En el mismo año en que decidió mudarse y se separó, volvió al ruedo con su segundo disco solista: Otro lado
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“A veces los procesos son largos y uno por ahí trata de racionalizarlo: ¿por qué tardé más de la cuenta? Pero la realidad es que hay cosas que simplemente llevan más tiempo. Procesos internos que hay que respetar”, responde Rosario Ortega cuando se le consulta por los ocho años transcurridos entre Viento y sombra, su primer disco solista, de 2012, y Otro lado, con el que volvió al ruedo a fines de 2020. “No quería sacar algo que no me gustara. Y a veces uno no le presta atención a lo que más lo mueve adentro. Pero por suerte la dinámica cambió y ahora estoy más enfocada”, añade.
En el medio, por su puesto, pasaron cosas: integró Meteoros con Cachorro López y Ale Sergi de Miranda, continuó acompañando a Charly García en sus recitales, y empezó a probar sonidos nuevos en sus canciones, lo que le dio un tono más urbano y soul a su flamante disco. “En Viento y sombra estaba más influenciada por el folk y su fusión con la bossa nova. Y ahora, en Otro lado, apareció el r&b y el soul. Pero siempre escuché jazz, música afroamericana, pop. Son géneros que estuvieron conmigo desde siempre y se vieron reflejados en el álbum. Más allá de eso, uno puede planear tanto la música que te va a salir. Se vuelve algo demasiado mental cuando lo intentás. Me parece mejor sacar la foto del momento”, señala sobre las fuentes de inspiración del disco que contó con invitados como Kevin Johansen, Nahuel Barbero de Hipnótica y Mariano Di Césare de Mi Amigo Invisible.
–El disco tiene mucha presencia de lo natural: se nombra al verano, el trueno, el río. ¿Qué importancia tiene para vos el contacto con la naturaleza?
–Qué bueno que lo percibís. En este caso fue algo más inconsciente; no planeado. Pero me doy cuenta de lo importante que cada vez más es la naturaleza para mí. Si bien soy alguien que siempre vivió en ciudades y me gusta mucho la nocturnidad y lo que pasa en una ciudad, cada vez más necesito ir a un campo, a una playa. Me doy cuenta de que me baja la ansiedad y me siento mejor en general. Es algo que descubrí de más grande. Por eso cada canción está empapada por la naturaleza y fue hecha con diferentes paisajes en mi cabeza.
–En “Otro lado” decís: “Soy para vos otro juego de palabras”. Y también: “Todos hablan a la vez, no se escucha ni se ven”. ¿Hay tal vez en las relaciones de hoy demasiada información externa que se entromete?
–Sí, totalmente. Tiene que ver con eso. Quizás la velocidad y la inmediatez de las cosas de hoy. No poder conectar con alguien. Por eso el estribillo: “Vamos a otro lado”. Puede ser un otro lado físico, pero también emocional.
–Teniendo en cuenta la experiencia del año pasado, ¿cómo estás viviendo esta segunda ola de coronavirus?
–Creo que hay menos paranoia, menos desorientación ante algo tan nuevo. El año pasado no lo podíamos creer. Después pasó el tiempo y nos acostumbramos. No solo la mente, también el cuerpo. Tenemos más información de este virus tan extraño. Y generamos nuevas formas de vincularnos, incorporamos más la virtualidad. Después está el devastamiento que hay en la gente. Porque si bien es verdad que por ejemplo un músico se ve golpeado, se le cancelan fechas, etcétera, no es nada en comparación a lo que le toca vivir a otra gente.
–Y en los personal, ¿cómo lo llevaste?
–En mi caso fue medio tocar fondo. Y creo que para muchas personas también. Si estabas mal te fuiste más para abajo, tal vez generando esa esperanza de que cuando tocás fondo ya más abajo no se puede ir. A mí me pasó en la pandemia que me separé, terminé el disco y me mudé. Mostró mucho de mí misma. Tuve que mirarme al espejo a la fuerza. El encierro hace que estés con vos mismo mucho más y no queda otra que resolver lo que tenés que resolver. Mi tocar fondo fue, al mismo tiempo, darme cuenta de que este era el año para sacar el disco, que no podía retener más ese material. Ahora espero que haya un efecto rebote y que podamos construir algo desde otra mentalidad. Darnos cuenta de todas las cosas que tenemos que cambiar.
–¿Qué cosas aparte de la música te gustan hacer? Hace poco tuiteaste: “Qué lindo cocinar para uno mismo”...
–Sí. A veces hacer cosas para uno mismo está visto como que no tenés con quién compartirlo. Y no: también tiene que ver con agasajarse. Momentos puntuales, que suelen ser los menos en mi vida, en los que hacés algo para vos y no para otro. Y lo valoro, me encantan. Me gusta estar sola en esos momentos. Y eso que de mi familia soy una de las más amigueras. Tengo ese sector bastante bendecido. Me parecen muy importantes los amigos y valoro la gente que le da importancia a la amistad. Me gusta estar conectada con mis amigos de diferentes maneras.
–¿Y qué otras cosas estimulan tu tiempo?
–Estoy leyendo bastante, por suerte. Ahora estoy con Poeta chileno de Alejandro Zambra. Me atrajo porque te sumerge en la poesía chilena que es algo que yo desconocía. No sabía que tenía tanta relevancia. El libro cuenta a través de una narración muy atrapante la historia de la poesía en Chile y cómo hay tanta pasión y romanticismo con el género allá. Me gusta su manera de escribir. Te va sorprendiendo a medida que vas leyendo. Nunca terminás de descubrir todos sus yeites.
–¿Cómo organizás tus días?
–Me gusta tener tiempo para tocar la guitarra. Me gusta hacer cerámica, ver documentales. El que más me gustó últimamente fue el de Billie Eilish porque podés ver bien lo real que es ella cuando muchos por ahí creían que era un producto. El documental te muestra que no. Después también me gusta escribir, escaparme al campo las veces que puedo. Y obviamente viajar. Conocer otras culturas, otras comidas. Soy muy curiosa de las cosas ajenas.
–¿Qué sigue este año?
–Hace poco tiempo me enteré que el disco está nominado a los premios Gardel. El anterior ya había estado nominado pero por alguna razón éste me pone aún más contenta. Me representa más y generacionalmente lo siento más cercano a mí. Además hay muchas mujeres nominadas. Entonces va a ser un lindo momento para estar ahí con un disco al que le puse tanto amor. Estamos pensando, para después, presentarlo con un streaming e invitados. Y también preparando temas nuevos. Un EP que no serán temas míos pero siguen este rumbo.