Por ese entonces, la discapacidad era usualmente asociada a las familias de clases bajas. Así lo explicó Jan Walmsley, profesor de Open University dedicado a estudiar la concepción de la discapacidad a o largo de la historia: "Por ese entonces, la creencia era que si tenía un hijo con discapacidad de aprendizaje, había algo en su familia que era sospechoso e incorrecto".
Así, Nerissa y Katherine fueron consideradas desde su más temprana edad un factor que podía "manchar" la posición social de los Bowes-Lyons, e incluso "dificultar" las posibilidades de Anne y Diana, las otras dos hermanas nacidas de la pareja (hubo una tercera hija, Patricia, que falleció antes de cumplir un año). Las dos mujeres nacidas sin discapacidad crecieron como altezas: Anne Bowes Lyon, incluso, llegó a convertirse en la princesa de Dinamarca.
La vida de las hermanas y el triste final de Nerissa están retratados en un un documental de Channel 4 llamado Las primas escondidas de la Reina, que recopila testimonios y enmarca históricamente la concepción de la discapacidad en la primera mitad del siglo XX.
El asilo del terror
El de Earlswood fue el primer instituto de Inglaterra creado para personas con discapacidades de aprendizaje. cuando ingresaron, Nerissa era una adolescente, y Katherine apenas pasaba los 20 años. Según los registros médicos, el diagnóstico de Katherine fue "imbécil", y un médico de la entidad dejó registro de que ella no podía hablar y hacía "ruidos indistinguibles".
Judy Wilkinson, de 67 años, visitaba con frecuencia el lugar durante la década del 50, ya que estaba internada Nicola, su hermana mayor. Ella describió el lugar como "aterrador" y recordó que los internos siempre llevaban la misma ropa, que eran las únicas prendas que podían usar, destinadas a recibir visitas. No era el caso de Nerissa y Katherine. Dot Penfold, empleada del lugar, aseguró: "Nunca ví venir a nadie a verlas. La impresión que tenía es que habían sido olvidadas".
El Royal Earlswood fue cerrado en 1997, luego de una larga ola de escándalos alrededor suyo. El cierre fue dado luego de que las autoridades sanitarias descubrieran que los internos vivían en pésimas condiciones: había hacinamiento, poco personal a cargo, y algunas declaraciones de exempleados sostuvieron que se habían registrado abusos. Tras su cierre, Katherine fue trasladada a un asilo de ancianos, en el que vivió en similares condiciones.
La vida en el encierro
Si bien nunca existió registro formal de que ambas estaban institucionalizadas -su existencia era un secreto del que igualmente nunca se dejó de hablar-, la última visita que recibieron, según los libros del asilo, fue en 1960.
"Si la reina o la reina madre alguna vez aparecieran en televisión, ellas harían una reverencia: muy regia, muy baja", dijo Penfold. "Obviamente había algún tipo de memoria. Fue muy triste solamente pensar en la vida que podrían haber tenido. Eran dos hermanas adorables. No podían hablar, pero señalaban y hacían ruidos, y cuando las conocías, podías entender lo que intentaban decir", añadió la mujer y sostuvo: "Hoy probablemente hubieran recibido algún tipo de terapia y tendrían un mejor desarrollo para expresarse".
Cuando el 29 de julio de 1981 Lady Di se casó con el Príncipe Carlos, la reina llegó a la Catedral de San Pablo y saludó a la multitud. Ese día, según el relato de los enfermeros a cargo de cuidar a las hermanas, ambas vieron la ceremonia por televisión y se mostraron felices.
"Recuerdo haber pensado con mi compañera cómo, si las cosas hubieran sido diferentes, seguramente habrían sido invitadas a la boda", contó Onelle Braithwaite, una de las enfermeras que cuidó a las hermanas. Braithwaite describió el comportamiento de Nerissa y Katherine de aquel día como de excitación por lo que estaba ocurriendo en la pantalla.
La historia de las hermanas no se conoció hasta 1985, cuando falleció Nerissa. Tuvo el funeral que el gobierno británico otorga a las personas en situación de calle. En su tumba depositaron una modesta placa de plástico con su nombre y un número de serie para identificarla. Katherine falleció en un geriátrico en 2014. Tenía 87 años.
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