La familia real de Inglaterra dejó atrás la ciudad de Londres. La reina Isabel, con casi 94 años, se fue al castillo de Windsor junto con el duque de Edimburgo, desde donde sigue al frente; mientras que el príncipe Carlos (71), positivo en coronavirus, está en cuarentena en Birkhall –su residencia situada en los terrenos del castillo de Balmoral, Escocia– y los duques de Cambridge con sus hijos se instalaron en Anmer Hall, su casa de campo en Norfolk.
Poco después de que se decretara el confinamiento en el Reino Unido, Clarence House daba a conocer que Carlos de Inglaterra había dado positivo en el test de Covid-19. "Tiene síntomas leves, pero, por lo demás, tiene un buen estado de salud y ha estado trabajando desde casa. La duquesa de Cornwall (72) también fue sometida a las pruebas, pero no tiene el virus", informaban el miércoles 25 de marzo. Dos días más tarde, se hicieron públicas las primeras imágenes de Carlos y Camilla a través de un vídeo en el que aparecen aplaudiendo el gran trabajo de los trabajadores sanitarios. En Birkhall, propiedad que heredó el príncipe de la Reina Madre en 2002 y donde pasó su luna de miel con Camilla, el matrimonio convive en habitaciones separadas y mandó a la mayoría del servicio a casa, para evitar contagios, menos a su asistente personal y al cocinero.
El heredero del trono británico coincidió el 10 de marzo con Alberto de Mónaco (62), quien también contrajo el virus. Respecto del contacto que tuvo con sus familiares, el 9 de marzo estuvo con la familia al completo en la celebración del Día de la Commonwealth y poco después de su encuentro con el príncipe monegasco, se reunió con su madre, la Reina. Dada la situación, desde palacio quisieron arrojar luz sobre cómo se encuentra la soberana: "Sigue gozando de buena salud. Vio por última vez al príncipe de Gales después de la investidura en la mañana del 12 de marzo y sigue todos los consejos apropiados con respecto a su bienestar". Entre estos consejos se encuentra el teletrabajo, al que Isabel II se adaptó a la perfección, como muestra una insólita imagen en la que mantiene, vía telefónica, su habitual audiencia semanal con el primer ministro británico, Boris Johnson (55), quien también dio positivo. Además, se tomaron otras medidas, como la cancelación de varios eventos; entre ellos el desfile de Trooping the Colour –ceremonia con la que los regimientos del Ejército rinden homenaje a la Reina por su cumpleaños–, las Royal Garden Parties, la visita del emperador de Japón, los Invictus Games, el Royal Windsor Horse Show, el Chelsea Flower Show y las bodas de la princesa Beatriz de York y de James Middleton, el hermano Kate, entre otros.
WILLIAM Y KATE, AL PIE DEL CAÑÓN
Con la reina en Windsor y el heredero del trono en cuarentena, los duques de Cambridge dieron un paso al frente y mostraron cómo están trabajando y también, cómo sus hijos se suman al homenaje al personal sanitario. La semana pasada, los príncipes George (6), Charlotte (4) y Louis (1) protagonizaron un video en los jardines de Anmer Hall aplaudiendo; allí se puede ver cómo el pequeño de la casa –que cumple 2 años el próximo 23 de abril– mira divertido de reojo a sus hermanos mayores, mientras intenta copiar sus gestos.
El príncipe William (37) y Kate Middleton (38) siguen la crisis sanitaria aunque con sus agendas a cero, y manifestaron una vez más su compromiso con los ciudadanos al hacer foco en la salud mental –el distanciamiento social supone un gran desafío–. Por ello mantienen contacto regular con diferentes organizaciones. "Es maravilloso ver al sector de la salud mental trabajando con el servicio nacional de salud. Al unirnos y dar pasos pequeños cada día, todos podemos estar mejor preparados para los tiempos que nos esperan", explicaron en sus redes sociales, donde hicieron públicas unas fotografías tomadas antes de abandonar Londres, en las que se los ve trabajando en su despacho en el palacio de Kensington. En ellas, llamó la atención la colección de libros que Kate tiene en su escritorio, con títulos como Sensatez y sentimientos, El sabueso de los Baskerville, La odisea o El retrato de Dorian Grey.
HARRY Y MEGHAN, NUEVA VIDA EN HOLLYWOOD
Lejos del Reino Unido, los duques de Sussex comenzaron una nueva vida en Los Ángeles. Días antes de que Canadá y Estados Unidos cerraran sus fronteras, decidieron abandonar Vancouver e instalarse definitivamente en la ciudad natal de la ex actriz, donde creció y dio sus primeros pasos en Hollywood. Allí, Meghan (38) no sólo estará más cerca de su madre, Doria Ragland, sino también de muchos viejos amigos del showbusiness y de su futuro laboral. Harry (35) y Meghan volaron a California en un avión privado, para evitar a los paparazzi, y ya comenzaron su nueva etapa con su hijo, Archie (10 meses), en una casa cercana a Hollywood donde cumplen el aislamiento.
Una mudanza que, aunque fue un tanto precipitada, ya llevaba tiempo planeándose. Este gran paso de los Sussex lejos de los Windsor coincidió con un importante anuncio en la carrera de la duquesa, que vuelve a la pantalla grande mucho antes de lo esperado. Tras haber abandonado su profesión de actriz hace más de tres años, Meghan regresa al cine para ponerle su voz a un documental de Disney llamado Elephants. El film, que verá la luz el próximo 3 de abril, se convierte en su primer proyecto fuera de su faceta como royal. Según anunció el propio estudio Disney, su colaboración con la nueva plataforma Disney+ se oficializó hace algunos meses, lo que viene a confirmar que tenía previsto desde hace tiempo volver a su antigua profesión. Todo lo recaudado con esta producción irá destinado a Elephants Without Borders, una ONG centrada en preservar la vida salvaje, causa con la que colaboran los duques de Sussex desde 2017, cuando viajaron a Botsuana.
Una de las primeras cosas que hicieron los Sussex fue contratar a la gurú canadiense en relaciones públicas Catherine St. Laurent, que anteriormente trabajó para Bill y Melinda Gates, los multimillonarios dueños de Microsoft. En un correo electrónico en el que anuncia su nuevo papel, St. Laurent escribió: "A partir de la próxima semana actuaré como jefa de Gabinete y Directora Ejecutiva de la nueva empresa sin fines de lucro de Meghan y Harry".
Pero su aterrizaje en Estados Unidos no fue tan suave como esperaban. Pocas horas después de conocerse que ya estaban instalados, el presidente Donald Trump anunció públicamente que su gobierno no pagaría los gastos de seguridad asociados a su estancia. "Soy un gran amigo y admirador de la Reina y el Reino Unido", empezó Trump en un tuit publicado este domingo. "Se había dicho que Harry y Meghan, que abandonaron el Reino Unido, residirían de forma permanente en Canadá. Ahora, han dejado Canadá para venir a Estados Unidos. Sin embargo, Estados Unidos no pagará por su protección de seguridad. ¡Tienen que pagar!". Un portavoz de los duques respondió el mismo domingo que la pareja tendrá "medidas de seguridad financiadas de forma privada".
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