Recién a los 39 años y luego de soltar miedos y ataduras pudo dar el salto. El desafío valió la pena y la sorprendió por completo.
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Desde pequeña, cuando a los 11 años escuchó por primera vez Slowhand, el quinto álbum de estudio del británico Eric Clapton y se enamoró del blues y la guitarra, supo que su vida iba a estar ligada a la música. Consciente de esa búsqueda, persiguió su objetivo y en 2002 se recibió en las carreras de grado Licenciatura en Música con especialidad en Composición y en Profesorado Superior de música en la Universidad Católica Argentina (UCA). “Pero siempre, por un motivo u otro, fui dilatando el momento de concretar mi deseo de viajar por el mundo y poder vivir de su música. Estaba de novia, tenía miedo a lo desconocido, me asustaba el desarraigo, dejar la familia, los amigos. En fin, una suma de miedos que me frenaban a la hora de cumplir mi sueño”, recuerda Vanesa Harbek.
Con sus títulos bajo el brazo comenzó a trabajar como profesora de música en diferentes escuelas, conservatorios, y, en forma paralela, fue armando su carrera musical como cantante , guitarrista y compositora. Llegaba de dar clases de la escuela y empezaba la otra faceta de su trabajo de autogestión: siempre fue su mi propio manager, la encargada de conseguir shows y participar en giras. Fue a partir de 2012 que tuvo la oportunidad de comenzar a circular en giras al interior de Argentina y también por todo América Latina, en festivales de Blues y pequeños circuitos, ya que por su trabajo en la escuela no podía ausentarse por más tiempo que un fin de semana.
“Recuerdo un episodio especial. Fui a tocar a Ecuador a un festival de Blues un fin de semana y la logística fue de locos. Ese viernes por la tarde, en cuanto salí de la escuela me había tomado un remis a Ezeiza, había aterrizado en Quito al otro día, cumplido con el show y luego de regreso a Buenos Aires para aterrizar e ir derecho en taxi a la escuela sin pasa por mi casa. Era una doble vida que me gustaba pero que ya no podía sostener más”.
Un pasaje y una guitarra
El esfuerzo dio sus frutos. En enero de 2016, Vanesa visitó por primera vez Europa y también hizo una pequeña gira, tocó en Berlín y en algunas ciudades en Polonia. Había resultado todo mejor de lo que imaginaba. El resto de los días aprovechó para conocer y pasear. Estuvo un mes en total, lo que duraban sus vacaciones en la escuela. “Me quedé maravillada con el viaje y la experiencia, volví a Buenos Aires y me dije a mí misma: el año que viene me mudo a Berlín”.
Sin embargo, a mitad de año los planes cambiaron. Javier Vargas, de Vargas Blues Band, una banda española de blues la invitó a girar con ellos la próxima temporada. Desde luego aceptó la propuesta y dio comienzo a su aventura. A fines de diciembre de 2016 voló a Madrid con una valija y su guitarra. Giró tocando con la Vargas Blues Band seis meses por toda España. Cuando terminó el tour, estaba lista para retomar su plan original, de modo que voló a Berlín, en Alemania para concretar su proyecto. Tenía una amiga del secundario que se había mudado a Berlín hacía unos años, así que los primeros meses paró en su casa hasta que consiguió su actual departamento.
Como no conocía a nadie, puso en juego sus habilidades como relacionista pública de su propio trabajo y se propuso asistir todas las noches a distintas jam sessions y clubes de blues y jazz para conocer músicos y darse a conocer en el ámbito musical berlinés. “Pasaron algunos meses y logré armar mi banda. Hacía trabajo de oficina para promocionar nuestro trabajo, pasaba horas sentada frente a la computadora, contactaba a quienes me interesaba y armaba giras por Europa. Fue así que llegamos a tocar en festivales de blues y jazz en Alemania, España, Polonia, Suiza, Holanda, Italia, Rumania, Irlanda, Lituania, Eslovaquia , Austria y República Checa”. Eso no fue todo. También grabó un CD de tango moderno “High Heels Tango”, todas composiciones originales con un productor polaco en Varsovia en 2018, lo que la llevó a girar por todo Polonia y tocar en la radio y la televisión de ese país.
Actualmente está trabajando con un productor alemán, Martin Engelien. El año pasado estaban de gira por Alemania en marzo y con la pandemia tuvieron que suspender todo. “Tenía la agenda completa de giras y festivales pero todo quedó cancelado”.
Amor a primera vista
Con Berlín fue amor a primera vista. Desde la primera vez que pisó su suelo, Vanesa sintió que estaba en casa. “Es una ciudad donde se respira arte, hay gente de todos los lugares del mundo, está super bien ubicada, tiene lugares verdes enormes, bosques parques, lagos donde podés bañarte en verano en medio de la ciudad. Es imposible aburrirse acá”. Actualmente vive en Charlottenburg y asegura que está dedicada 100% a la música y al arte: graba, compone, toca y sale de gira por Europa.
Aunque el clima y la oscuridad son dos aspectos de la ciudad que no la convencen mucho -el invierno es muy duro y largo: a las 15.30 empieza a oscurecer y a las 16 ya es de noche- Vanesa no se arrepiente de su decisión. “Lo que más me gusta es que puedo llevar adelante mi carrera musical, puedo vivir haciendo lo que más amo, puedo caminar tranquila por la calle a cualquier hora, salir de tocar a la medianoche y volver sola en transporte público con mi guitarra y no pasa nada... me siento segura”.
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