Rigoberta Menchú Tum: “la educación contra la discriminación empieza en casa”
En el marco de Aprendemos juntos 2030 –la iniciativa de BBVA para un futuro más verde e inclusivo– la premio Nobel de la Paz conversó con el público acerca de temas tan actuales como la discriminación, las migraciones y la acuciante necesidad de cuidar la naturaleza.
Rigoberta Menchú Tum es nieta de mayas y creció en una comunidad en la que la tradición ancestral se transmitía de generación en generación, siempre en un contacto muy estrecho con la naturaleza. Desde muy chica vivió la discriminación, la violencia y la injusticia de la que hasta hoy es víctima la población indígena de Guatemala. A los cinco años trabajaba ya en una finca de café, de adolescente fue empleada doméstica y en su juventud comenzó a involucrarse en distintas causas para denunciar las desigualdades económicas, sociales, culturales y políticas de su país. En 1992 ganó el Nobel de la Paz, convirtiéndose en la primera mujer indígena en recibir ese premio. Solo seis años después era reconocida con el Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.
Menchú Tum, la mujer nacida a la orilla del bosque nuboso de Chimel (El Quiché, Guatemala), asegura que cree en el ser humano y en el diálogo, y que la transformación social “no son las armas, sino las personas”. Dice también que tenemos que estar “permanentemente sembrando”. Y que un ser agradecido es un ser “que tiene conciencia de las cosas”.
Fue en el marco de Aprendemos Juntos 2030 –esa enorme plataforma de contenidos globales comprometidos con el planeta y la sociedad que desde 2018 viene motorizando BBVA– que la reconocida activista guatemalteca compartió su experiencia frente a un afortunado público que además tuvo la oportunidad de hacerle preguntas.
Dueña de un hablar que equilibra un tono sereno con una serie de conceptos de fuerza arrolladora, la premio Nobel señaló entre otras ideas que “la migración no es un problema, es un derecho sagrado. Todas las aves vuelan donde les da la gana volar. Igual los peces deberían ir donde quieran. ¿Por qué, entonces, los humanos no podemos ir dónde nos da la gana?”.
“El racismo es una enseñanza que se hace desde la casa”, dijo también Menchú Tum. “Por eso es que en las casas donde se enseña la exclusión, el racismo, la discriminación, están haciendo un daño a largo plazo. La gente no se da cuenta de que su ofensa no es a una persona, sino que es a una sociedad más grande. De ahí que tratamos de luchar contra eso”.
“Esa maravilla de la diversidad”
Por Aprendemos Juntos pasaron ya más de 300 personalidades con nombres tan destacados como la primatóloga Jane Goodall, la psicóloga y escritora Pilar Sordo, el matemático Adrián Paenza, el neurocientífico Facundo Manes y el educador Ken Robinson, entre muchísimos otros.
Los contenidos de la plataforma están alineados de una forma muy natural con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para un futuro más verde e inclusivo, y de hecho el proyecto recibió el reconocimiento internacional por parte del B20 (conocido como “el G20 de las empresas”) por sus valiosas y muy concretas contribuciones al ODS número 4, referido a la educación de calidad.
“La diversidad es, realmente, una maravilla”, señaló la activista durante la charla. “Tenemos más de 6.000 lenguas en el planeta y este año es el comienzo de la década internacional de las lenguas. Ojalá que vayamos detrás de la esencia de las lenguas, porque eso revela una civilización completa, enseñanzas y conocimientos. Solamente entre México hasta Costa Rica, podemos decir, somos 32 millones de pueblos indígenas”, reflexionó y señaló también que ojalá pudiéramos “coexistir en una nación pluricultural, multiétnica, multilingüe y sin prejuicios”.
“La guerra nace por el arrebato de los bienes de la Madre naturaleza –remarcó también–. Por el petróleo, por el oro, por la plata, por los químicos que están bajo la tierra, por la riqueza natural que tiene el planeta. Saquearlos es un daño al futuro, porque los que se enriquecen con eso ahora, en poco tiempo serán difuntos. No estarán aquí, pero dejarán un mundo desolado”.
Menchú Tum es una convencida de que una de las mejores cosas que la humanidad hizo tras la Segunda Guerra fue crear las Naciones Unidas como símbolo de multilateralismo. “La paz también es el respeto a la autonomía, por la autodeterminación de los pueblos y sus lenguas por y sus culturas”, reflexionó subrayando que “nuestra misión es inyectarle a la humanidad nuestros principios y valores y la convicción de que no creemos en la guerra”.
Aprendemos Juntos 2030 cuenta con una verdadera catarata de contenidos útiles e inspiradores para mejorar la vida de las personas alrededor del mundo. La plataforma tiene más de siete millones de suscriptores y videos que superan ya los 2700 millones de visualizaciones.
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