San Martín: las mejores frases del Libertador de América en un nuevo aniversario de su muerte

Este 17 de agosto se cumplen 172 años de la muerte de José de San Martín, una fecha que le llegó al Libertador de América a sus 72 años, tras una vida que, además de una obra perdurable por la liberación colonial de la Argentina, Chile y Perú, dejó muchas frases célebres que sirven para comprender -con sus propias palabras- a esta figura historia.

La recopilación de estas declaraciones proviene de los archivos del General y de otras fuentes correspondientes al Instituto Nacional Sanmartiniano, que desde su fundación, el 5 de abril de 1933, se dedica a difundir y resguardar la memoria del prócer.

Tras un trabajo exhaustivo, desde la organización elaboraron un dossier llamado “Si somos libres, todo nos sobra”, que se constituye como una obra importante para acercarse a José de San Martín desde su propia voz, vertida en cartas y otros documentos.

Según recuerdan desde esta entidad, los dichos de San Martín “están extractados de las cartas y oficios que integran el ‘Archivo de los Documentos del General San Martín’, publicado por Alejandro Rosa, y la ‘Correspondencia del General San Martín’, recopilada por Adolfo P. Carranza”. Asimismo, destacan que también se contó con la colaboración del Archivo General de la Nación y de “otras fuentes de consulta igualmente responsables”.

Las frases tienen, además, su referencia y año de producción, lo que permite establecer una analogía con el momento de la vida que atravesaba en determinado momento el prócer. Por ejemplo, “más ruido hacen diez hombres que gritan que cien mil que están callados” es una de las sentencias que hizo en la época en que se estacionó en Boulogne-sur-Mer, la localidad francesa cercana al Canal de la Mancha a la que llegó de París en 1848 y en la que moriría dos años después.

Los últimos años de San Martín estuvieron atravesados por la calma bucólica de su residencia, así como por la satisfacción que le generaba la madurez de su hija Mercedes -casada desde hace algunos años con Mariano Balcarce (hijo a su vez de un amigo de San Martín)- y la crianza de sus nietas, María Mercedes y Josefa Balcarce. Así lo expresa en la cláusula sexta de su testamento, firmado algo antes en París, el 23 de enero de 1844: “Aunque, es verdad que todos mi anhelos no han tenido otro objeto que el bien de mi hija amada, debo confesar que la honrada conducta de ésta, y el constante cariño y esmero que siempre me ha manifestado, han recompensado con usura todos mis esmeros, haciendo mi vejez feliz”.

En la cláusula anterior, dejó otra frase para la memoria: “Declaro no deber ni haber jamás debido nada a nadie”.

A su vez, en sus frases célebres se filtra su ardor por la causa de la liberación americana, en la que contribuyó ampliamente al liderar el Regimiento de Granaderos a Caballo, realizar el Cruce de los Andes y ser fundamental en la independencia de la Argentina, Chile y Perú.

Las mejores frases de San Martín, en un nuevo aniversario de su muerte

• Querer contener con la bayoneta el torrente de la opinión universal de la América, es como intentar la esclavitud de la naturaleza (Santiago, 11 de abril de 1818)
• Divididos seremos esclavos: unidos estoy seguro que los batiremos: hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares, y concluyamos nuestra obra con honor (Mendoza, 13 de marzo de 1819)
• La armonía que creo tan necesaria para la felicidad de la América, me ha hecho guardar la mayor moderación (Curimón de la Villa de los Andes, 28 de enero de 1819)
• El mejor gobierno, no es el más liberal en sus principios sino aquel que hace la felicidad de los que obedecen empleando los medios adecuados a este fin (Grand Bourg, 26 de septiembre de 1846)
• Suponiendo que la suerte de las armas me hubiese sido favorable en la guerra civil, yo habría tenido que llorar la victoria con los mismos vencidos (Proclama a los Habitantes de las Provincias del Río de la Plata, Valparaíso, 22 de julio de 1820)
• No hay juez más parcial que el amor propio; si alguno tengo, es el de haber dirigido bien las operaciones de esta campaña (Mendoza, 7 de octubre de 1818)
• La seguridad individual del ciudadano y la de su propiedad deben constituir una de las bases de todo buen gobierno (Lima, 7 de agosto de 1821)
• Estoy firmemente convencido, que los males que afligen a los nuevos Estados de América no dependen tanto de sus habitantes como de las constituciones que los rigen. Si los que se llaman legisladores en América hubieran tenido presente, que a los pueblos no se les debe dar las mejores leyes, pero sí las mejores que sean apropiadas a su carácter, la situación de nuestro país sería diferente (París, 13 de septiembre de 1833)
• Mi barómetro para conocer las garantías de tranquilidad que ofrece un país, las busco en el estado de su hacienda pública y, al mismo tiempo, en las bases de su gobierno (Grand Bourg, 30 de septiembre de 1846)
• Hagamos justicia a nuestra ignorancia y que el orgullo no nos precipite en el abismo (Mendoza, 24 de abril de 1816)

• La biblioteca destinada a la ilustración universal es más poderosa que nuestros ejércitos para sostener la Independencia (Lima, 18 de septiembre de 1822)
• Mi corazón se va encalleciendo a los tiros de la maledicencia, y para ser insensible a ellos me he aferrado con aquella sabia máxima de Epicteto: “Si l’on dit mal de toi et qu’il soit véritable, corrige~toi : si ce sont des mensonges, ris en’' (si uno dice mal de ti y que es verdad, corrígete; si son mentiras, ríete) (Mendoza, 24 de febrero de 1816)
• El camino más seguro de llegar a la cabeza es empezar por el corazón (Santiago, 1 de enero de 1819)
• La ilustración y fomento de las letras son las llaves maestras que abren las puertas de la abundancia y hacen felices a los pueblos (Al Cabildo de la capital de Chile, Mendoza, 17 de marzo de 1817)
• La conciencia es el mejor y más imparcial juez que tiene el hombre de bien, pero no para depositar una confianza que nos pueda ser funesta (Correspondencia del General San Martín, Op. cit., 18 de diciembre de 1827)
• Serás lo que hay que ser, si no no eres nada (Correspondencia del General San Martín, Op. cit., Bruselas, 18 de diciembre de 1827)
• La marcha de todo Estado es muy lenta; si se precipita, sus consecuencias son funestas (Grand Bourg, 25 de agosto de 1844)

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