Roald Dahl o cómo transformar en mágico lo que parecía destinado a ser triste




¿Conocen a Roald Dahl? No les suena el nombre? Bueno, es el autor de Charlie y la fábrica de chocolate, película estrenada en 2005, dirigida por Tim Burton y está protagonizada por Johnny Depp como Willy Wonka, un aterrador fabricante de golosinas y Freddie Highmore como Charlie Bucket, un niño pobre que encuentra en un billete de chocolate un pase dorado para entrar al increíble mundo de Wonka.
Desde que l en 1943 Dahl publicó su primera obra para niños, Los Gremlins (que, como pasaría más tarde con muchas otras de sus creaciones, pasarían al mundo de cine) Roald Dahl no paró de escribir libros maravillosos: James y el melocotón gigante (1961), Charlie y la fábrica de chocolate (1964), El Superzorro (1970), Charlie y el gran ascensor de cristal (1973), Danny el campeón del mundo (1975), El enorme cocodrilo (1978), Los Cretinos (1980), La maravillosa medicina de Jorge (1981), El gran gigante bonachón (1982), Las Brujas (1983) y Matilda (1988), entre las más famosas.

En el año del centenario de su nacimiento el autor está siendo recordado en distintas partes del mundo con eventos, notas y homenajes. También, en Argentina está en estos días en cartelera cinematográfica la película Mi buen amigo gigante, inspirada en su novela El gran gigante bonachón. Terminé de leerla ayer. Sí, es para niños, pero estoy entusiasmada en leer todos sus libros. Dahl pone magia a las situaciones más deprimentes y aterradoras: como el hecho de que una niñita en un hospicio sea raptada sorprendida a la noche por un adulto a cuya merced queda- o un niño tan pobre que duerme hacinado con sus abuelos en la misma cama y de pronto se transforma en el héroe familiar.
Dahl denuncia el abuso que en distintos ámbitos de la sociedad, especialmente en el sistema educativo, rodea a los niños. Y logra transformar ese sentimiento, que al mismo tiempo es denuncia social, en acción. Su mensaje no es moralizante como podría ser Caperucita, chicos no vayan solos al bosque o Hansel y Gretel, tengan cuidado con la madrastra. Es empoderador.
Es mostrar el poder de la imaginación, la capacidad de confiar en sí mismo que todos llevamos dentro, y defenderla, siendo chicos o adultos, ese núcleo de salud personal, defenderlo a ultranza y no olvidarlo nunca.
Les cuento más de este maravilloso autor.

Nació en 1916 en un pueblito de Gales, Gran Bretaña., llamado Llandaff en una familia de buen pasar económico de origen noruego. Cuando él tenía cuatro años, muere su padre y a los siete entra por primera vez en contacto con el estricto sistema educativo inglés que luego va a reflejar en libros como Matilda y Boy. Al terminar el secundario, en lugar de ir a la universidad, empieza a trabajar en Shell, en África, adonde es sorprendido por la Segunda Guerra Mundial. Allí, en ocho meses se convierte en piloto de avión de la Royal Air Force y fue derribado en combate. Digamos que todas esas vivencias algo tienen que impactar en su modo de escribir. No es un escritor estereotipo, el que lee mucho y después escribe, no es la erudición lo que lo vuelve un gran escritor, sino una vida plena de acción, mundo, historias, contacto con distintas culturas.
¿No es fascinante? Y también escribió muchos cuentos para adultos y una novela, Mi tío Oswald, sobre un personaje que tiene una vida bastante libre en materia sexual. "Este libro recoge una época particularmente desenfrenada de la vida del legendario tio Oswald, millonario, esteta, bon vivant y un donjuán infatigable, cuya vida amatoria deja en pañales a la del mismísimo Casanova. El tío Oswald es "el mayor fornicador de todos los tiempos", afirma su sobrino y transcriptor de sus Diarios. Muy joven empieza a amasar su fabulosa fortuna: con polvo de escarabajo sudanés inventa unas píldoras de extraordinarias virtudes afrodisíacas, funda un banco de esperma y en compañía de la excitante Yasmin parten en busca de celebridades, cuyo semen congelado será adquirido a precio de oro por acaudaladas clientas, ansiosas de tener retoños con pedigree. En este peculiar safari, las aventuras picarescas, a veces escabrosas, otras delirantes, se suceden a un ritmo trepidante. Yasmin, armada con las infalibles píldoras, seduce a Stravinsky, Renoir, Picasso, Nijinski, Joyce, Freud, Einstein, Conan Doyle, Proust y a una apreciable colección de testas coronadas", según la contratapa publicada por la editorial Anagrama.

Leemos para el jueves 18 de agosto un cuento de Dahl de ‘Relatos de lo inesperado’.

Estoy leyendo el cuento Apuestas, que les propongo para leer juntos (está online, solo googleen) y si se entusiasman comentamos el resto y las pelis.
Y en La nación tenemos publicado otro cuento escrito por Roald Dahl: El autostopista, así que ya tenemos dos lecturas para entretenernos.
Espero que les guste la propuesta. Recuerden mail clubdelecturaohlala@gmail.com y twitter @danielachueke y estoy incursionando en Instagram donde voy a empezar a comentar libros que no entran en el Blog.
Abrazos!

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