Roberto Pettinato: “No hay que tener éxito, hay que saber mantenerse”
Es una de las figuras de la nueva Rock&Pop, donde comparte micrófono con dos de sus hijos. “No somos los Leuco, acá se trata de artistas”, aclara. A los 60, también lidera un proyecto en el que reversiona canciones de Sumo: “Me siento Ringo cantando todavía Yellow Submarine”
Enviará las respuestas de la entrevista desde su mail: sólo así acepta charlar, una obsesión que puso en práctica hace ya muchos años. Roberto Pettinato escribe en mayúsculas, es un stand up controlado. Algunas preguntas no las responde. No dice por qué, simplemente las deja en blanco. Pero sí se anima a sugerir un título, una frase suya que aparece en varias entrevistas con otros medios a lo largo del tiempo.
¿Por qué hacemos la nota por mail?
Para asegurarme de que las cosas fueron puestas con mi idioma y que a la gente le parezca que me está escuchando decirlo. Por otro lado, al no creer en la repregunta nos ahorramos tiempo todos. Desde que apareció el mail los periodistas comenzaron a decir que querían verte en persona, como si fueran a descubrir algo inquietante o sorprendente. Chicos, Norman Mailer murió, Capote también y Tom Wolfe está ahí de la tumba. Ese periodismo, lamentablemente, terminó.
¿No creés que un periodista –vos has hecho entrevistas– necesita ver y repreguntar?
No necesita eso porque los periodistas carecen de imaginación. No necesitan ver nada porque sólo dirán "él lucía un reloj amarillo en un Buenos Aires húmedo..."
Después de diez años a cargo de la primera mañana de la 100 con El Show de la noticia (2003-2013) pasó a La Mega, donde sólo estuvo un año. 2015 transcurrió sin aire pero con tele (volvió a conducir Duro de domar), hasta hace dos meses: Radio Rana se llama el programa que hace junto con sus hijos Homero y Felipe en la renovada Rock&Pop.
¿Qué significa estar en la Rock&Pop?
Ha sido una larga lucha de años por querer entrar (¡qué exagerado!). Seres enfermos que pululaban en la radio me impedían hacerlo porque no querían competencia. Finalmente cayeron en desgracia y la vida continuó y ahora se me dio. Tal vez logremos el renacimiento de una nueva era con artistas con talento y verdadero rock en la sangre y no esos pelotudos productos de circunstancias puntuales y que nada dejaron, ni el más mínimo legado salvo decir: "¡Ahora soy millonario y me quiero comprar un león!"
En 2015, año de campaña electoral, volviste a Duro de domar (producido por Diego Gvirtz). En monólogos de apertura y al regreso de algunos informes dejabas en claro que no te gustaba nada Macri. Van cinco meses de su mandato. ¿Descubriste algo que te gustara o confirmaste lo que pensabas?
No era que me gustara o no, es que a mí sólo me importa el humor y doy la vida por un buen chiste. Era más gracioso burlarme del PRO o de Mauri que de Cristina y su corte, que ya habían perdido entre todos los sentidos… ¡También el del humor! Fui equidistante y si bien tenían todo vendido a los K, creo haber surfeado la ola con el personaje del chupamedias que hacía cuando venía cualquiera del gobierno. De ahí puedo también no entender por qué un pueblo se divide entre los que no pararon de darles cosas buenas (¡¿?!) y los que apenas les mostraron dos globos y una revolución de la alegría. La pregunta es: ¿por qué los K se desvivieron según ellos por el pueblo y sin embargo la mitad los rebotó? Y: ¿por qué la revolución de la alegría que prometieron los del PRO parecería que no se está dando, ya que no veo a la gente reír y reír?
"No sé si soy peronista, pero radical, no", dijiste en una entrevista de hace dos años. ¿Hoy, qué sos?
Creo que uno vive de ciertos recuerdos de la familia enquistados, que armás como reales pero ya nada tienen que ver con la actualidad. Eso pasa con el peronismo. ¡Hasta Macri en un momento de su campaña decía lo mismo que Cristina! Cualquiera puede decir que es peronista y se entiende. Lo que nunca se entenderá es si decís soy macrista, porque no hay ciertamente una doctrina, un libro, un acto, una forma de ver el futuro o el manejo de un Estado. De todos modos festejo que nuestro pueblo sepa castigar cuando sus testículos son aplastados por una morsa. El problema que veo es: cuando haya pasado el tiempo suficiente como para que la culpa ya no sea heredada sino tuya, ¿nos adaptaremos? Nadie lo sabe.
Que te parecés a otro, ¿es lo peor que te pueden decir?
No si es Letterman, Coltrane, Lenny Bruce o Eddie Murphy blanco. Pero en Argentina no tengo ese problema porque sé que no hay y no habrá dos Pettinato. Eso te puede quitar trabajo, pero hay algo peor y es que te digan "ah, Pettinato… ¡es un todoterreno!" La máquina de la industria inventó esos términos para explotar a los que poco tenían para dar pero sí mucho para gritar en cámara y los han usado en treinta programas simultáneos. Después los escupen al tacho y vuelven a buscar otros treinta. Lo penoso es verlos contentos porque creen que les llegó el momento, pero se olvidan de que el momento necesita contenido. Disculpen pero me encanta verlos desaparecer. Ojo: también los festejo cuando empiezan. Por eso, no hay que tener éxito; hay que saber mantenerse.
Cuando se habla de hacer acá un programa como el de Jimmy Fallon sólo se sugiere tu nombre. ¿Hay planes?
Estamos planeando hacerlo con un amigo. Alguien lo tiene que hacer bien. Estuve con Fallon en Nueva York hace unos meses: no es gracioso, pero su producción es la clave de todo. Jay Leno es el único que se sostiene por sí mismo aunque ya no esté. Conan, también. Letterman y Fallon, no.
Tele, radio, música, tele y radio de nuevo, pero totalmente diferentes. Cerrás ciclos, definís abandonos. ¿Cómo llega ese guiño de que ya está, de que es momento de otra cosa?
Que todo tiene un comienzo y todo tiene un final es verdad. El dilema es cuándo le damos fin a algo. En la profesión uno debe estirar las cosas hasta que sienta que se agotaron. Pero jamás apurarse. ¿Iba a seguir mi vida con trajes amarillos o pelo rojo? Obvio que no. Uno debe ser un mago de uno mismo, debe transformarse, la actitud y solvencia, o bien la determinación y el creer, hace que todos se lo crean. Mañana sos actor, pasado hacés llorar, hoy volví con Sumo x Pettinato y soy músico otra vez. Escribo novelas, libros de humor, stand up y bla bla bla. Próximamente seré artista plástico, como Federico Peralta Ramos. Tengo ideas y no se agotan, y muchas las regalo porque sé que no las voy a hacer yo. Así inventé Decime cuál es tu nombre de Nico [Repetto], porque era guionista de su productora.
Trabajaste con Tamara; ahora lo hacés con Homero y Felipe. Las empresas familiares son de lo peor, dicen. ¿Qué tiene de bueno y qué de malo trabajar con tus hijos?
Son de lo peor cuando los padres adoptan esa actitud y no la de admiración y respeto entre artistas. No somos los Leuco, con esas miradas de emoción del papá a cualquier cosa que diga el hijo. Acá se trata de artistas, y al ser todos admirables, inteligentes y talentosos la relación es distinta. Por otro lado, nadie vive del éxito porque nadie lo tuvo en la familia. Jamás veo a mis hijos como tales cuando estamos dentro del trabajo. Creo que por eso puede que sientan el síndrome de hijo de, pero por otro lado, como nadie les ha ofrecido nada justamente por ser parte de un apellido conocido, entonces no tienen esa presión.
"Es difícil que los hijos que siguen las carreras de sus padres los superen. Los que hacemos todo lo contrario nos regodeamos de haber sido rebeldes", dijiste.
Los hijos son víctimas desafortunadas de las mentiras en las que nosotros hemos creído. Pero no existe rebeldía en hacer lo mismo que el padre y mucho menos en hacer lo contrario. Sólo se necesita inteligencia para darse cuenta de que la opinión de los demás debe ser escuchada pero no tenida en cuenta. Porque cada humano tiene su historia y siempre se está ocupando de criticar y aconsejar a los demás. Después uno sigue el consejo recibido y cuando te equivocás, aquel que te lo dio ya no está más, ¡porque ahora está aconsejando a otro humano! Una vez me preguntaron: ¿qué harías de vuelta si volvieras el tiempo atrás? Dije y lo sostengo: "Haría lo mismo tal vez, pero no volvería a escuchar a nadie".
¿Cuál debería ser la rebeldía?
Hay que diferenciar rebeldía de berrinche de adolescente del Lasalle. Mis hijos escucharon Pink Floyd y su educación ha sido cien veces más interesante que el colegio. No necesitan plantearse rebeldías y si las buscan, será para crear seguramente algo nuevo, demoledor, humorístico o expresivo. ¡Más que suficiente! Muchos padres creen que deben enviar a sus hijos a los mejores colegios. ¿En serio? ¿Cuánta gente copada ha salido de esos colegios? ¿Salen verdaderas madres Teresa que ayudan a la humanidad o seres egoístas, clasistas, racistas y protectores de su propia burbuja adquirida, que les enseña a pisar la cabeza de quien se les ponga delante?
Homero contó que le pediste, a sus 8 años, que te ayudara a vestirte de Papá Noel; así descubrió que su papá era Papá Noel. ¿En qué pensabas?
¡Era Papá Noel! Aún no puedo revelar qué sucedió ese día. Homero abrazó a Papá Noel y yo me enteré cuando aparecí por otro lado de esa casa y me contaron la historia. La magia es la magia y Dios la puso en la tierra para cuando las religiones ya no te sorprendan.
¿Alguna de las tres veces que te casaste pensaste que era para siempre?
Jamás. De familia espiritista y mitad católica, por un lado puede que me guste la ceremonia de la iglesia, pero por el otro sé que la muerte no es el fin de los fines, sino una estrategia de las religiones para vivir de paraísos y otras fantasías que se apropiaron como salidas de su corazón. Vergüenza me dan. Ahora, en el amor, entrego todo lo que tengo. ¡El show completo! Pero muchas veces la otra persona, encandilada por el show, se olvida de que ella también tiene que dar. Ahí es donde el joven Roberto comienza a desintegrarse por falta de oxígeno y afecto y se convierte en el payaso triste que debe partir hacia un nuevo horizonte, una nueva ciudad. Snif, voy a llorar. Fuera de broma: es así. Florencia [Roca], mi novia, me dijo: "Es increíble que vos nunca pidas nada". No mendigo amor y no me gusta pedir ni siquiera el desayuno en la cama. Pero lamento informar que lo que sí hago es quedarme a ver cómo pasan los meses y vos, de propia iniciativa, no lo traés.
Si a alguien imagino editando por diversión su propia entrada de Wikipedia es a vos. ¿Escribiste algo allí? ¿Y en la de otros?
Wikipedia es el último virus de la humanidad. Permitió que mucha gente supiera de todo con sólo buscarlo. No creo que haya chats más interesantes que cuando hablan dos ignorantes. En mi caso siempre digo que lo que quieras saber buscalo en Wikipedia. ¡A mí sólo dame amor! Jamás entraría a editar mi vida ahí ni a verla. Jamás miro atrás ni pienso que mañana es mejor o el pasado o el presente o la edad. No entiendo todo eso y sospecho que nada de eso existe. Bueno, por lo menos en los animales no existe, por lo tanto es otro invento del hombre, como los detergentes especiales para ropa suave.
Trabajaste con Fabián Polosecki en Rebelde sin pausa. ¿Qué creés que queda de ese periodismo?
Nada. Nos quedábamos días leyendo todos los archivos de un tipo para entrevistar o íbamos tres veces seguidas a hacer un reportaje a Monzón. ¡Te sentías un reportero del Chicago Tribune! Hoy María O’Donnell y alguno que otro representan los restos de esa buena y única semilla. El invento de datos, la falta de chequeo, la desidia… Una vergüenza me da, que no podría explicar más claramente sin que se ofenda todo el sindicato. No me importa que los periodistas hoy sean pagos por unos o por otros o se cuiden el culo cuando su empresa pasa de un López a un mexicano desconocido. Lo que sí me alarma es la falta de conceptos, de ideas, de un gusto por la repetición en cuarenta mil caracteres de una idea que eran dos renglones. Eso sí es horrible. ¡Larga vida a Polosecki! Le inventé esa sección y la contra, que era Alfred Olivieri en la noche porteña. Dos genios del momento.
¿Qué generación te entendió mejor, la tuya o la de los hijos de la tuya?
No entiendo de generaciones porque todo es un continuo. No hay una claridad de lo que es pertenecer a una generación, ¡gracias a Dios que es así! No tiene que haber pertenencia. Es todo una cinta de Moebius que gira y gira. ¿Vos sabés si yo soy de los 80, los 70, los 60 o del 2000 para acá? No lo sabés. ¿Por qué? Porque no fui de ninguna y sin embargo estuve en todas. Espero el día que muera, a los 87 años, poder haber liberado a más de uno del concepto de hasta acá llegué o hasta que entiendo el mundo. Se puede hacer todo hasta el último aliento y después volver.
¿Pensás en tu muerte?
No fui criado de esa forma y con esos términos. Ya sé: quiero un cajón rosa con hielo seco que salga de adentro y que la gente pase al lado mío se lime las uñas y deje caer los trocitos. ¿Está bien así?
¿Los medios le dan al público lo que la gente quiere ver? ¿Es el público el que determina los contenidos o consume la oferta?
Los medios invierten mucho dinero en basura que no se recupera. También es la prueba de ensayo y error. Suar no sabe si el film del boludo le dará aún más dinero, pero, ¿qué hace? Intuye que sí. Puede fallar, puede que no. Eso con el tiempo crea un patrón. De no ser así no existirían las novelas, que si bien son todas iguales, tienen un patrón. Ahora morimos por una turca o una coreana y la realidad es que son lo mismo pero dobladas. No hay ni siquiera un plano que puedas decir ¡qué hermoso es Tel Aviv! Pero la gente no sabe de Breaking Bad, no sabía de Hendrix, pero sí de los Bee Gees y el sábado a la noche. Son millones de personas sintiendo y pensando a la vez, es normal que nos pongamos de acuerdo en básicos que entendamos todos. Si todos fuésemos locos de merde, chiflados con discos de Frank Zappa en el bolsillo, ¿qué haríamos? ¿Qué sería de la humanidad si hubiese un museo por cuadra? ¿Sería un mundo mejor? No lo sé. Pero nada que agobie es bueno. Y todo lo que agobia genera violencia en el arte. Y eso también es bueno. Llega un punto en que todo es una sémola sin gusto tan grande que logran que te pongas a hacer algo.
Hace unos días un editor comentó que entre dos crónicas finalistas a un premio había una que era claramente ganadora, pero ganó otra porque esa tenía un muerto, la otra no. ¿Es la muerte lo que más consumimos?
En una época decía si querés ganarte un premio de una editorial, escribí una obra sentida sobre los desaparecidos y la dictadura y salís ganador o por lo menos segundo premio. Quería escribir una en un día y enviarla. Trataba de un manuscrito apócrifo de un desaparecido que por distintos motivos explicaba porque no quería aparecer. No había muerto pero nunca lo llegábamos a saber. Gran idea.
¿Tomaste decisiones basadas en las cartas del tarot?
Todo el tiempo. Siempre hice lo mismo. Jamás en la vida se equivocó. Incluso en Duro de domar del año pasado me dijo todo lo que sucedería, pero no tenía otra cosa y lo agarré. Fue gracioso porque yo decía cuando todos los K están tirándose por popa entro yo.
¿El tarot no se equivoca?
No se equivoca porque sos vos mismo el que no se equivoca. Todos somos seres que no nos equivocamos jamás. Eso es la neurosis brutal del humano: sabemos que estamos por hacer una cagada y la hacemos igual.
El año pasado tuviste la idea de rehacer Sumo con músicos ingleses, que había una parte de sumo que querías renovar. ¿Puede existir Sumo sin Luca Prodan o es otra cosa?
Formé Sumo x Pettinato. No es tributo ni homenaje. Es mi versión de los temas, una obra conceptual. Un músico me dijo: "Sería un tributo si los tocara yo, que no estuve ahí, pero si los tocás vos, no". Me siento Ringo cantando todavía Yellow Submarine. Pero la idea fue volver a interpretar temas que la gente nunca tuvo en mente, como Warm Mist o Shut Up Mark, y darle a Sumo el lado loco casi progresivo que tenía, porque a Luca y a mí nos gustaba Van der Graaf Generator y demás yerbas. Todos los conciertos se han llenado de gente muy entusiasta y de sub 20 que vienen a ver eso que queda. Sin embargo, se van con la idea de haber visto una banda nueva. Canto, toco la guitarra y el saxofón. Canto trabajando el estilo más psicodélico de Prodan y otras influencias, como Peter Hammill. Un cantante en estado de shock. Había un Luca que era así, y ese lado es mi influencia. La locura. Las zapadas en los temas. Hubo dos Sumo: el de la primera época y el de la última. Estuve en las dos, así que pude sacar lo mejor de cada una. Está hecho con respeto y decisión, y eso la gente lo valora. La vez pasada decía: fui el Sumo que más tarde llegó, tras 28 años, a decidirse a tocar esos temas otra vez. Por otro lado, es un gran desahogo de fantasmas, como la reunión con otros, como el día que vino Mollo y tocó casi todo el show. Lentamente la familia vuelve a su lugar. Y a la vez puede seguir haciendo cada uno lo suyo. Pero siempre digo que estos temas ya no son para tu padre ni para vos. Son para los hijos que deben por lo menos escuchar algo parecido a lo que fue en su momento semejante banda. Sin duda la mejor banda, la más creativa, violenta, loca y poderosa del rock argentino de todos los tiempos. Bueno, no esta mal la idea de no dejarla morir.
¿Alguna vez temiste estar loco?
¿Locos que trabajan durante años en distintas cosas y se levantaban a las 5 am por diez años a hacer radio diariamente y televisión por la noche? ¿Loco de qué? Ni loco, ni drogota ni demente. Si se me analiza, puede que sea un idiota, ¡pero si me comparan, soy un genio! (¡buen título para la nota!).
1955
Nació el 18 de diciembre en la Embajada de Ecuador en Buenos Aires. Sus padres estaban allí refugiados porque habían sido funcionarios del derrocado gobierno de Perón
1981
Dirige El Expreso Imaginario, revista emblemática de la cultura rock
1982
Ingresa a Sumo, la banda liderada por Luca Prodan, con quien grabó cuatro discos oficiales
1987
Debuta en TV con el programa Estación musical, por ATC. Luego conduciría Mirá quién canta, Orsai, Todos al diván e Indomables, entre otros
2007
Se casa con la artista plástica Karina El Azem, con quien tiene dos hijos: Lorenzo (7) y Esmeralda (5). Se separaron el año pasado. De su primer matrimonio tiene tres hijos más: Felipe (23), Homero (28), y Tamara (32)
2015
Arma el proyecto musical Sumo x Pettinato, donde reversiona a su manera canciones de la banda que integró en los 80
El futuro
"Televisión, radio, el stand up y la música. Cuatro proyectos que me mantienen en el último retorno: la vida se desarrolla, encontramos lo que queríamos y de pronto lo perdemos. Hacia determinada coordenada de la vida se vuelve a encontrar todo"
Asistentes de producción: Lucila Grossman y Josefina Aguilar. agradecimiento: Mimbrería Gorriti, gorriti 5630. www.mimbreriagorriti.com.ar