Remate
Cinco últimas ideas antes del final
1
Venecia es, llegando al aeropuerto en lancha, el Delta. Aviones como surubíes colosales junto al agua, recién pescados. Luego, pasando por el cadalso de la seguridad, somos vacas a uno por hora. Me saco cinturón, campera y zapatos. Vacío los bolsillos, casi el alma, pero mi cuerpo hace píííín. Un policía me vigila de muy cerca con una suerte de curita que luego incrusta en un escáner. Quedo en manos de una señorona que revisa mi equipaje y no encuentra nada comprometedor. Viajando así, ¿quién querrá seguir viajando?
2
Canción que surgió velozmente de la nada, como esas cosas que a uno lo acechan recién despierto y no pesca si son posta-posta: “no sabés / cuánto te quiero / ni cómo / quizá te des cuenta / ahora que te toco / ahora que nos mueve la ola / y me vuelvo loco / si te parece / que falta sentirlo / todavía un poco / el arte, la locura / son los temas / que nos vuelan el coco / ya te lo dije / pero va de nuevo / cuando no estás / pierdo el foco / por eso a veces / te pido perdón / me pego a vos / onda moco”. Falta la música, eh.
3
Llamo a un celular, atiende el contestador y una voz campanuda me ruega que no deje mensajes de voz, sólo mensajes de texto. A mí, francamente, la súplica me pone manija. Tanto, que entran deseos de grabar una perorata densa y tupida, llena de adjetivos horripilantes y malos augurios. Los mensajes en el contestador, ¿han muerto o los hemos matado? Con sobredosis de notas de voz –qué desquiciados parecemos grabando audios por whatsapp mientras caminamos, los ojos dados vuelta–, reivindiquemos el contestador, che.
4
Arranca la temporada “polera” –abiertos, hándicaps, goles, mujeres con sombreros y toda la cantinela– y cada año hay más jugadores galopando sobre caballos clonados. ¿Se percataron de eso? Es muy ciencia ficción. Alguien que juna el tema me contó que, de acá a clonar humanos… un paso. Me contó también que en China ya está sucediendo, pero se hacen los sotas, y también me contó que los pingos clonados del mismo padrillo se mueven en el campo “misteriosamente juntos”. Entonces, ¿un buen caballo nace o se hace?
5
Puerta de embarque: siete mujeres con una credencial al cuello (“se casa Lu y nos vamos a Río”), muchedumbre en jogging y zapatillas, nadie lee, ansiosos haciendo una cola infernal antes de que haga falta hacer una cola infernal (los argentinos y las colas, ¿qué diría Freud?), una chiquita hace el puente, una señora muy genial se lima las uñas y veo el polvo acumularse en el piso; pasa todo esto mientras leo a Drummond: “el poeta municipal / discute con el poeta provincial / cuál de ellos es capaz de vencer al poeta federal”.