La sandía, este símbolo del verano, es una fruta social, es para comer en el jardín, compartida con amigos, como una sonrisa. El interior es de un rojo oscuro, más rico en licopeno que el tomate. El gen para el color rojo está en el mismo conjunto que el de la dulzura, o sea: rojo igual dulce. Las semillas negras y brillosas están esparcidas, no todas juntas en un hueco como las de los melones.
Domesticada desde hace muchos siglos (las antiguas tumbas egipcias contenían semillas de sandía), sigue siendo muy querida. La producción mundial es el doble del total de los otros melones. ¡Y con razón! 92% de la sandía es agua, y cuando aprietan los calores del verano no hay nada más refrescante.
Un envase muy útil
Cada sandía viene con su propio envase de un color verde oscuro, con manchas como estrías o estrellas o lunas, amarillas, parecido a una mayólica. Hay dos maneras de aprovechar este envase regalado.
La primera es tallar un agujero pequeño hasta llegar al corazón de la sandía; con un embudo, echar lentamente alguna bebida, como champagne, ron, coñac o un vino tardío dulce; insertar un taco en el agujero, asegurado con una cinta; enfriar 24 horas, moviendo la sandía de vez en cuando; abrirla ¡y comerla a cucharadas! Esta receta se llama cocomero ubriaco o sandía borracha.
La segunda manera es cortar una tapa de la sandía, escarbar la pulpa y molerla; mezclar este puré con jugo de naranja, lima, limón o ananá -o todos juntos- y vodka, almíbar de azúcar y un poco de agua con burbujas. Devolverlo a su envase verde brilloso y servirlo con un cucharón.
Tragos refrescantes
- Cuando no hay una multitud para atender con una sandía entera, preparar un frosé para refrescarse mientras descansa en la hamaca del jardín: pulpa de sandía congelada en cubitos mezclada con un vino rosé y un chorro de Campari.
- O se puede mezclar la pulpa de sandía congelada con jugo de pepino y lima, y hojas de menta; o quizás combinada con una limonada hecha con jarabe de agave y jerez fino; o colar la pulpa, añadir un vinagre muy bueno y endulzarlo con un jarabe de azúcar y menta. ¡Ahhhh, qué tardecita linda!
- Si descubre que la familia está comiendo clandestinamente los cubitos de sandía congelados, hágales el favor de confeccionar unos palitos con sandía licuada con gotas de jugo de limón y miel o azúcar si hace falta. Se puede incluir un puré de frutillas o algo de yogur espeso para variar.
- También se puede hacer una granita licuando la sandía con azúcar y una pizca de sal; congelarlo, removerlo de vez en cuando para refinar la textura.
Cómo hacer pickles y ensalada
- Un pickle de sandía estilo ruso vale la pena, aunque hay que prepararlo unas semanas antes de servirlo. Está hecho con sandía cortada en pedazos junto con apio, ajo, ají y ramas de eneldo, todo sumergido en vinagre con azúcar y sal. Un chutney para servir con curry es una mezcla de sandía con mango, pepino, cebolla lila, cilantro, jugo de limón, semillas de nigella y un polvo de masala tostada.
- Una ensalada especial está compuesta por sandía y queso feta, muy similar a una ensalada caprese y, al igual que ella, su éxito depende de que los ingredientes sean de la más alta calidad: cubitos de sandía jugosos y de color rojo profundo, cubitos de queso feta cremoso para un contraste de texturas, cáscara de limón rallada y tiras de hoja de menta fresca. Variaciones de esta ensalada hay montones, como con aceitunas, alcaparras fritas, almendras tostadas, albahaca o melisa en lugar de la menta, o limón preservado picado en lugar de la cáscara de limón. Agrandar la ensalada con un pickle de cebolla lila, pepinos en medialunas y calamares o gambas grilladas, todo rociado con cilantro picado y semillas de sésamo blancas y negras.
Dulzura total: receta de cáscara de sandías
Ingredientes
½ kilo de sandía; cal viva; 325 ml de vinagre; 325 ml de agua; 600 g de azúcar; clavos de olor; canela en rama.
Preparación
Pelar la parte verde de la sandía, sacar toda la pulpa roja y quedarse con la parte blanca. Cortar medio kilo de ésta en cuadrados de 2 cm. Cubrirlos con agua fría con media cucharadita de cal viva y dejarlos en remojo una hora. Luego, enjuagar los cubitos y ponerlos a hervir hasta que están tiernos. Escurrir.
Aparte, hacer un jarabe con 325 ml de agua, 325 ml de vinagre, 600 gr de azúcar, unos clavos de olor y canela en rama. Una vez hirviendo, añadir los cuadrados de sandía y cocinar hasta que se pongan transparentes. Colocar los cuadraditos en un frasco, tapar con el jarabe caliente y sellar.
Estas cáscaras de sandía en almíbar pueden comerse en el invierno como acompañamiento de pollo frito o un pato asado, o envueltos con un trocito de panceta fina en un copetín. Son excepcionales junto con cáscaras de naranja glaseadas y arándanos rojos en un budín de Navidad.
Tip: Esta receta sale mejor si se usa una sandía que tiene más parte blanca entre la cáscara verde finita y la pulpa roja.
Por Janet Winter: jardinera, especialista en aprovechar la producción de su huerta para su cocina
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