Se dobla y no se rompe
Se viene una nueva generación de equipos que pueden ser celulares y tabletas a la vez gracias a las pantallas plegables, una tecnología caracterizada por la versatilidad del dispositivo al momento de transformarse. A simple vista, los primeros prototipos están lejos de ser la versión digital de un diario impreso o una revista. No se pueden enrollar ni doblar de forma arbitraria. Tampoco se pueden usar para encender el fuego del asado, por supuesto. Estos equipos híbridos representan un nuevo avance en una industria tecnológica ávida por presentar nuevos formatos de equipos.
El puntapié inicial lo dio Samsung con el Flex, un prototipo equipado con dos pantallas, una más grande bajo la modalidad tableta, que tiene la capacidad de plegarse. Por su parte, el display secundario se activa cuando el equipo se transforma en un smartphone.
Con un auditorio a oscuras, no se pudo ver en detalle al nuevo equipo que Samsung presentó en San Francisco en noviembre pasado, pero se notó que aún es un prototipo algo voluminoso para los estándares de un mercado acostumbrado a smartphones con pantallas sin bordes, que a lo sumo están alterados por el inefable notch impuesto por el iPhone X de Apple.
Casi de forma simultánea, Google le dio la bendición al nuevo formato convertible bajo el nombre de foldables, equipados con una o dos pantallas, y con un sistema operativo Android adaptado a los continuos cambios en la interfaz de usuario. Sin un lanzamiento oficial, los foldables tendrán un largo camino por recorrer durante 2019. Más allá de la emoción inicial que generan las novedades en el mercado, el Flex de Samsung y otros equipos similares tendrán la ardua tarea de convencer a los usuarios de sus prestaciones, ya que tendrán un precio que estará por encima de los actuales smartphones de alta gama.