Pampita Ardohain, Valeria Mazza, las “Chicas Olmedo”, Teté Coustarot, María Belén Ludueña... tienen algo en común: trascendieron a partir de un concurso de belleza
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Durante décadas, los concursos de belleza fueron semillero de grandes talentos y enormes celebridades. No es un fenómeno estrictamente argentino, sino que se repite en todo el mundo. Antes de convertirse en la “Mujer Maravilla”, Gal Gadot fue Miss Israel. También su predecesora, Lynda Cater, la “Wonder Woman” más famosa, fue coronada como Miss World USA. Y la presentadora de televisión más importante en la historia de los Estados Unidos, Oprah Winfrey, se consagró Miss Black Tennessee. También fueron “misses” Eva Longoria, Halle Berry, Michelle Pfeiffer… La lista es interminable.
Argentina también tiene “reinas” y “princesas” regadas en el star system. Y no son pocas. Algunas de las “Chicas de Olmedo” surgieron de concursos de belleza. En 1971 la inolvidable Beatriz Salomón ganó el concurso Miss San Juan y compitió para Miss Argentina, donde quedó relegada a cuarta princesa, con mención especial de Miss Simpatía. Tres años después buscó revancha en la Fiesta Nacional del Sol, donde se consagró Virreina.
Susana Romero, “La Negra”, fue coronada Miss Argentina en 1973. Ese mismo año viajó a Grecia para representar al país en el certamen Miss Universo, donde alcanzó el séptimo puesto.
Silvia Pérez se consagró como la sexta “Miss Siete Días” en 1974. La competencia ese año fue especialmente reñida: como primera princesa resultó elegida la profesora de danzas María del Carmen Timoyko (sí, Naanim Timoyko) y la segunda princesa fue Mónica Hebe González (quien luego adoptaría el nombre Mónica Gonzaga). La bellísima Silvia, estudiante de arquitectura, fue coronada por su antecesora, la modelo Adriana Costantini.
“Históricamente, Punta del Este tuvo dos concursos de belleza importantes. Uno era Miss Punta del Este y el otro Miss Le Club, que luego se llamó Miss La Plage”, cuenta Pancho Dotto. En 1990, el legendario manager de modelos presentó a una joven promesa de su staff: Valeria Mazza que, con 18 años, se consagró segunda princesa en Miss Le Club. Un año más tarde, Deborah de Corral –que apenas llevaba una semana trabajando como modelo- ganó el concurso Miss La PLage. En 1997, Dotto volvió al concurso con una nueva candidata, oriunda de Necochea, que se había destacado en el scouting de Villa Gesell y que había sido distinguida como “Mejor cara” en el scouting nacional: Guillermina Valdés. La actual mujer de Marcelo Tinelli ganó Miss La Plage y se llevó, como premio, una botella de whisky Cutty Stark, otra de gaseosa con algunos dólares en su interior y una cajita de joyería.
En las playas argentinas también se consagraban reinas y princesas. El concurso más importante de cada verano en nuestras costas es la elección de la Reina Nacional del Mar. En 2006, a los 19 años, fue coronada María Belén Ludueña, quien hoy conduce el programa BDA junto a Antonio Laje y es “primera dama” de Vicente López, ya que está en pareja con el intendente Jorge Macri.
El país está regado de Fiestas Populares. Y, por lo general, de cada una fiesta surge una nueva reina. La actriz Virginia Gallardo tiene varios títulos de “nobleza” en su haber: se consagró Reina de la Sandía en Colonia Santa Ana (Entre Ríos), Reina de la Naranja en Bella Vista (Corrientes) y Reina Nacional del Carnaval en la ciudad de Corrientes, en 2007.
Adriana Salgueiro, de impactantes ojos azules, ganó el concurso Miss Argentina en 1976 y voló a Inglaterra para competir por Miss Mundo. Fue la favorita en las apuestas, pero el jurado la relegó a la cuarta posición.
El sábado 28 de mayo de 1966, Stella Maris Coustarot, que había ganado la representación de su ciudad, General Roca, en el Club del Progreso, donde practicaba natación, fue elegida Reina de la Manzana, la primera en la historia. Luego de ser coronada, Teté –que tenía apenas 15 años- paseó por la ciudad sobre una carroza. Tres años después, en 1969, también estrenó la corona de un concurso importante: fue la primera Miss Siete Días.
La Fiesta Nacional de los Estudiantes, que se celebra cada primavera en Jujuy, también consagró dos reinas que luego se convertirían en chicas de tapa y figuras de la televisión. En 1979, resultó ganadora la representante de Río Negro, una jovencísima Daniela Cardone.
Quince años después, en 1994, se coronó allí por primera vez Carolina Ardohain. Después, en la localidad de Eduardo Castex, noreste de La Pampa, fue elegida Reina Provincial del Trigo. Sin embargo, el concurso que dio el empujón definitivo a su carrera fue “La argentina más linda”, de la revista Gente, que tuvo su primera y última edición en 1995. Carolina representó a la provincia de La Pampa, llegó a la etapa final, pero tuvo que conformarse con un premio consuelo: “Miss simpatía” ó “Mejor sonrisa”. En aquél certamen recibió su nombre definitivo: “Pampita”. La ganadora fue María José Lovrich, candidata de Córdoba.
Graciela Alfano tuvo dos coronaciones. Primero, en 1971, se consagró “Miss Siete Días”, concurso de belleza de la revista Siete Días Ilustrados. Recibió la banda y el cetro de manos de su predecesora, otra belleza rubia, Ana María Contini. En ese mismo instante se convirtió en “chica de tapa”, condición que mantiene hasta el día de hoy, con idéntica sensualidad, medio siglo después. Un año más tarde, Graciela revalidó credenciales en el exterior: viajó a Colombia y volvió con el título de “Miss Belleza Panamericana”. Poco después empezaría su carrera en el cine, con una divertida serie de películas junto a “los Superagentes”.
La lista es interminable. Faltan muchas “royals” famosas en este listado. En Facebook, el sitio “Glamour argentino”, dedicado a los autodefinidos “missólogos”, ofrece un detallado repaso por la historia de los concursos de belleza. Allí se pueden encontrar perlas maravillosas.
Provincias, ciudades y pueblos dejaron de elegir “reinas” y “princesas” en los últimos años. Algunos distritos continuaron con los concursos, pero dejaron de hacer foco exclusivamente en la belleza estética femenina, estereotipada, y comenzaron a designar “embajadores” de cada región y de la producción local, muchas veces sin distinción de género. Muchos municipios fundamentaron el cambio en la ley nacional 26485, “de protección integral a las mujeres”, promulgada en abril de 2009, y entienden que los concursos de belleza ejercen (o pueden ejercer) violencia simbólica hacia las mujeres.
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