¿Sabés cuál es el material que los cocineros eligen para sus mesadas?
La piedra está volviendo al mundo de la cocina. Y demuestra, una vez más, que de la mano de ciertos materiales pueden convivir tanto diseño y funcionalidad como elegancia y durabilidad. Y es en ese sentido que Neolithaparece como la pieza que faltaba: un material fuera de serie que prácticamente no necesita mantenimiento, resiste a todo, no se mancha, dura una eternidad y está disponible en una interesante variedad de colores y acabados.
"Supimos que Neolith era vanguardia en Europa y fuimos a ver de qué se trataba. Hoy lo tengo en mi cocina y de verdad es revolucionario: una piedra muy noble que entre otras cosas no tiene porosidad, con lo cual nos facilita muchísimo el tema limpieza". Quien habla es Gonzalo Aramburu y en la cocina de su restaurant -que también se llama Aramburu y queda en Recoleta- un Neolith en gris oscuro mate se luce sobre las mesadas y en las paredes. "Es tan resistente que si quisiera, podría flambear arriba de la mesada. De hecho nosotros trabajamos con nitrógeno líquido a menos de 200 grados, lo apoyamos encima y no le pasa nada".
Pablo Massey eligió Neolith para la cocina de La Panadería de Pablo. "Es súper higiénico -dice-, puedo cortar directamente encima o hacer cualquier tipo de preparación, no junta grasa y es muy fácil de limpiar, además de que puedo elegirlo en el color que quiera. Estoy tan contento con el uso que lo recomiendo siempre, realmente aguanta el trabajo con mucha intensidad", dice. "La mesada de Neolith -agrega el cocinero- cumple las tres funciones más importantes para una cocina: número uno, higiene; número dos, resistencia; número tres, estética".
"Tradicionalmente las cocinas profesionales usaban acero inoxidable. Algunas podían incluir mármol para repostería, o incluso madera para elaborar pastas. Pero el acero inoxidable se raya, el mármol se mancha y la madera no es recomendable por la humedad", dice el cocinero y restauranteur Fernando Trocca, quien optó por Neolith para las mesadas de sus locales Santa Teresita (en José Ignacio, Uruguay) y Orilla (en el bajo Belgrano porteño). Sobre el material señala que "está buenísimo: no se raya, no se mancha, no se quema, no se rompe y es limpio. Podés apoyarle cosas calientes encima, y hasta podrías cortar directamente sobre la mesada prescindiendo de las tablas".
El arquitecto Tomás Magrane cita otra ventaja de Neolith: la de los diferentes espesores en los que vienen las placas y las posibilidades que esto brinda. "Podés tener una mesada de 12 milímetros, y para revestir muebles o alzada usar otra de 6 milímetros. Y esa continuidad genera una estética monolítica súper atractiva que con otros materiales sería imposible de lograr. Incluso se puede hacer la mesada igual que el piso, algo que en una cocina no es tan común", subraya y lo recomienda enfáticamente tanto para chefs profesionales como para cualquiera que por simple placer pase mucho tiempo en la cocina. "Neolith es una superficie de la que no hace falta ocuparse", advierte.
A prueba de todo
Técnicamente Neolith se define como una superficie ultracompacta de piedra sinterizada. ¿Qué quiere decir sinterizada? Que para su producción se replica en cuestión de horas el proceso por el cual la naturaleza genera las piedras a lo largo de miles de años, sometiendo las materias primas (distintos materiales provenientes del granito, el vidrio y el sílice) a altísimas condiciones de temperatura y presión. "Es como tener tres mesadas de granito compactadas en solo 12 milímetros y con un rendimiento superior", aseguran sus fabricantes. Así es como se consigue producir placas de un mínimo espesor a la vez que de un formato excepcional: las más grandes vienen de 3,2 por 1,6 metros, lo que permite minimizar la cantidad de juntas y sacar partido de la continuidad visual.
El material, fabricado por la española TheSize e importado en la Argentina por De Stefano, puede usarse tanto en pisos y paredes como para revestir muebles y hasta para fachadas, y dada su comprobada resistencia gana cada vez más terreno en el capítulo mesadas, donde hasta hace poco no quedaba otra que tener que optar entre la belleza de las piedras naturales (más susceptibles a rayones y manchas) y la firmeza de las artificiales (que sin embargo suelen sufrir las altas temperaturas). Neolith llega para reunir lo mejor de ambos mundos: una excelente resistencia al calor y la abrasión con la belleza imbatible de lo natural.
LA NACION