¿Pac-Man, Tetris o Super Mario Bros? No hace falta que decidas cuál es el mejor videogame de todos los tiempos porque un museo de Nueva York ya lo hizo de la mano de expertos. Conocé el ranking.
Por Diego Igal
El National Museum of Play, con sede en Nueva York, tiene un Salón de la Fama de los videojuegos en el que es posible resumir toda la historia de la industria de entretenimiento responsable de absorbernos horas. El espacio se inauguró el año pasado con una primera tanda de seis títulos elegidos por el voto de académicos, veteranos del mercado y periodistas: Pong, Pac-Man, Tetris, Super Mario Bros, Doom y World of Warcraft. Esa lista se amplió en mayo pasado con Grand Theft Auto III, The Legend of Zelda, The Oregon Trail, The Sims, Sonic the Hedgehog y Space Invaders. Claro que llegar a ese ranking no fue un camino de consensos precisamente. Para Diego Gustavo Macchi, curador del Museo de Informática y de su reciente muestra de 40 años de videojuegos, es difícil ranquear los videojuegos más populares, aunque apunta que podría hacerse una extrapolación de los más vendidos. Macchi dice que no hay “parámetros inamovibles” para consagrar la popularidad de un juego porque depende del contexto de cuando apareció, las innovaciones o cambio de paradigma que trajo, la mejora sobre la jugabilidad o experiencia del jugador, la historia, los gráficos y, en menor medida, el sonido.
Con ese marco, revisar la historia de los cinco videojuegos que entraron al hall of fame es también recorrer la de toda la industria.
1. Pong Su aparición va atada a la primera generación de Atari, considerada una de las pioneras de las consolas caseras. Ambos productos salieron y se hicieron masivos desde 1972. El Pong simula el tenis de mesa con una pantalla en blanco y negro separada al medio por una línea de puntos (red) y dos barras verticales (jugadores) que deben impedir que un punto (pelotita) que rebota en todo lo que toca se les escape. Puede resultar rudimentario hoy, pero en su momento fue un hitazo. Para probarlo, lo llevaron a un pub dentro de los típicos muebles de videojuegos. A la noche dejó de funcionar, pero no por algún circuito, sino porque las monedas habían colapsado la alcancía. Detrás de la invención del juego –que puede disfrutarse en ponggame.org– hay una historia de novela, con plagios incluidos, protagonizada por Ralph H. Baer y Nolan Bushnell, creadores de Magnavox Odyssey y Atari, respectivamente.
2. Pac-Man Toru Iwatani (japonés, por supuesto) tenía 25 años y tres como empleado de Namco cuando presentó una idea para llevar mujeres a las salas de videojuegos, hasta entonces reductos oscuros de exclusivo uso masculino. Era 1980 y los gamers gastaban fichines en matar alienígenas al estilo Space Invaders y no muchas más opciones. Iwatani –con los años una celebridad de la industria aunque sin otro hit– no se cansa de relatar que el Pac-Man está inspirado en una pizza a la que le falta una porción y el nombre de la voz japonesa para decir comer (Paku paku o pac pac). Las reglas simples del juego fueron sin duda lo que lo popularizó alrededor del mundo.
3.Tetris Alekséi Leonídovich Pázhitnov –ruso, claro– es el nombre y apellido detrás de este tercer videojuego en cuestión. Lo creó mientras trabajaba para la entonces Unión Soviética en la Academia Nacional de Ciencias hacia 1984 junto a dos compañeros inspirados en sus pasatiempos preferidos: rompecabezas, tenis y el tetras, una pieza de cuatro lados. Pasarían unos años y también el comunismo para que el juego –también gracias a la simpleza que ofrece– se popularizara y llegara a todo tipo de plataformas, desde la inicial y masiva Game Boy a los teléfonos celulares y las calculadoras científicas. Pázhitnov emigró de la URSS en cuanto pudo, trabajó en Microsoft y ahora tiene empresa propia.
4.Super Mario Bros Lanzado en 1985 por Nintendo, alcanzó en menos de 15 años el récord Guinness de videojuego más vendido. Salió de la cabeza del japonés Shigeru Miyamoto –al que muchos consideran el Walt Disney de los videojuegos–, quien venía de cranear Donkey Kong y otros hits de Nintendo. Miyamoto contó que la idea surgió mientras miraba por la ventanilla del tren en el que viajaba y fantaseaba ir a los saltos por el paisaje. Los primeros bocetos fueron dibujados a mano sobre hojas cuadriculadas y los cambios los realizaban con papel de calcar. Mario no era otro que un compañero de la empresa.
5. Doom La historia de este juego es menos interesante que la de su creador, John Carmack. Hombre nacido en Kansas, terminó en un reformatorio a los 14 años por intentar robar una Apple II junto a dos amigos, provistos de un explosivo casero que él mismo había fabricado. Carmack recuperó la libertad luego de un año y logró que los padres le compraran la Apple II. Entonces se encerró en su habitación para aprender a programar. Pero no surgió el Doom, sino una potencialidad asombrosa para reinventar (aunque algunos dicen que robando ideas) los shooters (videojuegos de disparos). Antes de Doom, Carmack ya había relanzado en versión 3D el clásico Wolfenstein (aquel de los nazis y habitaciones con perros y bandejas de pollo) y participado de Commander Keen, que tuvo su éxito. Lo que generó impacto de Doom fue la configuración gráfica y algunas variables a los ya instalados juegos de soldados de gatillo fácil.
LA NACION