Romance en la corona: crecen los rumores de un nuevo amor de la princesa Amalia, la hija de Máxima
Aunque, por ahora, no hay confirmaciones, los medios ya piensan en una posible boda entre la heredera al trono de Holanda y otro príncipe europeo
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Se conocen desde la infancia, dado que entre sus familias existe una gran amistad y, además, tienen la misma edad. Un nuevo rumor de romance circula entre las monarquías europeas. ¿Los protagonistas? La princesa Amalia de Holanda, hija de la reina Máxima, y el príncipe Gabriel de Bélgica.
En principio, nadie sabe muy bien dónde tuvo origen la información, pero lo que sí se sabe es que el asunto ya forma parte de un debate en los medios de comunicación belgas y holandeses. Así lo ha revelado el periodista Wim Dehandschutter al sitio español Vanitatis, aunque fue categórico en su opinión: ”Lleva ya unas semanas circulando en internet. Ciertamente no lo creo”.
No obstante, ahora las versiones de un acercamiento parecen cobrar más espesor debido a que la revista alemana Gala confirmó que los dos jóvenes están enamorados. Dehandschutter duda de la veracidad de la historia, en primer lugar, por la distancia física entre ambos: “Gabriel comenzó en septiembre en el National Mathematics and Science College en Warwickshire, en la región inglesa de West Midlands, mientras Amalia se toma un año sabático. Esto le permite viajar y estar fuera de casa más tiempo, pero incluso así creo que es difícil que estén juntos dada la distancia”, dice.
Desde el Servicio de Información del gobierno neerlandés no se emitió una sola palabra sobre el asunto, por supuesto; mientras que la respuesta del Palacio Real de Bélgica cuando la prensa ha preguntado sobre el rumor ha sido, por lo menos, confusa: “Se trata de asuntos privados y no comentamos sobre eso”.
La cuestión, en el caso de que el romance prospere, es que existe una ley que impediría una posible boda entre ambos. La norma tiene casi 200 años ya que pertenece a la constitución belga de 1831. Allí se prohíben expresamente los matrimonios de cualquier miembro de la familia real belga con cualquier integrante de realeza de Holanda.
La prohibición tuvo lógica en su origen, ya que deviene de la revolución de 1830 por la que Bélgica consiguió su independencia de los Países Bajos. La norma se creó para evitar que un holandés volviera a ocupar el trono de Bélgica, aunque hoy el poder político de las dos casas reales es mucho menor que en aquel momento. Por esta razón, la ley estuvo a punto de ser derogada en varias ocasiones: en 1993, 2002 y 2003, pero no se logró.
Por lo tanto, si hoy Amalia y Gabriel quisieran contraer matrimonio, antes tendrían que cambiar la constitución para obtener el permiso correspondiente. De todas maneras, el problema no lo tendrían en Bélgica sino en Holanda, con un futuro heredero consorte de otro país.