Se cayó del barco y para salvarse nadó 17 kilómetros en aguas invadidas por tiburones
Un marinero australiano, que recorría el mundo desde 2019, se resbaló mientras pescaba y cayó en aguas profundas plagadas de depredadores; cómo logró llegar a tierra
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Hace una semana, John Deer pescaba en Panamá cuando de repente se resbaló, perdió el equilibro y se cayó al agua. En simultáneo, su barco -que navegaba modo piloto automático- siguió su marcha dejándolo varado en el medio del mar. Aunque todavía, al marinero australiano, le esperaba un peor escenario: un mar lleno de tiburones, que lo obligaron a nadar 17 kilómetros para salvarse.
“Recuerdo haber golpeado el agua y cuando vi mi bote zarpar, pensé, esto es todo, he terminado, voy a morir”, contó el joven que zarpó en 2019 desde Grecia con la idea de recorrer el mundo, en una entrevista con el Daily Mail Australia.
Y agregó: “Pasó tan rápido. Puse mi pie en el lugar equivocado y de repente estoy en el agua viendo cómo mi bote se alejaba y completamente indefenso. No sé si fue tanto pánico como negación al principio. Empecé a gritar ‘¡no, no, no!’”.
Según los lugareños, la zona en donde cayó Deer es conocida como “punto de tiburón”, debido a la cantidad de depredadores que merodean en esas aguas. Y como si no alcanzara con la desgraciada situación que le tocó atravesar, su caída se produjo cuando quedaba solo una hora de luz y no tenía salvavidas.
“Habiendo hablado de esto muchas veces con otros marineros como lo peor que podía pasar, de repente me encontré en el agua, mi bote, mi hogar y mi seguridad navegando lejos de mí a un ritmo alarmantemente rápido. Estaba a 9 millas náuticas mar adentro, a unos 17 km”, escribió en su cuenta de Instagram.
Y continuó: “Sabía que tendría que mantener la calma y conservar mi energía si quería tener alguna posibilidad de sobrevivir”. Así comenzó una rutina alternando brazada de pecho y brazada de rana y comenzó a dirigirse hacia donde estaba la tierra. Sin embargo, el viaje no fue fácil, ya que nadó en aguas plagadas de tiburones y otros depredadores.
En un momento, el desafortunado marinero sintió que algo le mordía el pie y le entró el pánico. “Temiendo que fuera un tiburón, entré en frenesí. Empecé a gritar, patear y golpear en todas direcciones para asustarlo. Sabía que tenía energía limitada, me estaba cansando tanto que decidí seguir nadando”, contó.
“Pronto me di cuenta de que eran peces los que me estaban mordisqueando. Simplemente no me dejaban en paz, eran del tamaño de mi antebrazo y seguían mordiendo mi cuerpo y piernas. Tengo marcas de mordeduras y arañazos en todas mis piernas desde a ellos.”, añadió.
Ya agotado, John continuó nadando y utilizó un ingenioso método para calcular cuán lejos estaba de la tierra. “Extendí mi brazo y la tierra cubrió completamente mi mano al principio. Revisé nuevamente lo que pensé que era aproximadamente una hora más tarde y pude ver un poco de la montaña a cada lado de mi mano”, explicó.
Por la mañana, después de nadar hasta el siguiente punto con las primeras luces, el marinero sintió que estaba a la deriva. “Encontré un palo de tamaño decente y puse mi camiseta en el extremo para usar una señal para señalar a los barcos que pasaban. El primero no me vio, así que trepé a un lugar más visible más arriba. El segundo barco me vio y me devolvió el saludo, pero siguió adelante”, contó.
“Y, finalmente, un tercero vino a rescatarme y accedió a llevarme a la ciudad fronteriza a la que me dirigía originalmente después de ver la desesperación y las lágrimas en mis ojos”, relató Deer.
Cuando llegó a la costa, se enteró que su embarcación chocó contras unas rocas y quedó destruida. En consecuencia, su viaje con el fin de recorrer el mundo quedó trunco. Sin embargo, aún con el dolor de que su sueño terminara abruptamente, el marinero agradeció por el milagro de salvarse.
“Ahora viene la abrumadora tarea de lidiar con el barco, que en un abrir y cerrar de ojos ha pasado de ser mi mayor activo a una enorme responsabilidad. Sobre todo me alegro de estar vivo. Las posesiones van y vienen. Y ha sido un gran viaje hasta ahora: de Grecia a Panamá en 3 años. Es triste que no pueda continuar el viaje de regreso a Australia como estaba planeado. Pero supongo que la vida tenía ideas diferentes para mí”, concluyó en su posteo de Instagram.
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