Resuelven el enigma de un asesinato cometido hace 5000 años en España
Un grupo de científicos catalanes descubrió un homicidio cometido hace nada menos que 5000 años. La víctima fue un hombre de unos 50 años al que golpearon en la cabeza con un hacha de piedra. Las marcas del impacto fueron las que permitieron hacer la reconstrucción de la muerte violenta, de acuerdo a una investigación que publica la revista internacional Journal of Paleopathology.
Quienes realizaron el estudio son investigadores pertenecientes al Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), a la Universidad Rovira i Virgili y a la Universidad de Barcelona.
El cráneo del hombre asesinado fue encontrado en el yacimiento de Cova Foradada, en Calafell, una localidad de la provincia catalana de Tarragona. A esa pieza humana se le aplicaron criterios forenses para llegar a la conclusión sobre la manera en que murió su propietario.
Los traumatismos hallados evidencian los episodios de violencia interpersonal que frecuentemente son documentados desde el período Paleolítico. Aunque es desde el Neolítico, según dicen los especialistas, que estos comportamientos de brutalidad se incrementan de manera exponencial.
En ese sentido, en diversos análisis se pueden encontrar marcas de golpes con objetos contundentes, como impactos de proyectiles o marcas de corte, aunque no siempre es sencillo determinar cuál fue el elemento utilizado para causar las lesiones.
Sin embargo, en este nuevo estudio, el traumatismo craneal que expresa la muerte violenta del hombre sí permite deducir cuál fue el arma homicida.
El cráneo fue encontrado en el año 1999, durante una excavación de un entierro colectivo realizado entre el período Neolítico Final y el Calcolítico (entre 5060 a 4400 años atrás).
Según lo que cuenta el investigador delIPHES Miguel Ángel Moreno-Ibáñez, la fractura "ha permitido inferir el tipo de objeto que se utilizó para provocar la muerte de este individuo, así como la dirección del golpe", de acuerdo a lo que consigna el medio de la zona.
La lesión, que fue analizada con una lupa binocular y también con una microtomografía computarizada, se encuentra en el parietal derecho y no muestra ninguna evidencia de que haya sido curada.
"Las fisuras en disposición radial, algunas de ellas con una considerable apertura, la descamación interna y los ángulos de fractura agudos nos informan que se trata de un traumatismo perimortem, es decir, en torno en el momento de la muerte del individuo", detalló Moreno-Ibáñez.
La fractura que resultó del golpe indica que se utilizó "un objeto contundente con un filo recto y apuntado, como las hachas y azuelas de piedra pulimentada", explicó.
Un análisis más detallado que se centró en el punto de impacto permitió inferir que el objeto probablemente utilizado para realizar el crimen fue una azuela, que es una especie de hacha de mango corto y con la hoja dispuesta de manera perpendicular.
"La mayor destrucción se localiza en la posición anterior al punto de impacto, por lo que el golpe fue provocado desde la espalda del individuo, probablemente por un atacante diestro", concluyó el investigador.
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