Se cansó de ser Policía, dejó todo y hoy vive de comer hamburguesas
Jorge González es español y hoy todos lo conocen como Joe Burgerchallenge; “nunca pensé que se podía convertir en un trabajo”, dijo sobre la actividad que hoy lo mantiene
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Durante muchos años, Jorge González fue un inspector de la Policía Nacional de España -y con todo lo que eso implica-. Paso por el puesto de cadete, ascendió a fuerza de experiencias y crudos momentos, se enfrentó a criminales y encabezó duras investigaciones. Pero cuando cumplió los 41 años su vida cambió. Algo en él se modificó y se dio cuenta de que ser policía no era lo que quería para sus días. El retiro estaba lejos y todavía quedaba mucha carrera por delante. Sin embargo, decidió entregar la placa y el arma para agarrar la espátula y el delantal y dedicar su vida a comer y cocinar hamburguesas.
Así fue como nació Joe Burguerchallenge, una cuenta de Instagram que reúne cerca de 148 mil seguidores de todo el mundo y donde muestra las distintas hamburguesas que prueba, se anima a preparar pizzas gigantes y a mostrarle a sus fans algunas recetas que tiene escondidas.
“Todo en mi perfil me lo he comido”, explica en la descripción de su usuario en redes donde se presenta. Sus fotos y videos van desde un pan bañado en una cantidad exorbitante de queso cheddar, cuatro medallones de carne picada que ninguna mandíbula puede soportar o una foto de él entrenando en la nieve -porque los hábitos de un policía son difíciles de olvidar.
“Todo comenzó por afición y diversión”, le contó a ABC. Pero el camino fue largo y para nada repentino. En un inicio, intentó ser Policía en Estados Unidos pero no obtuvo la residencia. Regresó a España, concursó para ingresar a la Escuela Nacional de Policía y obtuvo una de los 75 cupos que se otorgaban en todo el país. Un día -ya con dos hijos, un sueldo estable y una vida ‘encaminada’-, incursionó en YouTube y se filmó mientras hacía algo que le gustaba mucho: comer.
“Pensaba que lo iban a ver solo mis amigos y familia, nunca imaginé que se podía convertir en un trabajo. Al principio, consistía en ir a los restaurantes para probar las hamburguesas y repartir tarjetas para que vieran el video”, recordó. Cuando superó los 100 mil suscriptores, YouTube le pagaba cerca de 300 euros mensuales por su contenido. Un “muy buen extra”, como él decía, pero no suficiente para dejarlo todo.
En sus tiempos libres, siguió filmándose y llegó a recorrer la famosa Ruta 66 en busca de más platos que probar. “Cuando llegué al medio millón de seguidores, ganaba mil euros por mes. Me di cuenta de que era un trabajo duro y que tenía dos opciones: o me lo tomaba con más tranquilidad o lo aprovechaba para que rindiera más”, explicó.
La pandemia lo convenció. Su rol como policía cambió pero sus números en YouTube crecieron a tal punto de ganar lo mismo que con su trabajo formal. Dejó todo, entregó su placa y abandonó la fuerza. Sin planes de volver, apuesta todo por su nuevo trabajo en las redes y con la comida. Mientras come gigantes hamburguesas, cargadas de calorías e ingredientes, entrena todos los días y mantiene el ritmo que tenía como agente. A su vez, cuenta, elige bien qué comer y las cantidades, se cuida de no llenar de calorías al cuerpo y, si ingirió mucho, no comer al día siguiente. Nunca come las papas que vienen con sus platos y en pocas ocasiones pide postre.
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