Sauvignon Blanc: joven, fresco y con carácter, para maridar con calamares a la parrilla
La alta gastronomía habla de pulpo a la brasa. Sin embargo, una visita a la pescadería o al Barrio Chino aquí, en Buenos Aires, arroja un resultado fabuloso: se pueden comprar unos ricos calamares congelados, grandes y de pulposos tentáculos (valga la coincidencia lingüística) por unos $500 el kilo, más o menos. Es verdad, todavía falta lavarlos, pelarlos y limpiarlos de tinta, pero con poco más que eso se hace una comida extraordinaria de verano.
El secreto está en limpiarlos bien ——Karlos Arguiñano da buenos detalles — y en marcarles los tubos con unos cortes transversales para que no se enrosquen una vez sobre las brasas. Y si de llevar a la gloria este plato sencillo y marino se trata, alcanza con poco más que un pesto simple y unas papas al plomo y con hilo de oliva.
Ah, no, aún falta un ingrediente perfecto: una buena copa de Sauvignon Blanc. Este blanco tiene una habilidad especial: funciona perfecto como aperitivo. Ya desde que prendés el fuego, acompaña bien este plato sencillo y deliciosos y, para más datos, te permite una larga sobremesa que, en tiempos de verano, gana con un perfumado melón mendocino.
¿Por qué un Sauvignon Blanc y no otro blanco cualquier de los que hay muchos? La razón es tan simple como precisa: con una aromática entre herbal y cítrica, con un trazo de espárrago y de lima, y un paladar seco, fresco y de tensión, le hace frente al pesto y al calamar, al humo y a las papas, sin perder carácter ni jovialidad. El único requisito es que sea joven (2020 o 2019 en algún caso de zonas realmente frías) y que se sirva frío, así es que mejor una frapera a mano y con hielo para que no pierda su gracia helada.
El punto calamar
Lo difícil de este plato es el punto. Porque si el calamar queda crudo o sobre cocido, es igual a tener un trozo de caucho en la boca que, por más ganas que le pongas, se resiste estoico. Por eso, a la hora de cocerlo a la parrilla hay que tener en claro el tiempo. Para unos tubos de calamar de unos 20 centímetros, brasa fuerte y unos seis minutos por lado deberían alcanzar. Dato clave: ojo con los tentáculos que se cuecen más rápido y, en una mala maniobra, se caen de los fierros.
El secreto está en pintarlos antes y durante la cocción con un pesto que, dicho se a de paso, es el que marida a la perfección con el Sauvignon Blanc. ¿Pero cuál?
En el mercado hay muchos y algunos de precios verdaderamente módicos. Entre los que están al alcance de bolsillo, Portillo Sauvignon Blanc 2020 ($295) es una joyita de intensidad. Al que le siguen Altosur 2020 ($600) y Alambrado 2020 ($535). Los tres aportan esa cuota herbal y cítrica que les da nervio y refrescan a gusto, mientras que Doña Paula Estate 2020 ($790) y Terrazas de Los Andes 2020 ($590) subrayan el carácter cítrico.
La Patagonia no se queda atrás en este asunto. Y suma un puñado de Sauvignon que da tensión y carácter cítrico. De la costa de Río Negro, Wapisa 2020 ($690) cuya acidez es notable, mientras que Río Negro arriba despunta Humberto Canale Estate 2020 ($540) y Saurus Estate 2020 ($515).
Pero si el plan es invertir una moneda y darse un gusto a lo grande, porque da para pulpo y las papas se sirven de la sartén tocadas con pimentón de la vera, las mejores opciones de Sauvignon Blanc son Saint Felicien Fumé Blanc 2020 ($1090), Costa & Pampa 2020 ($1250) y Riccitelli La Carrera 2020 ($2400).
Otras noticias de Vinos
Más leídas de Lifestyle
Alimentación. Las 11 reglas para vivir más años, según la familia más longeva del mundo
"Esto no es una pipa". Hoy se cumplen 126 años del nacimiento del pintor belga René Magritte
¿Es así? Qué personalidad tienen las personas que se bañan por la mañana
Según el Feng Shui. Cuál es el lugar ideal de la casa para poner el árbol de jade, la planta que atrae la prosperidad económica