Remate
Cinco últimas ideas antes del final
1
En 1974, Georges Perec se instaló durante tres días seguidos en la plaza Saint-Sulpice y catalogó meticulosamente “lo que no se anota ni se nota, lo que no tiene importancia, lo que pasa cuando no pasa nada salvo tiempo, gente, autos y nubes”. La vigilancia detectivesca se publicó con el título Tentativa de agotar un lugar parisino. Inspirado en esa joyita oulipiana del oulipiano Perec, hago lo propio en una esquina bien porteña –Reconquista y Paraguay– y les regalo los restantes remates (re re re).
2
Atención, no confundir el pin pin del garage con el veo veo del benteveo. El estoico pitangus sulphuratus trina que trina en detrimento de una sirena. Camioneta famélica fagocita a doce turistas asiáticos (¿taiwaneses, chinos?, perdonen la vaguedad). Pasa una nube que llega tarde al dentista. “¡Habibi!” grita el puntero del barrio, que es árabe –perdonen, un altra volta, la vaguedad– y se llama Habibi: su nombre como contraseña de oferta o proveeduría. Las dos prostitutas dominicanas taconean, anhelantes.
3
Un hombre descarga un cajón de naranjas de Entre Ríos. Sensación térmica en la TV del kiosco: 29,7°C. En las ventanas espejadas de un edificio de oficinas se reflejan las curvas rococó de la casa de la esquina. Pasan tres flamantes 132 vacíos, a las chapas. Un muchacho pega papelitos en un contenedor de basura. El dos por uno de cervezas explota en el bar de mesas plásticas. Faltan dos minutos para las siete de la tarde. “Gracias, Mapocho, te quiero”, en la voz de una señora gorda, alegre, vestida de fucsia.
4
Una moto sin patente estaciona sobre la vereda. La mujer policía bicha de reojo. El chaleco antibalas le realza el pecho. Del hotel sale un botones corriendo: algún pasajero olvidó su pasaporte. Dos hombres de traje hablan por teléfono (uno tiene los zapatos roídos). Cuento 32 chicles aplastados como moscas en la misma baldosa. En la pizarra del kiosco se lee $ 59 dos panchos y una gaseosa. En el balcón del tercero un uniforme rosa riega las plantas. Caen algunas gotas. Un grupo de jóvenes mira hacia arriba.
5
Un taxi Fiat patente HRZ486. Tres motos Honda. ¿Arnaldo André? Dos ciclistas. Un perro de la calle. El linyera vestido a la moda hurga en un tacho de basura y saca una botella de jugo. Flores amarillas en un árbol. “Mamá, estoy bien, no hice nada”, justifica al teléfono un hombre pelado en sus 60. El chico de la pizzería con dos cajas de pizza en la mano. El flaco de la Solidaria a uno por hora. Una bandada de pájaros acelera sus sombras en el asfalto. Arreglan el cráter de Paraguay, al fin. Bocinas: un concierto.