"La semana laboral de 4 horas" es el nombre del libro best-séller del New York Times y la última provocación en tiempos de crisis financieras: trabajar menos para produccir más.
Por Nicolás Artusi.
" ¿Quiere rendir más? Trabaje menos." La fórmula podrá ofrecer consuelo para el que hoy sufre un dilema íntimo: ¿me voy de vacaciones o me quedo? Cuando el clima estival obliga a mirar por la ventana para dejar escapar un suspiro por el sol malgastado, y aunque el estricto horario de trabajo haya creado un ritual del que está siempre en fuga (salir sólo un minuto después que el gerente, forzar reuniones innecesarias fuera de la oficina, caminar ligero con papeles en la mano: imagen de atareado), una nueva regla del freakonomics de la vida laboral desmiente: "Sumar horas no significa aumentar la productividad". ¿Cómo explicarle al director de Recursos Humanos, acaso el más arcaico "jefe de Personal" en las empresas de la patria peronista, que cuanto menos se trabaje habrá más rentabilidad? El californiano Timothy Ferriss ofrece el método en un libro, best- séller del New York Times. Desde el título, ya podría ser un escándalo inaceptable: La semana laboral de 4 horas. Y desde el eslogan, una provocación para el asalariado de cualquier escala: "Sea un esclavo a sueldo o un CEO de la lista Fortune 500, este libro cambiará su vida".
Mientras el eficiente estado de Utah, en Estados Unidos, reduce la semana laboral a cuatro días para ahorrar fondos públicos (¿alguien oyó hablar de una "crisis financiera internacional"?) y los ministros europeos desmantelan una de las más fabulosas promesas sindicales de todos los tiempos (la semana de 36 horas), Timothy ostenta la estadística irrebatible: ahora dicen que uno de los mayores índices para medir la felicidad resulta de la ecuación entre tiempo de trabajo y tiempo con la familia y los amigos.
Es decir: olvídese de fichar. Si su ánimo como trabajador se orienta más a la vagancia rentable que a la sumisión del workaholic que llega quemado a los 40, este manual de autoayuda será vital.
A) Elimine las actividades improductivas: según un cálculo documentado, el tiempo cotidiano de lectura puede reducirse hasta un 200 por ciento sólo abandonando el diario. El gurú de las cuatro horas redujo las consultas de mails a sólo dos veces por día: "Ponga una respuesta automática: «Si es realmente importante, ¡llame por teléfono!»".
B) Contrate asistentes virtuales: lo que Ferriss define como "outsourcing life" se reduce a tercerizar por internet las actividades que insumen más tiempo y ofrecen menos rentabilidad o placer.
C) No espere a jubilarse. Planifique su vida según un esquema de minijubilaciones: con una preproducción eficiente, viajar por el mundo puede costarle lo mismo que el alquiler de un departamento y el mantenimiento de un auto, así que viaje a la aventura, siempre que pueda convencer a su jefe de las ventajas del teletrabajo.
D) Convenza a su jefe de las ventajas del teletrabajo. Sostiene Ferriss: "Preséntele un breve informe comparando su rendimiento de la última semana (y todas sus interrupciones) con el obtenido desde su casa los dos sábados pasados". ¿Una consagración del empleado satelital? Puede fallar.
E) Y, si falla: "Sencillamente, diga que está enfermo".