La historia de los Reyes Magos y Jesús: ¿quiénes eran Melchor, Gaspar y Baltasar?
La tradición les asignó estos nombres a los tres sabios que llegaron de Oriente para adorar a Jesús recién nacido; cuál fue la tragedia que los involucró e inspiró el Día de los Inocentes
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LA NACION
Este viernes es el Día de Reyes Magos, la tradicional fiesta del 6 de enero que gira alrededor de Melchor, Gaspar y Baltasar, nombres asignados a los tres sabios de Oriente que, como cuenta la Biblia, visitaron a Jesús poco después de su nacimiento.
El Evangelio, según San Mateo, lo cuenta en el segundo capítulo de su primera parte, que narra su versión sobre la infancia del que los cristianos adoran como el hijo de Dios. “Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del Rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿dónde está el rey de los judíos?”.
Los tres habían seguido una estrella hasta esa ciudad, convencidos de la condición divina de un recién nacido en la zona al que debían adorar. Esta revelación o epifanía es considerada la primera de las que realizó Jesús, y por eso, religiosamente a esta fiesta también se la llama Día de la Epifanía.
La misma estrella que los llevó hasta Belén acabó posándose en el pesebre donde el Día de Navidad María había dado a luz a Jesús, ante quien los tres se postraron para ofrecerle sus ofrendas: oro, incienso y mirra. Se trataba de ofrendas simbólicas, ya que el oro representaba a la realeza, el incienso el culto religioso y la mirra, utilizada entonces en el embalsamamiento de cuerpos, profetizaba el sufrimiento en la cruz y la muerte futura del recién nacido.
Aunque aparecen anónimos en el texto bíblico, la tradición les asignó los nombres de Gaspar, Melchor y Baltasar. El primer registro de este “bautismo” posterior está en el siglo 8, en una crónica conocida como la Excerpta latina barbari. Su importancia para la Iglesia también radica en el origen de los Reyes Magos, ya que fueron los primeros gentiles o no judíos en adorar a Jesús, y mostraron la universalidad de su mensaje. Por eso, esta fue una fiesta que se buscó reforzar durante la Edad Media, ya que “la tradición teológica cristiana siempre reforzó el concepto de que tanto gentiles como judíos veneraron a Jesús”, recuerda la Enciclopedia Británica.
La misma tradición cristiana les asignó latitudes, según la misma fuente: “Baltasar suele ser representado como un rey de Arabia o Etiopía, Melchor como persa y Gaspar proveniente de la India”. Más allá de sus verdaderos orígenes, hoy los tres representan a muchas personas que sienten la misma revelación sobre el origen divino de Jesús y lo adoran de igual manera.
La tragedia que originó el Día de los Inocentes e involucró a los Reyes Magos
El Evangelio según San Mateo cuenta como Gaspar, Melchor y Baltasar fueron recibidos por Herodes, que no supo contestar la pregunta de los Magos acerca del futuro Rey de los Judíos. Al consultar a los sacerdotes y escribas del pueblo, le revelaron una profecía que el monarca tomó como una amenaza a su poder: “Y tú, Belén, tierra de Judá, de ninguna manera eres la menor entre los clanes de Judá, pues de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel”.
El soberano les pidió entonces a los Reyes Magos la ubicación exacta del nacimiento de Jesús, una vez que la estrella se los revelara. Aunque les dijo que pretendía sumarse a su culto, sus verdaderas intenciones eran matarlo en la cuna para mantener su trono.
Pero cuando los tres durmieron en el pesebre donde había nacido Jesús antes de regresar a sus tierras, sus sueños les advirtieron que no dijeran a Herodes la dirección exacta, por lo que emprendieron la vuelta sin visitar su Corte. Ante la desaparición de los Reyes Magos, Herodes temió aún más por su situación y mandó a ejecutar a todos los recién nacidos de Belén, en lo que se conoció como La Matanza de los Inocentes. Advertidos de esto por el Espíritu Santo, María y José partieron a Nazaret, su ciudad natal.
El sangriento episodio narrado en los textos bíblicos, que los historiadores discuten, inspiró el Día de los Santos Inocentes, que se celebra el 28 de diciembre, dentro del período llamado la Octava de Navidad, que abarca el 25 de diciembre y llega hasta el Año Nuevo. En la Edad Media, esta fiesta se asoció con una celebración pagana llamada la Fiesta de Locos, una antesala del Carnaval que tenía al desenfreno como motivo común.
La unión de ambas fiestas hizo que las fecha quedara asociada a la “Inocencia”, por lo que se hizo extensivo a las personas desprevenidas que reciben una broma, y hoy se lo conoce fuera del mundo religioso como el Día de los Inocentes.
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